Sophie Sarah Esch1
Fantasmas del canal, frontera y el poeta en la orilla del río. La constitución del espacio río San Juan en los textos literarios Rápido tránsito, Trágame tierra, Waslala y Al otro lado del San Juan2
Instituto de Estudios Latinoamericanos
Universidad Libre de Berlín
Introducción
El río San Juan es “el río leyenda de Nicaragua” (Rocha, 2005) y según Augusto Monterrosso, el “río clave en Centroamérica como el Mississippi en el Norte y el Paraná y el Amazonas en el Sur” (2001: 134), pero al mismo tiempo es un río poco conocido en muchas partes del mundo. Eso no siempre ha sido así y en Nicaragua sigue teniendo un rol destacado en el imaginario nacional. Es, como me comentó Nicasio Urbina (2008), un río, “cuyas aguas y cuyas piedras están inscritas en la literatura, en la poesía, en los cuentos de Nicaragua”.
¿Qué es ese río legendario y al mismo tiempo desconocido, y qué tiene que ver la literatura con él? Este río, con una longitud de aproximadamente 200 kilómetros3, forma gran parte de la frontera entre Costa Rica y Nicaragua, y desde su “descubrimiento” por conquistadores españoles en el siglo XVI ha despertado un gran interés político, económico y cultural en Europa y luego en todo el continente americano. Esto se debe a que este río aunado al lago de Cocibolca permite atravesar casi todo el istmo vía barco, por lo que fue considerado como un lugar apto para la construcción de un canal interoceánico.4 La Corona española y el imperio británico dirimieron parte de sus luchas coloniales aquí. Durante la fiebre del oro en California (a partir de 1848), barcos de vapor transportaron miles de pasajeros de la costa oriental a la costa occidental de EEUU por esa vía, así que también el poder emergente empezó a fijar sus ojos en ese río estratégicamente importante.
En Nicaragua, a la cual –con base en demarcaciones de la colonia y algunos tratados del siglo XIX– pertenece la orilla norte y todo el río5, con el tiempo se creó un mito nacional que ve la construcción del canal como un “destino geográfico” (IHNCA, 1998: 5). Uno podría pensar que, con la apertura del canal de Panamá en 1914, ese sueño o esa pesadilla del canal de Nicaragua hubiera caducado, pero después de siglos de planes de construir un canal –aún en el siglo XX–, el fantasma del canal seguía correteando por la historia y la sociedad nicaragüense.
Otro elemento –aunque presente desde la independencia de Nicaragua y Costa Rica– reaparece con nueva fuerza y más frecuencia en los años 90 del siglo XX: conflictos limítrofes entre los dos países, lo que culminó en Costa Rica presentando una demanda ante la Corte Internacional de Justicia en la Haya en 2005. El río San Juan se convirtió en un espacio fronterizo disputado en el cual la migración nicaragüense, la navegación por el río de patrullas costarricenses armadas y la explotación turística provocaron conflictos. Debido a la instrumentalización política durante varias administraciones de Nicaragua –diciendo que “los costarricenses” quieren robarse el río San Juan–, se desarrolló toda una cultura popular en Nicaragua con camisetas estampadas, calcomanías y pulseras con el eslogan “El río San Juan es 100% nica”.6
El espacio río San Juan es un espacio politizado, históricamente y simbólicamente cargado, y tiene un rol destacado en el imaginario nacional de Nicaragua. A mi modo de ver son varios factores que conllevan a esa relevancia: la importancia geopolítica e histórica y el relativo aislamiento de la región del río San Juan, la instrumentalización política del espacio, la presencia física de los poetas José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal en la región y la producción literaria sobre el río San Juan.7
Esa producción literaria sobre el río San Juan constituye activamente el espacio río San Juan. Existe una gran cantidad de textos que han imaginado, descrito y constituido ese espacio: Empezando por textos de los conquistadores, relatos de viajeros europeos y estadounidenses (especialmente en el siglo IXX), esa literatura friccional8 cede terreno, a partir del siglo XX, a la literatura ficcional de los dos países adyacentes: Existe una diversidad de literatura –primordialmente proviniendo de Nicaragua– en la que el río San Juan tiene un rol destacado como escenario de la trama, como símbolo, metáfora o punto de partida para la creación de otros espacios no ubicados territorialmente. Los espacios que llaman la atención en los textos seleccionados (ver siguiente punto) son: el río San Juan como utopía, espacio de la literatura y espacio fronterizo.
