Consuelo Meza Márquez

 

La narrativa de mujeres en Belice

 

Universidad Autónoma de Aguascalientes, México

cmeza@correo.uaa.mx

 

Notas*Bibliografía


La  literatura de este país de tradición anglófona ha sido un corpus descuidado en la historia literaria centroamericana. La ponencia pretende un primer acercamiento, destacando el papel de las mujeres en la construcción de los cánones literarios y las preocupaciones y temáticas que las motivan a apropiarse de la palabra para recrear la sociedad beliceña y decirse así mismas desde un cuerpo, una conciencia y un lenguaje sexuado femenino. Presenta un estado de la cuestión de la narrativa de mujeres, recupera a las narradoras Felicia Hernández y Zee Edgell que inician  una tradición escritural femenina en cuento (1978) y en novela (1982), respectivamente; para terminar con un panorama temático. Se incluye a manera de síntesis, un cuadro que da cuenta de 28 autoras, entre las cuales se encuentran cinco novelistas y cinco escritoras que fusionan el folklore y la ficción en su obra. En buena parte, la producción de las mujeres se ha centrado en el cuento.

 

Un estado de la cuestión

Una referencia obligada para los estudiosos que pretenden acercarse a la literatura de Belice es el ensayo de David Nicolás Ruiz Puga denominado “Panorama del texto literario en Belice, de tiempos coloniales a tiempos post-coloniales” (2001). Ruiz Puga señala que la historia de la literatura de Belice, corre paralela a su historia política y social que se expresa en una nación que lucha por forjarse una identidad propia. En este sentido, el texto literario antes de la independencia tenía como objetivo primordial el desarrollo de la conciencia política para la independencia política  y el texto a partir de la independencia en 1981 se orienta más a la política cultural de una sociedad multiétnica.

Ruiz Puga ofrece un panorama del desarrollo de la poesía, cuento, novela e incluso monografías sobre la historia de Belice. Afirma que la auténtica literatura local aparece en el siglo XX. La poesía empieza a publicarse a partir de la segunda década aunque de manera muy limitada y no será hasta la década de los sesenta que se dará de manera sostenida. En 1963 se publica la antología de cuentos Among my souvenirs de Leo Bradley, L. G. Vernon y John A. Walter que tenía como objetivo explícito el establecer una herencia literaria. La novela beliceña aparece en 1982 con la publicación de Beka Lamb escrita por Zee Edgell y le sigue The Sinner’s Bosanova (1987) de Glen Godfrey. Los trabajos de Edgell son importantes, señala Ruiz Puga, porque describen la realidad social y política de la sociedad neocolonialista de una manera sutil y única, además de destacar los temas de la opresión y la exclusión de la mujer beliceña. Su segunda novela In times like these (1991) tiene como tema la turbulencia creada por el movimiento pro-independencia y en el cambio social de una elite y burocracia colonial por una local. The festival of San Joaquin (1997) trae a la luz la violencia doméstica.

En relación con el cuento, Ruiz Puga señala que el género se encuentra inclinado hacia los temas rurales y a la diversidad étnica del país, integrando la cultura y su folklore: anécdotas, dichos, leyendas, bailes, cantos, remedios caseros y guisos. Expresiones culturales que durante la época colonial se relacionaban con la clase baja.

En el recorrido de este género narrativo, destaca la importancia de las siguientes obras: On heroes, lizards and passion (1988) de Zoila Ellis que presenta una cosmogonía beliceña; Those ridiculous years and other garifuna stories (1982) de Felicia Hernández; Old Benque: Erase una vez en Benque Viejo (1990) de David Nicolás Ruiz Puga, el primer libro de cuentos escrito en español y publicado en Belice; Characters, and caricatures in Belizean folklore (1991) de Meg Craig que presenta una análisis comparativo de la s distintas etnias en Belice; Got seif de Cuin! (1995), novela corta, publicada en español en México, que se encuentra basada en el movimiento nacionalista en Belice; Pataki Full de Colville Young, libro de cuentos que emplea el uso del creole (especie de inglés africanizado que habla una gran parte de la población) y autor de varias publicaciones que se enfocan en el uso del creole como idioma; The Little World of Danny Vasquez: Memoirs of Old San Pedro (1989) de Emory King, quien ha escrito asimismo monografías sobre la historia beliceña.

