Iván Molina Jiménez

El café en la Nicaragua del siglo XIX.
Una contribución documental
*

 

Escuela de Historia. Universidad de Costa Rica.

ivanm@fcs.ucr.ac.cr


El profesor Mario Samper, en un artículo publicado en Caravelle en 1993, ofrece una visión comparada y de conjunto de los paisajes sociales del café en Centroamérica; al precisar lo que se conoce sobre la expansión de ese cultivo en los siglos XIX y XX, afirma:
"...sabemos que fue temprana y rápida en Costa Rica; posterior pero también acelerada en Guatemala y El Salvador; tardía y limitada en Nicaragua, y muy reciente aunque fuerte y cada vez más acelerada en Honduras."1

El cuadro trazado por Samper, con excepción de lo que atañe a Honduras, es muy parecido al que figura ya en Centroamérica y la economía occidental, una obra editada en 1977 por Cardoso y Pérez; al tratar en concreto el caso del café en Nicaragua, advierten:

"el café fue introducido desde Costa Rica al parecer hacia 1825. En 1849 G. Squier anota la existencia de algunos cafetales en las sierras de Managua. La producción empieza a tomar auge hacia 1870."2

El énfasis en el carácter tardío de la expansión del café en Nicaragua es visible en trabajos posteriores, especialmente en un amplio estudio de Elizabeth Dore sobre la producción del grano de oro entre 1860 y 1960;3 al examinar la cifras de la exportación cafetalera, descubrió

"...un prolongado y vacilante surgimiento de la producción comercial del café durante las décadas de 1860 y 1870."4

Las estadísticas agrícolas de 1867, sin embargo, obligan a matizar la tardanza que experimentó la expansión del café en Nicaragua: de acuerdo con los datos que ofrece La Gaceta (limitados y fragmentarios, pues las cifras del actual departamento de Carazo no están disponibles), el grano se cultivaba en Rivas, Masaya, Chinandega y Managua. El total de árboles ascendía, según el Cuadro 1, a 1.975.400 unidades distribuidas en 216 fincas, y el de almácigos a 738.000 plantas. Estas cifras, aunque mínimas, son comparables con las que existían en el área entre Cartago y Alajuela en el período 1830-1850, lugar y época en los que tradicionalmente se ubica el despegue de la economía cafetalera costarricense.5

Cuadro 1
Distribución de haciendas, cafetos y almácigos por lugar.
Nicaragua,1867

LugarHaciendasCafetosAlmácigos
Managua1491.149.800600.000
Rivas33481.500
Masaya21185.000138.000
Chinandega13159.100
Total2161.975.400738.000
Fuente: Anexos 1 y 2 y Lanuza, Alberto, "Estructuras socioeconómicas, poder y Estado en Nicaragua (1821-1875)" (Tesis de Licenciatura en Sociología, Universidad de Costa Rica, 1976), pp. 166-168.

La capital nicaragüense, con 1.149.800 árboles en producción y 600.000 en almácigo, aventajaba decididamente a otras partes del país. El Cuadro 2 precisa a su vez el tamaño de las plantaciones: pequeñas, en su mayoría inferiores a 30.000 cafetos, un dato que apoya el modelo de la vía campesina al capitalismo agrario en Nicaragua.6 Los plantíos más grandes se localizaban en Masaya y Rivas; en este último lugar, ya había algunos de 50.000, 60.000 y 90.000 unidades.7 Los datos procedentes de Chinandega evidencian que el café coexistía con el pasto y otros cultivos: cacao, caña de azúcar, maíz, algodón y especialmente el plátano, del cual se aprovechaba, aparte del fruto, la sombra.

Cuadro 2
Distribución de los plantíos de café según el número de árboles
en Managua y Chinandega (1867)

CafetosManaguaChinandega
FincasCafetosFincasCafetos
- 99994.40021.100
1000 - 499951118.60027.000
5000 - 999951318.000211.000
10000 - 2999933503.800580.000
30000 y más5205.000260.000
Total1491.149.80013159.100
Fuente: Anexos 1 y 2.