Utopía, espacio de la literatura, espacio fronterizo – la constitución del espacio río San Juan en los textos literarios
Hay tantos textos literarios que tratan sobre el río San Juan que una selección es difícil y al mismo tiempo muy necesaria. Este trabajo se concentra en cuatro textos literarios: los ensayos autobiográficos/relatos viajeros Rápido tránsito (1959) de José Coronel Urtecho, la novela Trágame tierra (1969) de Lizandro Chávez Alfaro, y las dos novelas futuristas Waslala. Memorial del futuro (1996) de Gioconda Belli y Al otro lado del San Juan (2007) de Petronio Marcenaro. Para delimitar el cuerpo de análisis, decidí en primer lugar sólo tratar literatura nacional del siglo XX y XXI y –aunque muy interesantes– dejar de lado textos coloniales y los relatos viajeros europeos y estadounidenses del siglo XIX. Además, para no verme rebasada por la diversidad de géneros literarios y para fortalecer el estudio sobre la novela en Nicaragua, trataré en primer lugar novelas; solamente es una excepción el texto híbrido de José Coronel Urtecho, que oscila entre relato viajero, ensayo y escritura autobiográfica.
Rápido tránsito (Al ritmo de Norteamérica) trata en primer lugar de los “gay twenties” del narrador en los EEUU y sus encuentros con la New Poetry. De interés principal para este trabajo es el primer capítulo, “Viajeros en el río”, que habla sobre los extraños viajeros estadounidenses que pasan por el río San Juan. Ese primer capítulo y el último forman un paréntesis que relaciona el río San Juan con la literatura estadounidense, declarando el narrador que el río San Juan significa su propio Walden. Con esa referencia intertextual al libro de Henry David Thoreau se elabora la idea de vivir en comunión con la naturaleza y encontrar esa utopía en el río San Juan.
Es imposible tratar el río San Juan sin hablar de José Coronel Urtecho, quien vivió gran parte de su vida en la orilla costarricense del río. Coronel es el escritor nicaragüense más connotado con el río. Además, Rápido tránsito resulta interesante por su construcción del río San Juan como espacio de tránsito y de utopía, y por la autoconstrucción del autor como hombre letrado y del espacio río San Juan como espacio de la literatura. Uno de los párrafos más citados de Rápido tránsito, que también aparece citado tal cual en Waslala de Gioconda Belli, es:
“La soledad es cada vez mayor y más bella en el río. Tal vez el río se pueble un día, como pensaba Squier; naveguen barcos y gasolinas; pasten caballos y ganados de raza en sus llanos y en los gramales de las lomas; se miren en sus orillas hermosas casas tropicales y en muchas de ellas libros americanos y retratos de poetas. Tal vez la soledad y la belleza primitiva queden sólo en los libros. Tal vez la selva vuelva a cubrirlo todo. Todo depende.” (Coronel Urtecho, 1959: 24)
Aquí se puede ver el diálogo que hace Coronel con el texto Nicaragua, its People, Scenery, Monuments, and the Proposed Interoceanic Canal with Numerous Original Maps and Illustrations ([1852]) de Ephraim G. Squier y, a la vez, a través de Squier con la idea del canal: prevalece un cierto escepticismo hacia el proyecto canalero.
Resalta cómo Coronel constituye el río San Juan como un lugar creado por la literatura (“queden sólo en los libros”) y al mismo un espacio/hogar de literatura (“casas tropicales y en muchas de ellas libros americanos y retratos de poetas”).