Ruiz Puga hace notar la importante labor editorial de Cubola Productions que inicia a mediados de los años noventa una serie de publicaciones sobre cuento, drama, poesía y folklore. En el 2000, publicó una colección de leyendas, mitos y cuentos originados en la literatura oral. Es en este género que se inscribe La visita y otros cuentos (2000) de Ruiz Puga (Ruiz Puga, 2001: s.p.).

Nicasio Urbina en “El IX Congreso Internacional de Literatura Centroamericana, 2001 en Belice” señala que lo más interesante de ese Congreso es que se extendió el canon de la literatura centroamericana para incluir la literatura anglófona de Belice. El ensayo ofrece un breve recorrido por la producción literaria en poesía, cuento y drama. En relación con la producción cuentística destaca a autores como Leo Bradley, Colville Young, Laurence G. Vernon, Evan X. Hyde, David. N. Ruiz Puga, Zoila Ellis y Evadne García. On heroes, lizards and passion de Zoila Ellis, escritora y abogada comprometida con la reivindicación de los derechos de la mujer, le parece de lectura fácil y profunda significación debido a esa cualidad de la autora para encontrar elementos imperecederos en las anodinas acciones cotidianas. Por el contrario, la escritura de Evadne L. Wade-Garcia le parece de lectura difícil y hermética para los extranjeros ya que la autora escribe en creole e intenta representar el discurso popular elevándolo a la categoría de discurso literario.  (Urbina, 2001: s. p.).

En 1995, la editorial Cubola inicia una colección denominada Serie de Escritores Beliceños. El primer libro de ésta es una antología de cuento denominada Snapshots of Belice que reúne obra de siete autores, entre los cuales se encuentra Zoila Maria Ellis y Evadne Garcia. La antología reúne obra escrita en un periodo de 40 años en los que el país tuvo numerosos y grandes cambios como la consumación de la independencia, el boom de la producción azucarera, modificaciones en las tendencias demográficas, la introducción de la televisión satelital, el crecimiento del turismo y el surgimiento de la violencia y las pandillas, entre otros. Es en este sentido que la antología presenta pequeños retratos del pasado y el presente, coloridas fotografías instantáneas de la vida y la cultura del país.

Si bien la antología no es de literatura infantil o juvenil, si está pensada como un medio para que los estudiantes aprendan su herencia literaria a partir de autores beliceños que escriben sobre Belice. Asimismo, esta dirigida a estudiantes interesados en el desarrollo literario y la identidad cultural de su país (Phillips, 2003: 6-10).

El cuarto número de la Serie de Escritores Beliceños es una colección que recupera cuentos y leyendas de tradición oral y esta dedicado a esas personas que han perpetuado la herencia cultural del país. If Di Pin Neva Ben: folktales and legends of Belice (2000) es una obra que recupera ese conjunto de tradiciones transmitidas oralmente por generaciones y que expresan las supersticiones y leyendas populares, las creencias y costumbres, y las maneras de hacer en ese enfrentamiento con lo supernatural, la naturaleza y con el entorno social en la lucha por la sobrevivencia. La obra parte de dos procedimientos diferentes en la recuperación de estas narrativas. El investigador realiza la grabación y la transcribe de manera literal tal como le fue contada. Son narrativas recuperadas en creole y en español, respectivamente por Ervin Beck y Timothy Hagerty, para posteriormente realizar una traducción al inglés conservando ciertas palabras y modismos. Una manera alternativa de preservación de las narrativas orales tiene como fundamento los recuerdos del autor que recrea lo contado por los abuelos, padres y cuentacuentos. De esa recreación, surge un género híbrido entre el folklore y la literatura. Autores de esta colección son Leo Bradley, David Ruiz, I.E. Sanchez, Jessie Nuñez Castillo y Elizabeth Joan Cardenas. Asimismo, la antología se divide en cuentos y leyendas. Los cuentos se reconocen como ficción por ambas partes: la que cuenta la historia y la que la escucha. Las  dos autoras incluidas se ubican en esta categoría. Las leyendas se suponen como verdaderas.

