Thierry Davo

Lucky Luke y Jolly Jumper y recíprocamente (recuerdos de un traductor)

Université de Reims-Champagne-Ardenne, Francia
thierry.davo@wanadoo.fr

 

“Conocí a Rafael Menjívar Ochoa en diciembre de 1986. Él acababa de publicar su primera novela, Historia del traidor de Nunca Jamás, la había comprado en la mítica librería Macondo de San José, la había leído y me había interesado al punto de dedicar mi tiempo libre a traducirla, cosa –traducir una obra entera y no fragmentos sueltos– que hacía por primera vez. Tenía ganas de compartir este hallazgo con amigos franceses, el invierno costarricense era muy lluvioso, tenía en mente las recomendaciones de mi ex-profesor de traducción y mentor, Renaud Richard, quien alguna vez me dijera que traducir era algo que se olvida fácilmente si no se practica con regularidad. La novela era corta y, para una primera traducción, lo veía como algo posible”. Pocos autores centroamericanos actuales tienen la mayoría de su obra literaria traducida al francés. Es, sin embargo, el caso del salvadoreño Rafael Menjívar Ochoa cuyos libros fueron traducidos casi integralmente por el mismo investigador francés Thierry Davo y publicados en la pequeña editorial Cénomane dirigida por Alain Mala en Le Mans, muy distante de París. En este testimonio personal en forma de homenaje a la vez conmovedor y chistoso, Thierry Davo vuelve sobre su propio aprendizaje de la traducción, las dificultades de publicación en un mercado editorial centralizado que desconocía la literatura centroamericana y su entrañable amistad con el escritor salvadoreño fallecido en 2011. Una amistad entre “Lucky Luke y Jolly Jumper” (o vice versa) que no aceptaba mentiras y exigía franqueza del traductor ante el acto creador del escritor.

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