Elegí la novela Trágame tierra de Lizandro Chávez Alfaro porque es uno de los textos literarios que mejor formula este sueño nicaragüense del canal que nunca se construyó. Esta novela contiene diferentes historias entrelazadas: la influencia estadounidense en Nicaragua, dramas familiares, la lucha contra Somoza. Pero la que me interesa más es una historia que está sólo al margen de la trama principal: El protagonista, Plutarco Pineda, tiene un terreno al lado del río San Juan y lleva años esperando que se construya un canal para volverse rico. Hay una fuerte espera de que alguien –EEUU– venga y construya el canal, que se ve muy claramente en la alusión bíblica de “Eran sólo tres palabras mágicas: hágase El Canal” (Chávez Alfaro, 1969: 93).
Esta novela articula la idea de que con el canal “se solucionará todo y que llegará el progreso y la prosperidad”, lo que en general es parte del imaginario nicaragüense sobre el proyecto canalero. En ese sentido es aún más interesante que la novela no tenga lugar en el río San Juan sino en Rama, la frontera con Honduras, y en Managua. Es decir, en la novela, igual que en muchos discursos sobre el canal, la región física del San Juan está ausente. Aquí, el San Juan sólo es el no-lugar del canal.
En cuanto a la novela Waslala. Memorial del futuro de Gioconda Belli, la elegí porque dialoga con los textos de Coronel Urtecho (y Ephraim G. Squier) y porque visualiza la idea de la utopía connotada con el río San Juan. Esta novela futurista tiene lugar en un país llamado Faguas. La protagonista Melissandra parte de un río, donde vive con su abuelo José (una referencia intertextual a José Coronel Urtecho), en un viaje en busca de Waslala, un lugar utópico fundado por artistas donde se quiere construir otro tipo de convivencia humana (una referencia implícita a Solentiname). Para mí, de principal interés son los primeros capítulos, que tienen lugar en el río y crean una imagen idílica de José Coronel Urtecho y del río San Juan como utopía y como espacio de la literatura. También resulta interesante la novela por los desfases que crea en la topografía imaginaria de Faguas/Nicaragua.
Por último, elegí una novela reciente de un autor no tan conocido como los tres anteriores: Al otro lado del San Juan, de Petronio Marcenaro, un autor que nació un Nicaragua pero vive en Costa Rica. Esta novela contiene un aspecto transnacional muy explícito: Las historias tienen lugar en ambos lados de la frontera y al final los protagonistas se encuentran en el río San Juan. La novela está situada en el futuro, construido el canal interoceánico y Nicaragua y Costa Rica a punto de empezar una guerra. También la historia pasada se entreteje en la trama: aparecen personas llamadas Máximo Blanco y Francisco Morazán. En este libro prevalece la imagen del espacio río San Juan como espacio fronterizo, reflejando los debates actuales sobre migración y conflictos limítrofes. Aparte de que contiene mucho simbolismo religioso, destaca la idea del río San Juan como espacio donde pasado, presente y futuro se traslapan.
De la geografía política y la producción literaria al espacio real e imaginario río San Juan
En mi trabajo pretendo comprender –desde el análisis de la producción literaria– por qué el río San Juan es tan importante en el imaginario nacional de Nicaragua (y no así en el de Costa Rica), y quiero analizar cómo y de qué manera se constituye ese espacio en la literatura. Para este fin empleo primordialmente teorías de espacio.9 Desde las ciencias literarias estoy buscando inspiración en los siguientes tres trabajos: Literarische Geographie Lateinamerikas (2000) de Andrea Mahlendorff, Literatur in Bewegung (2001) de Ottmar Ette y Unbewohnte Utopie: der nicaraguanische Roman der achtziger und neunziger Jahre (2004) de Werner Mackenbach. Para entender el espacio mismo del río San Juan, me ayudó el concepto de “real-and-imagined places” del geografo Edward Soya (1996), es decir, que un espacio no consiste sólo en el espacio físico o territorial sino que es simultáneamente un espacio imaginario, un espacio en la mente.
Pero no se debe olvidar que el espacio literario es en sí un espacio propio (Mackenbach, 2004) y que la constitución de ese espacio es un proceso dinámico: el espacio se crea por los movimientos (Ette, 2001). Para reunir las diferentes ideas empleo un juego de palabras en alemán: TexTRäume: Text – Traum – Raum. Es decir, los espacios que analizo aquí son una combinación entre texto – sueño – espacio porque son espacios textuales soñados/imaginarios o texto-espacios imaginarios.