El propósito de esta selección de fuentes es ofrecer evidencia cuantitativa y cualitativa que permite conocer, con más detalle, aspectos básicos de la actividad cafetalera en Nicaragua durante el siglo XIX. Los primeros tres anexos son de tipo censal. El primero es un listado de los caficultores y ganaderos de Managua en 1867, en el cual se especifica la actividad productiva (agricultura o ganadería), el tipo de cultivo (café, caña o cacao), el tamaño de los plantíos (en palos, matas y suertes), el número de estancias y, esporádicamente, la ocupación conocida de los propietarios: el Presidente de la República, tres abogados, tres presbíteros y cuatro generales, en cuenta José Dolores Estrada.8

Los datos agrícolas de 1867 fueron utilizados inicialmente por Alberto Lanuza en 1976 y, unos quince años después, por Jilma Romero: en un caso y en el otro, sin embargo, el tratamiento de esas estadísticas fue en esencia descriptivo y limitado; además y curiosamente, ambos investigadores al parecer no localizaron las cifras disponibles para Chinandega, ya que no las citan.9 El Anexo 2 ofrece esta valiosa información: aunque las fincas cafetaleras eran pocas, se precisó, aparte del tamaño de los plantíos y a quienes pertenecían, la coexistencia del grano de oro con otros cultivos y con la ganadería.

El Anexo 3 brinda una lista de los italianos que vivían en Nicaragua en 1892, con excepción de los avecindados en la vertiente Atlántica. La fuente, aparte de identificar a los inmigrantes, detalla el departamento en el que fijaron su casa, la ocupación que tenían, el tipo de bienes que poseían y su valor en pesos, y el tiempo de permanencia en el país. El documento es útil para valorar el grado de inserción de los censados en las actividades agrícolas, artesanales y comerciales de la época; en cuanto al café, destaca el caso de Daniel Frixione, cafetalero, vecino de Managua y dueño de un capital considerable.

La publicación de la evidencia censal que figura en los primeros tres anexos tiene el propósito de ofrecerle al estudioso centroamericano un conjunto de datos a la vez estadísticos y nominales. La combinación de unos y otros permite superar el carácter anónimo y agregado de un tratamiento estrictamente cuantitativo para acercarse al seguimiento de casos y al análisis prosopográfico. La experiencia de los investigadores costarricenses en este campo es todavía inicial, pero ya prometedora, y abarca el procesamiento de varios censos: el municipal de San José de 1904, el nacional de 1927 y el agrícola de 1955.10

El último anexo complementa la dimensión cualititativa de los datos censales, al destacar la valiosa información que usualmente ofrecen los anuncios periodísticos de la época.11 La selección de avisos está organizada en cuatro apartados básicos. El primero es el de compraventas. El análisis detallado de las transacciones de fincas de café es muy valioso para conocer las características físicas de las propiedades: tamaño, valor, colindantes, edificaciones, servidumbres de agua o de paso, uso del suelo, densidad de cafetos por unidad de superficie, coexistencia del grano de oro con otros cultivos y tecnología.12

La información contenida en los avisos escogidos es poca, en contraste con la que figura en las escrituras de compraventa.13 Los datos que ofrecen, sin embargo, permiten visualizar útilmente las condiciones estructurales de los fundos cafetaleros de Nicaragua entre 1875 y 1879. El acopio de este tipo de evidencia facilita a veces el rescate de ciertas eventos excepcionales: por ejemplo, uno de los anuncios seleccionados versa sobre la rifa de una finca, con cafetal incluido, valorada en 4.600 pesos. El sorteo, a beneficio del futuro Hospital de Chinandega, se efectuaría en febrero de 1876, y es parecido a prácticas similares que se verificaron en Costa Rica a finales de la década de 1850.14

Los avisos acerca de ventas de fincas, al igual que el listado publicado por La Gaceta en 1867, evidencian el papel jugado por las mujeres en la actividad cafetalera, un tema curiosamente no discutido en los valiosos estudios de Charlip sobre los mercados de tierra y crédito.15 La importancia de considerar estos procesos económicos desde una perspectiva de género se visualiza mejor al considerar las investigaciones de Elizabeth Dore, según las cuales la privatización de la tierra en Diriomo propició la conversión en propietarias de una proporción significativa de la población femenina (un 15 por ciento de las pequeñas propiedades en 1920).16

El apartado siguiente se refiere a la fuerza de trabajo y al Estado. El primer aviso visibiliza el esfuerzo estatal por disciplinar la mano de obra, al limitar los días de fiesta. Lo significativo de tal disposición es que el poder público en la Nicaragua de 1879, en vez de prohibir esas festividades al estilo de Braulio Carrillo en la Costa Rica de cuarenta años atrás, se limitara a tratar de disminuir su espacio (ninguna podría "durar más de tres días"), un indicador de la fortaleza de la cultura popular y del localismo político en el caso nicaragüense.