Los números 5 y 6 de la Serie de Escritores Beliceños son dos antologías de cuento de escritoras beliceñas que compila Gay Wilentz. Memories, dreams and nightmares (2002), Volume 1, reúne trece cuentos de igual número de autoras: Zee Edgell, Ingrid Reneau, Lydia Loskot, Corinth Morter-Lewis, Sandra Crough, Iris Abraham y su hija Myrna Manzanares, Ivory Nelly, Helen Elliott Rocke, Ivette Holland, Carol Fonseca, Mary Gomez Parham y Shannon Gillett.

Zee Edgell escibe el prologo de la antología. Afirma que con esta publicación se inicia una nueva etapa en la historia literaria de Belice, una en que las mujeres se dan permiso de escribir, desde un cuerpo sexuado femenino, diferentes temáticas que dan cuenta de la cultura de un país multiétnico con una gran variedad de tradiciones, costumbres e historias que todavía no han sido contadas en ese proceso de construir una memoria e identidad como beliceños. Una literatura contradiscursiva a esa herencia colonial y un acto de sobrevivencia como mujeres (Edgell, 2002: 7-8). Por su parte, la compiladora Gay Wilentz afirma que las historias de mujeres expresan ese dolor producto de un pasado escondido, invisibilizado. Mujeres de todas las edades y diferentes orígenes sociales, étnicos y culturales que tienen historias que contar e historias que temen contar porque conocen el precio a pagar por  revelar una verdad experimentada desde un cuerpo y una conciencia sexuada femenina. Las historias que se cuentan son relatos que muestran el dolor, la fortaleza, las batallas, las aspiraciones y cuestionamientos sobre su papel como mujeres beliceñas en esa sociedad en construcción. Los cuentos de la antología son, por tanto, historias que reflejan situaciones extremas, sobre hechos que rara vez se cuentan en público (Wilentz, 2002: 9-10).

Memories, dreams and nightmares (2005), Volume 2, incluye 14 cuentos del mismo número de escritoras. Zee Edgell y su hija Holy Edgell; Sandra Crough, Ivette Holland y Myrna Manzanares que al igual que Zee Edgell se encuentran antologadas en el primer volumen; autoras como Zoila Ellis, Jessie Nuñez Castillo y Felicia Hernández que ya han sido incluidas  en publicaciones anteriores de la Serie de Escritores Beliceños; además,se encuentran otras autoras como Minerva Aponte-Jolly, Kathleen Esquivel, Arifah Ligthburn, Melba Marin-Velasquez, Sylvia Nablo de Vasquez y Natalie Williams.

Zoila Maria Ellis escribe en el prologo que las voces  que se encuentran en estos cuentos, no representan únicamente las voces  de las mujeres sino que constituyen las voces de escritoras que demandar ser escuchadas y que reclaman su lugar en la historia en ese proceso del país de construir una identidad propia que surge de esa fusión cultural como beliceños/caribeños/africanos/centroamericanos/americanos (Ellis, 2005: 5-6).

Los cuentos de este segundo volumen, se encuentran referidos al pasado y al presente, reflejando esa resistencia de las mujeres al colonialismo inglés, a fenómenos naturales como los huracanes y su visión de procesos históricos como el movimiento de independencia. Los cuentos se centran en las relaciones entre varones y mujeres, y sobre todo, en ese papel que cumplen las mujeres como transmisoras generacionales de la cultura y las tradiciones. Una característica de los cuentos es ese acento en la continuidad generacional como un rasgo distintivo para recrear la historia y la cultura. Se presenta esa continuidad generacional y esa matrilinealidad no exenta de conflictos como es la relación madre-hija y el papel de la abuela como  pilar fundamental (Wilentz, 2005: 7-13).