Para ejemplificar la idea de los “real-and-imagined places” y para aclarar a qué me refiero cuando hablo del espacio río San Juan en este trabajo, quiero exponer por qué el río San Juan es un espacio real-e-imaginario: El espacio río San Juan es una expansión territorial difusa: comprende el río con una aproximada longitud de 200 km y sus orillas nicaragüenses y costarricenses. Puede incluir, en territorio nicaragüense, a los municipios San Carlos (con el archipélago Solentiname), El Castillo y San Juan del Norte y más al norte a los municipios Miguelito, Morrito y El Almendro y, en territorio costarricense, a los cantones Los Chiles, San Carlos, Sarapiquí y Pocosi. Al mismo tiempo, es un espacio en la mente, es decir el espacio imaginado río San Juan que va más allá del espacio territorialmente ubicado y que se refiere a los imágenes, textos, ideas y sueños connotados con el río. Es importante entender que no se puede separar el espacio físico del espacio semánticamente cargado y simbólico. El río San Juan es, a la vez, la idea del canal, paso fronterizo para migrantes y viajeros pasados y actuales, miles de mapas, una región de exploración agrícola y de creciente desarrollo turístico, instrumento para la cohesión nacional, el evangelio de Solentiname, Coronel en su finca, lugar de invasión de piratas, tropas regulares y filibusteros; es y no es el estrecho dudoso, selva y destrucción ambiental, lugar de tránsito, espacio donde pasado y posible futuro se entrelazan, esperanza y sueño de elites y región herida por la guerra de los Contra.
Casi todos los libros sobre la historia del río San Juan contienen siempre largas enumeraciones sobre los eventos y las personas que pasaron ahí, destacan la relevancia geopolítica del lugar y la idea del canal: Henry Morgan estuvo ahí, Horatio Nelson luchó ahí, Napoleón III escribió sobre el canal al igual que Alexander von Humboldt; Marx menciona el río San Juan y el plan de Sandino para alcanzar el sueño bolivariano trata primordialmente del Canal de Nicaragua. Imágenes de la migración nicaragüense hacia Costa Rica normalmente muestran a los migrantes cruzando por el río. El espacio río San Juan también son Mark Twain y los demás pasajeros exclamando su ”The Nicaragua route forvever”, Rafaela Herrera y su danza en la colina y nada más, los tiburones ya casi extintos nadando en las aguas turbias del río, el capitán Pedro con su concha que Squier describe y que Belli retoma. Muchos son las imágenes y los textos que describen el espacio, que se inscriben en el espacio y que así empiezan a ser el espacio mismo del río San Juan.
Es por la geografía política del río San Juan, que se manifiesta en primer lugar en su posición ístmica y su calidad de frontera, que el río adquiere importancia; pero es la literatura la que constituye activamente al espacio, llenándolo de imágenes, colores, palabras, ideas, eventos. Desde que empecé esta investigación tuve la idea de que también por ser una región de difícil acceso es que el espacio río San Juan se presta tanto a la imaginación. Proponiéndola a las personas entrevistadas durante el desarrollo de la investigación, esa idea se verificó parcialmente. En una entrevista, Nicasio Urbina me contestó:
“El hecho de que sea un lugar inaccesible, remoto, es lo que lo hace mítico, y tiende a idealizarlo. Es un lugar muy bello al que es difícil llegar; especialmente si tu vas desde Nicaragua, el viaje es incómodo, difícil, cansado; entonces, cuando finalmente llegas y empiezas a navegar por el río, y ves aquel río enorme, bellísimo, rodeado de vegetación, poderoso, hay una especie de mitificación inmediata. Eso puede ser un poco diferente si lo ves desde Costa Rica, porque desde Costa Rica, ahora el acceso es relativamente fácil, en buenas carreteras, y ya no hay aquel esfuerzo que hay que invertir en llegar a un lugar. Ya no es un lugar virgen, inaccesible, sino que estás rodeado de construcciones, hoteles, campos de golf. Ya no es un lugar remoto ni paradisíaco.” (2008)
Habrá controversia sobre si es un lugar paradisíaco si uno lo ve desde el lado nicaragüense del río, pero de lo que no hay duda es de que es un lugar remoto y poco comunicado con el resto de Nicaragua. La región –aunque tan importante para el imaginario nacional– sigue siendo periférica.