Los otros dos anuncios, al tiempo que patentizan el desvelo estatal por controlar a los trabajadores, revelan cuán necesario era ofrecerles estímulos económicos y sociales (excención militar, baja del pasaje) para insertarlos en el mercado laboral cafetalero.17 La existencia de tales incentivos destaca, a la vez, la ineficacia del sistema de peonaje por deudas, socavado por la intensa competencia entre los patronos por conseguir jornaleros, y por la limitada capacidad del Estado para capturar y castigar a los operarios que incumplían sus compromisos laborales.18

El papel de los extranjeros y del capital foráneo en el comercio, el crédito y la tecnología, son el eje de las dos secciones finales.19 El ocaso del siglo XIX atestiguó un proceso de difusión creciente de maquinaria en el universo del café, en especial de aparatos vinculados con el procesamiento del grano de oro. Los caficultores de Nicaragua que carecían de los fondos para invertir en la adquisición de tal equipo (trillas a vapor y otros por el estilo), podían comprar el servicio de beneficiado, una opción que los productores del Valle Central de Costa Rica tuvieron desde ?por lo bajo? la década de 1850.20

*

El presente aporte documental aspira a servir al investigador interesado en el pasado económico y social de Centroamérica, en particular el de Nicaragua. El uso que se le puede dar a los datos censales y a las descripciones que ofrecen los avisos es variado, y dependerá de las preferencias temáticas y teóricas de la persona que utilice tal evidencia. Los documentos fueron transcritos literalmente, y conservan la ortografía y los errores del original. La colección de la Gaceta que se consultó pertenece al Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, un anfitrión intelectual generoso con cuantos tocan a su puerta.21


Notas

arriba

vuelve * La investigación que sirvió de base para este artículo se realizó en el Centro de Investigación en Identidad y Cultura Latinoamericanas (CIICLA) y fue financiada por la Universidad de Costa Rica. La primera versión de este trabajo circuló en forma impresa en: Revista Parlamentaria. San José (Costa Rica), Vol. 8, No. 2 (agosto del 2000), pp. 389-416.

vuelve1. Samper, Mario, "Los paisajes sociales del café. Reflexiones comparadas." Caravelle. Toulouse, No. 61 (1993), p. 51. Para un balance de los estudios sobre el café en América Latina, con especial referencia a las experiencias centroamericanas, véase: Topik, Steven C., "Coffee Anyone? Recent Research on Latin America Coffee Societies". Hispanic American Historical Review. 80: 2 (May, 2000), pp. 225-266.

vuelve2. Cardoso, Ciro y Pérez, Héctor, Centroamérica y la economía occidental (1520-1930) (San José, Editorial Universidad de Costa Rica, 1977), p. 220.

vuelve3. Dore, Elizabeth, "La producción cafetalera nicaragüense, 1860-1960: transformaciones estructurales". Samper, Mario y Pérez, Héctor, comps., Tierra, café y sociedad (San José, FLACSO, 1994), pp. 377-436. Véase también: Gudmundson, Lowell y Lindo-Fuentes, Héctor, Central America, 1821-1871. Liberalism before liberal reform (Tuscaloosa, The University of Alabama Press, 1995). Williams, Robert., States and social evolution: coffee and the rise of national governments in Central America (Chapel, Hill, The University of North Carolina Press, 1994).

vuelve4. Dore, "La producción cafetalera", p. 389.

vuelve5. Hall, Carolyn, El café y el desarrollo histórico geográfico de Costa Rica, (San José, Editorial Costa Rica, 1978), pp. 72-75. Molina Jiménez, Iván, Costa Rica (1800-1850). El legado colonial y la génesis del capitalismo (San José, Editorial Universidad de Costa Rica, 1991), pp. 240-246; ídem y Rodríguez, Eugenia, "Compraventas de cafetales y haciendas de café en el Valle Central de Costa Rica (1834-1850)". Anuario de Estudios Centroamericanos. San José, 18: 1 (1992), pp. 29-50.

vuelve6. Charlip, Julie A., "?So That Land Takes on Value?. Coffee and Land in Carazo, Nicaragua". Latin American Perspectives. 26: 1 (January, 1999), pp. 97-100; ídem, "At Their Own Risk. Coffee Farmers and Debt in Nicaragua, 1870-1930". Chomsky Aviva y Lauria-Santiago, Aldo, eds., Identity and Struggle at the Margins of the Nation State. The Laboring Peoples of Central America and the Hispanic Caribbean (Durham, Duke University Press, 1998), pp. 95-96.

vuelve7. Lanuza, Alberto, "Estructuras socioeconómicas, poder y Estado en Nicaragua (1821-1875)" (Tesis de Licenciatura en Sociología, Universidad de Costa Rica, 1976), pp. 166-168.