 

Las primeras narradoras

Felicia Hernandez née Ogaldez (1932) publica cuento en 1978, antes de que Belice se independice del lazo colonialista inglés el 21 de septiembre de 1981. Nace en Dangriga donde cursa su educación formal. Se incorpora a la enseñanza en 1948 y se desempeña en diferentes lugares del país. Recibe entrenamiento como maestra en Belice Teachers’ College en los años de 1968 a 1970. A finales de la década de los setenta, Felicia y su familia emigraron a los Estados Unidos donde continúa con sus actividades en el campo educativo y se inicia en la escritura. Ha publicado cuatro colecciones de cuento: I don’t know you but I love you (1978), Those Ridiculous Years and other Garifuna Stories (1982), Narenga (1993) y Reflections and other family stories (2000). Narenga ha sido producido, asimismo, en una versión para CD en el 2001. Felicia estudia la licenciatura en arte en la línea de escritura creativa en la Universidad Estatal de Nueva York  y es integrante de la Asociación Caribeña de Mujeres Escritoras y Académicas (ACWWS)1. En 1978, Felicia recibe un reconocimiento por su labor por parte del Congreso de California de Padres y Maestros en la ciudad de San José.

Zee Edgell (1940) es una escritora que publica la primera novela del Belice independiente. Beka Lamb se edita en 1982, un año después de que el país se independiza del imperio británico. Es, por tanto, la primera novela de una nueva nación y, asimismo, la primera que obtiene reconocimiento internacional. Beka Lamb obtiene el galardón inglés Fawcett Society Book Prize en 1983 otorgado anualmente a trabajos de ficción que contribuyen a la comprensión del lugar que las mujeres ocupan en la sociedad contemporánea. La novela es la historia de Beka y su familia. Retrata la vida de una familia típica beliceña y la tensión política del país a través de la mirada de una jovencita.

Los temas referidos a sucesos históricos, las luchas específicas de la sociedad beliceña y su proceso de desarrollo, así como, la problemática de las diferentes capas y estratos de ese complicado entramado social y racial de Belice son los elementos de su obra que tienen como característica el ser recreados a través de los lentes de protagonistas femeninas fuertes y rebeldes. In times like these (1991) relata las manifestaciones populares, las luchas internas de los grupos políticos beliceños, su posición frente a la disputa territorial entre Inglaterra y Guatemala y su proyecto de nación, en los meses previos a la consumación de la independencia. El proceso de maduración de una conciencia política autónoma de estos grupos corre paralelo al proceso de maduración de la protagonista como sujeto de transformación social y como mujer que asume el control de su vida personal. The festival of San Joaquin (1997) tiene por protagonista a una mujer mestiza, otro de los grupos étnicos que integran el mosaico racial del país. Muestra las condiciones de vida y de lucha de las mujeres de este grupo y recupera un incidente real de una mujer que es objeto de violencia doméstica y mata al marido. El núcleo de la novela radica en mostrar que es lo que hace y siente una mujer ante esa situación, cómo debe de modificar sus aspiraciones y sueños, su lucha por sobrevivir y salir adelante. Su cuarta novela On the River Belize, próxima a publicarse, tiene como protagonista a una mujer negra en el contexto de la época de los esclavos en Belice. Su padre, un hombre blanco, la vende a otro hombre blanco. Ella se casa con él y obtiene su libertad.

Su obra ha sido publicada en Inglaterra por Heinemann International Literature and Textbooks. Beka Lamb forma parte de los textos de lectura obligatorios en “high school” en los países caribeños de habla inglesa. Ha sido traducido al alemán por Uta Goridis y publicado en 1989 por Orlanda Frauenverlag. Se incluye en el texto 500 Great Books by Women, a Reader’s Guide (1994) publicado por Erica Bauermeister2. Además, diferentes capítulos del libro se encuentran en las siguientes antologías: Daughters of Africa (1991) editado por Margaret Busby3, Her True True Name (1989) editado por Elizabeth Wilson y Pamela Moredecai4, y Der Moedervlek Suite (1987)5.