Pero es la literatura la que una y otra vez pone a esta región en el centro. Hasta en sus cantos épicos Estrecho Dudoso (1966), Ernesto Cardenal alude a la idea de que la búsqueda del estrecho dudoso era una de las razones principales para la conquista o, como lo pone Coronel en el prólogo al Estrecho Dudoso: “De modo que no fue el oro –esa substancia mágica que desde luego enloquecía a todos– el móvil principal de la conquista de Centroamérica, sino el Estrecho” (1966: 41).
Así, Cardenal y Coronel ponen al río San Juan y al istmo centroamericano en el centro de las Américas. Ese movimiento se intensifica en un libro compilado por Cardenal: El Río San Juan: Estrecho Dudoso en el centro de América (1993). Ese libro empieza con textos coloniales de Alonso Calero, sobre Horatio Nelson y Rafaela Herrera; sigue con partes de relatos viajeros de Ephraim G. Squier, Julius Froebel, Pablo Levy y Carl Bovallius. Luego incluye textos de Coronel, “Los pies descalzos de Nicaragua” (1976) de Pedro Joaquín Chamorro, cuentos de Julio Cortázar y Fernando Silva y hasta poesía y literatura testimonial y relatos viajeros de y sobre Solentiname. Y todo el tiempo, el espacio río San Juan en el centro. Son los relatos viajeros los que empiezan a constituir el espacio río San Juan (Mackenbach, 2008; Urbina, 2008). A la selección de Cardenal se podrían agregar más relatos viajeros como p.e. los Travels with Mr. Brown. Being Heretofore Uncollected Sketches ([1866/67] 1971) de Mark Twain. En sus textos prevalece la imagen del espacio del río San Juan como un paraíso verde y virgen –un locus amoenus. En otros relatos viajeros predomina –por supuesto– lo contrario: el río San Juan como locus terribilis. Estas imágenes son típicas percepciones de espacio en América Latina –especialmente por parte de los viajeros.
Lo que se me hace interesante es cómo se reivindican ciertas percepciones espaciales de los relatos viajeros en la literatura nicaragüense del siglo XX. Leonel Delgado me comentó al respecto: “los viajeros han fundado el río de manera retórica y lo que hace José Coronel Urtecho es reafirmarlo e integrarlo en el imaginario nacional” (Delgado, 2008). José Coronel Urtecho parece haber sido el primero en escribir sobre el río San Juan desde el ámbito nacional10, aunque siempre se hace notar también una visión transnacional y local en sus textos. Él escribió textos diversos sobre el río San Juan: p.e. el prólogo a Estrecho dudoso de Cardenal, Pequeña biografía de mi mujer (1964) y A Luis Rosales lo esperamos en el río San Juan” (1972). Y Coronel mismo y “su río” empiezan a figurar en textos literarios, por ejemplo en Waslala y en poemas del costarricense Adriano Corrales (ver Revista Fronteras 2000 y sin año).
Aparte de las novelas analizadas por mí habría que mencionar más novelas que tocan el tema del río San Juan y/o del canal en Nicaragua: Timbucos y calandracas (1982) de Jorge Eduardo Arellano, Rafaela. Una danza en la colina, y nada más... (1997) de Ricardo Pasos Marciacq, Atentado en el río (2000) de Julio Centeno Gómez y Mil y una muertes (2004) de Sergio Ramírez. Además existen varias compilaciones de cuentos de Fernando Silva como p.e. Las islas de afuera (2000), y los Cuentos riosanjuaneños (1999) de Carlos Aguirre Marín. Algunos de esos textos tratan la región misma del río San Juan y aparentan ser una literatura más regional mientras otros se ocupan de la historia del río San Juan y su (no-)relevancia y proyección nacional e internacional.