vuelve8. Fumero, Patricia, "De la iniciativa individual a la cultura oficial: el caso del General José Dolores Estrada. Nicaragua, década de 1870". Kinloch, Francis, eda., Nicaragua en busca de su identidad (Managua, Instituto de Historia de Nicaragua, 1995), pp. 307-349.

vuelve9. Lanuza, "Estructuras socioeconómicas", pp. 166-168. Romero, Gilma, "Formación de la economía agroexportadora cafetalera dependiente en Nicaragua: segunda mitad del siglo XIX". Managua, 1er. Congreso Científico, 13 al 17 de mayo de 1991, pp. 81-83.

vuelve10. Samper, Mario, "De gentes anónimas y archivos nominales; una experiencia de integración entre análisis estadístico y prosopográfico". Revista de Historia. San José, No. 29 (enero-junio de 1994), pp. 143-191.

vuelve11. Molina Jiménez, Iván, "Aviso sobre los ?avisos?. Los anuncios periodísticos como fuente histórica (1857-1861)". Revista de Historia. San José, No. 24 (julio-diciembre de 1991), pp. 145-187.

vuelve12. Molina y Rodríguez, "Compraventas de cafetales", pp. 29-50. Los aspectos indicados no los considera el profesor Edwin González; véase: "El estudio del café en la historiografía costarricense de los últimos diez años (1984-1994): un balance". Revista de Historia. San José, No. 30 (julio-diciembre de 1994), pp. 271-272.

vuelve13. Charlip, "'So That Land Takes on Value'", pp. 96-102.

vuelve14. Molina Jiménez, "Aviso sobre los 'avisos'", pp. 151-153.

vuelve15. Charlip, "'So That Land Takes on Value'", pp. 92-105; ídem, "At Their Own Risk", pp. 94-121. Sobre el caso de Costa Rica, véase: Molina y Rodríguez, "Compraventas de cafetales", p. 43.

vuelve16. Dore, Elizabeth, "Unidades familiares, propiedad y política en la Nicaragua rural: Diriomo (1840-1880)". Rodríguez Sáenz, Eugenia, ed., Entre silencios y voces. Género e historia en América Central (1750-1990) (San José, Centro Nacional para el Desarrollo de la Mujer y la Familia, 1997), pp. 21-40; ídem, "Privatización de la tierra y diferenciación del campesinado en Diriomo, 1850-1920". Revista de Historia. Managua, Nos. 5-6 (1995), pp. 39-57.

vuelve17. El papel de este tipo de incentivos en el mercado laboral nicaragüense no es considerado por Samper, quien tiende a asimilar el caso de Nicaragua con el de Guatemala. Samper, Mario, "Café, trabajo y sociedad en Centroamérica, (1870-1930): una historia común y divergente". Acuña, Víctor Hugo, ed., Historia general de Centroamérica, t. IV. Las repúblicas agroexportadoras (Madrid, FLACSO-Quinto Centenario, 1993), pp. 84-92.

vuelve18. Charlip, Julie A., "Trabajadores y café en Carazo, 1880-1930" (Ponencia presentada en el V Congreso Centroamericano de Historia, celebrado en San Salvador, del 18 al 21 de julio del 2000).

vuelve19. Charlip hizo un excelente estudio sobre el crédito en el departamento de Carazo. Charlip, "At Their Own Risk", pp. 94-121. Para una comparación con el caso de Costa Rica, véase: Molina Jiménez, Iván, "Habilitadores y habilitados en el Valle Central de Costa Rica. El financiamiento de la producción cafetalera en los inicios de su expansión (1838-1850)". Revista de Historia. San José, No. 16 (julio-diciembre de 1987), pp. 85-128. Rodríguez Sáenz, Eugenia, "La estructura crediticia del Valle Central de Costa Rica". Revista de Historia. San José, No. 19 (enero-junio de 1989), pp. 39-73; ídem, "Concentración y centralización del capital en el Valle Central de Costa Rica (1850-1860)". Revista de Ciencias Sociales. San José, No. 44 (junio de 1989), pp. 93-108.

vuelve20. Molina Jiménez, "Aviso sobre los ?avisos?", p. 150. La existencia de esta opción ha sido poco estudiada y valorada por los especialistas en historia agraria. Véase: Samper, "Café, trabajo y sociedad", pp. 78-83; ídem, "Los paisajes sociales", pp. 57-58.

vuelve21. Agradezco el apoyo y la ayuda de Margarita Vanini, Francis Kinloch, Miguel Angel Herrera, Xiomara Avendaño, Mario Molina y Patricia Fumero.


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