Zee Edgell esta formada en periodismo por parte de la Escuela de Lenguas Modernas del Politécnico de Londres y la Universidad de las Indias Occidentales. Trabajo como periodista durante diez años en periódicos como el “Daily Gleaner”  de  Jamaica y “The Reporter” de Belice. En este país, ha sido profesora de “high school” en St. Catherine Academy y en el Departamento de Educación de la Universidad de Belice. Actualmente, es profesora en el Departamento de Inglés de la Universidad del Estado de Kent de los Estados Unidos.

Asimismo ha participado activamente con el gobierno beliceño en el Ministerio del Trabajo. En 1981 fue designada Jefa de la Unidad  de las Mujeres y cinco años más tarde Directora del Departamento de Asuntos de la Mujer. Ha desempeñado diferentes cargos y en organizaciones de mujeres de Belice, Nigeria y Somalia, y ha vivido, estudiado o trabajado por un mínimo de dos años en cada uno de los siguientes países: Afganistán, Bangladesh,  Belice, Inglaterra, Jamaica, Nigeria, Somalia y los Estados Unidos6.

 

Una mirada panorámica: los temas

En el género de novela destacan las obras de Zee Edgell (1940) que son recreadas desde la mirada femenina y dan cuenta de relaciones familiares, sociales y de poder, así como del lugar que las mujeres de diferentes edades ocupan dentro de este entramado. A lo señalado arriba, habría que añadir la preocupación de Edgell por dar voz a los diferentes grupos étnicos que integran el mosaico racial de Belice. Escribe en inglés pero en los diálogos de sus protagonistas recupera el creole del habla cotidiana. Esta hibridez, en el sentido de que se fusionan las diferentes voces que se encuentran en los procesos derivados de sociedades multiétnicas como Belice, recupera esa particular manera de expresarse, en esa mezcolanza de inglés y creole. Esta característica se presenta, en mayor o menor grado, en el conjunto de escritoras, con excepción de Evadne García (1950)  que escribe cuento y novela en creole. Otras escritoras que publicaron novela a finales de la última década del siglo XX son Claudia McKay que con Twist of Lime (1997) incursiona en el género de la novela de misterio y tiene como tema a una reportera lesbiana en una excavación maya en Belice;  Katie Shea Stevens y la obra The Church of the Day of Reckoning (1998).

La producción cuentística se inicia con Felicia Hernandez née Ogaldez (1932) publica su primera colección de cuentos en 1978, todavía bajo el régimen colonial. Those Ridiculous Years and other garifuna stories (1982), su obra más conocida, es una colección de cuentos que tienen como tema la cultura garífona. Responde a esa inquietud, que comparte con otros autores, por preservar la tradición oral como parte de la identidad cultural. Lo anterior ha provocado el surgimiento de un género híbrido que se encuentra entre el folklore y la literatura. Cuentistas como Meg Craig7, la escritora garífona Jessie Nuñez Castillo8, Felicia Hernández y  Elizabeth Joan Cárdenas9 dan cuenta del género.

En relación con las antologías de cuento Memories, dreams and nightmares,  las cuentistasrelatan las condiciones de vida, costumbres, creencias y  tradiciones que afectan a las mujeres en particular, y al conjunto de la sociedad: la amalgama cultural de un país multiétnico, las dificultades económicas para sobrevivir y tener acceso a la educación, las condiciones de vida y la ausencia de servicios básicos como drenaje y agua entubada al interior de las casas, la presencia o la sombra del orden colonial, la invasión cultural norteamericana debida a los procesos migratorios, la resistencia y el deseo de construir un nuevo orden, memoria e identidad.

En uno de sus cuentos, Zee Edgell nos sitúa en el contexto del orden colonial y se asiste al proceso de toma de conciencia de una niña que a través de la mirada del tío aprende del racismo y la discriminación de los soldados beliceños en el ejército británico para posteriormente llevar esta reflexión a la opresión colonial y a una abierta actitud de resistencia. La niña rompe con la ideología y la memoria de la Honduras Británica para incorporarse afectivamente, a ese movimiento rebelde de construir una memoria e identidad contradiscursiva.

Otra de las preocupaciones que expresa Edgell es mostrar  la conflictiva relación entre hermanos que compiten por el amor de la madre y que a su muerte es suavizada por la mediación de la esposa de uno de ellos. Puede observarse la relación de pareja en un sentido armónico, respondiendo a esos estereotipos de roles en los que la mujer protege, asumiendo, el aspecto emocional del varón.