La única novela de un costarricense sobre el río San Juan que pude encontrar hasta ahora –aparte de la del nica-tico Petronio Marcenaro– es En el San Juan hay tiburón (1967) de Fabián Dobles. Existe también un cuento del costarricense Iván Molina, que se publicó en Costa Rica y en Nicaragua: En busca de humanidad (2007). Es interesante notar cómo en estos textos provenientes del ámbito costarricense se trata el río San Juan en primer lugar como frontera y siempre en relación a Nicaragua. Al mismo tiempo, ambos textos son un reflejo de los contextos históricos muy distintos en los que se escribieron.
Para ir cerrando, se podría alegar que, en su lógica muy propia, la literatura aborda el espacio río San Juan y forma parte en la constitución del mismo. Las ideas y las imágenes creadas dentro de los textos están en un diálogo constante con otros factores, como por ejemplo la geografía política y la historia. La literatura encarna un factor muy particular que adopta diferentes caminos de circulación. Existe aun más literatura que trata de alguna forma sobre el río San Juan11, pero el objetivo aquí era más bien mostrar una primera selección de lo que se ha escrito a través de los siglos para bosquejar esa “dimensión epistemológica de la literatura” .12
Perspectivas – unas ideas para la investigación transnacional
La producción literaria sobre el río San Juan es estimulante y queda tanto por explorar y analizar.
Con este texto quise en primer lugar presentar mi trabajo de tesis de Magister (que está en proceso de escribirse, reformulándose, cambiándose y enfocándose cada día más). Pero quiero terminar esbozando unas ideas sobre cómo se podría seguir trabajando, pensando y estudiando el espacio real-e-imaginario río San Juan desde las ciencias literarias/culturales para también incluir ese espacio periférico-central en ese proceso hacia una historia de las literaturas centroamericanas puesto que, a pesar de la diversidad de la producción literaria sobre el río San Juan, se han realizado pocos trabajos académicos sobre el tema desde las Letras.
Abundan trabajos históricos y políticos que se ocupan del “descubrimiento” del río, de los proyectos canaleros y de tránsito, de conflictos limítrofes y de la influencia estadounidense y europea en la historia del río (Brannstrom, 1992; Facio/Solís 2001; Folkman, [1972] 1976; Granados/Jiménez, 2002; Incer Barquero/Pérez Valle, 1999; IHNCA, 1998; Jinesta, 1964; Kinloch Tijerino, 1999; Obregón Quesada, 1993; Rabella, 1995; Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano, 1969; Rodríguez Serrano, 1968 y 1983; Sibaja, 2006).
Además, hay dos artículos de José Luis Rocha que, dentro de una crítica al nacionalismo, analizan la importancia del espacio río San Juan para el imaginario nacional, poniendo el dedo en el abandono político de la región misma (2005, 2007). Caben mencionar dos artículos excelentes de la historiadora Frances Kinloch Tijerino sobre el canal en el imaginario nicaragüense del siglo XIX (1994) y otra con el título “El Río San Juan: de vía interoceánica a ruta de migración transfronteriza” (1998).
No obstante, hay pocos trabajos desde las ciencias literarias/culturales sobre la temática: Hay una ponencia muy interesante de Nicasio Urbina (1996) sobre el mito del canal en la literatura nicaragüense en general, y hay una ponencia sobre “Viajeros en el río” de Janet Gold (2001) que analiza la relación entre espacio físico y espacio imaginado. Así mismo, existe un artículo de Adriano Corrales sobre la cultura en la región norteña de Costa Rica (1998). Aun así, parece que no existen monografías que traten específicamente la producción literaria sobre el río San Juan.
Vuelvo a lo mismo: Queda tanto por explorar y analizar. La figura de José Coronel Urtecho se me presentó tan esencial para el círculo de intelectuales y escritores de Nicaragua (pero también para los de Costa Rica, como me dí cuenta en las entrevistas con Francisco Rodríguez y Adriano Corrales).13 Hay que analizar más su figura –tan mítica para unos, tan crítica y controvertida para otros–, su vivir en el espacio fronterizo: poeta considerado nicaragüense que vivió largo tiempo en el lado costarricense. Habrá que analizar cómo a través de él empiezan a circular ideas, textos e imágenes en Centroamérica: Los textos viajeros que él retoma, la literatura estadounidense que introduce a Nicaragua. ¿Cuántas imágenes empezaron a circular a través de su prólogo al Estrecho Dudoso de Ernesto Cardenal? También en general habrá que seguir analizando los diálogos entre los relatos viajeros y las literaturas “nicaragüenses” y la circulación de estos textos.14
Otro ámbito que habrá que analizar más a fondo es la cultura popular alrededor del río San Juan: las camisetas estampadas y los autobuses que muestran variedades del “El río San Juan es 100% nica”, al igual que películas en Youtube15 –a veces reafirmando el nacionalismo, a veces burlándose de él. Otra tarea pendiente sería comparar y conectar literatura proveniente del ámbito nicaragüense sobre el río San Juan y el canal con literatura sobre el canal proveniente de Panamá.16
Como el río que fluye, que cambia su cauce no importándole ni el Tratado de Cañas-Jerez, ni lo que decida la Corte de la Haya, como la población de la región misma del río San Juan que pasa de un lado a otro, como la literatura que circula más allá de las fronteras, para entender las complejas dinámicas culturales alrededor del río San Juan habrá que salirse del ámbito nacional y ver las redes y entrelaces culturales –en la literatura centroamericana, y también en la americana en su totalidad. El río San Juan, viejo lugar de tránsito y de encuentros y desencuentros culturales, invita a ello.
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Soja, Edward W., 1996.: Thirdspace. Journeys to Los Angeles and Other Real-and-Imagined Places. Blackwell, Oxford, UK / Cambridge, M.: Blackwell.
Soto Hall, Máximo, [1899] 1992: El problema. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica.
Twain, Mark, [1866/67] 1971: Mark Twain's Travels with Mr. Brown. Being Heretofore Uncollected Sketches. New York: Russell & Russell.
Urbina, Nicasio, 2008: Entrevista (por teléfono). 21 de enero.
Urbina, Nicasio 1996: “El mito del canal interoceánico en la literatura nicaragüense.” Ponencia en el Centro Cultural Convento de San Francisco. Granada, Nicaragua. 10 de octubre de 1996. <http://www.tulane.edu/~urbina/> (12.11.2007).
vuelve 1. Sophie Sarah Esch está cursando un Magister en Estudios Latinoamericanos, Estudios Norteamericanos y Ciencias Políticas en la Universidad Libre de Berlín. .
vuelve 2. Este texto esboza las ideas principales de mi tesis de Magister. Fue presentado y discutido el 13 de marzo de 2008 en el CIICLA, Universidad de Costa Rica. En el marco de la excursión “Fronteras en movimiento – Dinámicas culturales y sociales en Centroamérica” (marzo/abril 2008) tuve la posibilidad de presentar y discutir mis ideas con catedrático/as y escritores en Costa Rica y Nicaragua. Agradezco (en orden alfabético) las aportaciones, comentarios y sugerencias de Victor Hugo Acuña, Erick Aguirre, Ernesto Cardenal, Adriano Corrales, Leonel Delgado, Carlos Granados, Frances Kinloch, Werner Mackenbach, Iván Molina Jiménez, Francisco Rodríguez Cascante y Nicasio Urbina. Sus comentarios están presentes en este avance de proyecto. También agradezco la ayuda de Marianne Braig, Pablo Hernández, Steffi Kron y Alexandra Ortiz que han estado acompañando este trabajo desde su comienzo.
La excursión fue una cooperación del Instituto Latinoamericano de la Universidad Libre de Berlín, la Universidad de Costa Rica, Sede San José y Sede Guanacaste y del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica de la Universidad Centroamericana en Managua, y fue financiada por el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD).
vuelve 3. Los datos sobre la longitud del río San Juan varían: 190 km y 200 km (Incer, Pérez-Valle 1999: 29, 77) hasta 205 km (Granados, Jiménez 2002: 13).
vuelve 4. Otras posibilidades para la construcción de un canal eran el istmo de Darien en Panamá (donde se construyó al final) y el istmo de Tehuantepec en México.
vuelve 5. Para ver esa cuestión con más exactitud histórica, ver p.e. Sibaja 2006; para ver la demarcaión actual entre ambos países ver el mapa del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER): <http://www.ineter.gob.ni/caracterizaciongeografica/capitulo4.html>.
vuelve 6. Paradójicamente, esa región “100% nica” y poco poblada es una de las regiones más pobres de Nicaragua y ha estado abandonada por el estado nicaragüense (Rocha 2005, 2007). Otra contradicción es que hoy en día, la región del río San Juan está bien comunicada con el resto de Costa Rica, mientras que es muy difícil llegar ahí desde el resto de Nicaragua.
vuelve 7. Debido a que algunos de los factores mencionados no tienen relevancia ni impacto en el contexto de Costa Rica, el San Juan tampoco juega un rol importante en el imaginario costarricense.
vuelve 8. Analizando el género literario híbrido del relato viajero y retomando la distinción que hace Gérard Genette entre textos ficcionales y diccionales, Ottmar Ette define el relato viajero como friccional, porque no se adjudica claramente a la ficción ni a la dicción sino más bien provoca una fricción entre ambos polos (Ette 2001: 48).
vuelve 9. También emplearé métodos como la lectura selectiva y close-reading. Además para este trabajo me pareció fundamental el concepto de intertextualidad. Debido a la existencia de pocas fuentes secundarias sobre la temática desde el punto de vista de las ciencias literarias, fue necesario hacer entrevistas con experto/as para discutir, verificar y modificar las ideas de este trabajo.
vuelve 10. Aparentemente, la primera novela sobre el tema del canal es El problema (1899) de Máximo Soto Hall (guatemalteco quien vivió parte de su vida en Costa Rica).
vuelve 11. Por ejemplo: The War in Nicaragua (1860) de William Walker y los diarios del costarricense Máximo Blanco, quien luchó contra los filibusteros en el San Juan (1856/57), los textos en La ribera derecha del río San Juan (una parte desconocida de Costa Rica) ([1862] 1998) recopilados por Alexander von Frantzius y el Viaje por Centroamérica (1863) de Wilhelm Marr, Wilhem. Además, los Cantos de Cifar y del Mar Dulce. ([1979] 2001) de Pablo Antonio Cuadra, Canal. El drama circular de Nicaragua y Centroamérica. (1988) de Nicómedes Zuloaga Pocaterra, Wild Shore. Life and Death with Nicaragua's Last Shark Hunters (2000) de Edward Marriott y Aquellos años de Solentiname (2000) compilado por Antonina Vivas. Veáse también la selección en Urbina 1996.
vuelve 12. Idea formulada por Pablo Hernández en la discusión en el CIICLA (marzo 2008).
vuelve 13. Las dos memorias de los Encuentros Binacionales de Escritores “José Coronel Urtecho in memoriam“ que se publicaron en la Revista Fronteras (2000, sin año) ofrecen una gran variedad de acercamientos literarios y académicos al poeta en la orilla del río San Juan. Material y bibliografías se pueden encontrar en: Boletín CIRCA No. 12, julio-diciembre 1997 <http://www.ciicla.ucr.ac.cr/bo20_su.htm>; Urbina, Nicasio 1990: “José Coronel Urtecho” <http://www.tulane.edu/~urbina/NicasioHome.CritArt.JCUEnc.html>.
vuelve 14. Ver p. e. “Postvanguardia y nostalgia modernista: ciudades americanas y crónica de sí en Rápido tránsito de José Coronel Urtehco“ de Leonel Delgado (2008) en esta misma revista <http://collaborations.denison.edu/istmo/articulos/delgado.html> y La poesía de Nicaragua y sus diálogos con Francia y los Estados Unidos. (1992) de Steven White.
vuelve 15. Ver p.e.: <http://www.youtube.com/watch?v=F__Y0cMi7P4>.
vuelve 16. Con respecto a esa idea, ver p. e. el artículo de Margarita Vázquez (2005) en esta misma revista.
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