Los procesos de socialización a los que deben sujetarse las mujeres conforme a los mandatos culturales es una inquietud presentada por varias autoras. Ingrid Reneau tiene como tema aquellos que son transmitidos y reproducidos por las propias mujeres de la familia. Muestra a una niña zurda que pierde al padre, ella relaciona la muerte con la perdida de las capacidades de su hemisferio izquierdo y con ciertos márgenes de libertad y comprensión. Asimismo, puede observarse la relación padre-hijas en el contexto histórico de la relación colonial. Lydia Loskot muestra una familia en la que el padre trata de educar a las niñas en las mas puras tradiciones inglesas y en la regla familiar de solo hablar el mas puro inglés británico y la prohibición del creole “pues como obtener las becas que otorga el gobierno si no pueden hablar como damas” (Loskot, 2002: 42-43). Sin embargo, las niñas se resisten y hablan el creole entre ellas. Esta inquietud por el lenguaje, por pensarse y expresarse en creole es una referencia permanente. Las personas utilizan el creole para expresar su indignación y molestia, para tranquilizarse cuando se sienten amenazadas, para brindarse apoyo en situaciones de crisis o de conflicto y en la relación consigo mismas. El creole como la vía para regresar al origen, al vientre y a la lengua de la madre se encuentra de manera muy marcada en Corinth Morter-Lewis y Mary Gomez-Parham.

Sandra M. Crough da cuenta de lo limitado del acceso a la educación universitaria para las mujeres, sobre todo cuando la familia no cuenta con los recursos económicos para enviarlas a estudiar fuera de Belice. De tal manera que ante la sed de conocimientos, una jovencita elige el convento para estar en la capacidad de continuar su formación universitaria.

Sylvia Nablo de Vasquez nos regresa a la niñez y a esos caballeros con armadura que las mujeres idealizamos y que nos decepcionan cuando no responden a esas expectativas. Ante la muerte del amigo, acepta que era una persona común y lo conserva en su memoria con aquellas cualidades que la hacían sentirse protegida.

La preocupación por las madres solteras o por las mujeres solas es una inquietud que se encuentra en las escritoras. Corinth Morter-Lewis tiene como tema a una mujer soltera embarazada que decide conservar al hijo en una sociedad con costumbres sociales y religiosas muy rígidas respecto a la esfera del cuerpo, respecto a los hijos nacidos fuera del matrimonio, incluso, que acarrea consecuencias terribles como el ser despedidas de su trabajo. La comprensión, el amor y el apoyo de la madre es una condición que permite a estas mujeres desafiar de manera exitosa el conflicto. Iris Abraham presenta la situación contraria, la ausencia del apoyo y comprensión de la madre, y del padre. Esa mirada rígida y el rechazo de la hija provocan en la jovencita una sensación de abandono emocional que no le permite reconstruir su imagen y autoestima. Ivory Kelly escribe sobre esta misma situación con una clara intención feminista realizando una crítica de una sociedad que obliga a las mujeres a casarse porque de no hacerlo quedan fuera de la sociedad en lo simbólico y en lo material al verse obligadas a dejar su empleo. La protagonista es una sobreviviente en esta sociedad patriarcal, una mujer que escribe, dueña de la palabra para contagiar a otras y seducirlas en la rebelión.

Felicia Hernández presenta el caso de una niña de ocho años que al morir la madre debe hacerse cargo del cuidado de sus cuatro hermanitos menores, abandonando la escuela. Se casa a los dieciséis años con un trabajador en las fincas de en la industria del chicle. Se puede observar las difíciles condiciones de vida en estos campamentos chicleros que en plena selva, no cuentan con los más mínimos servicios, como el agua. La mujer, preocupada porque las hijas estudien, regresa a la ciudad y el esposo la abandona. La protagonista debe hacerse cargo de su familia con recursos materiales y educativos muy limitados. El hacerlo le brinda una paz interior y un regocijo que le permite recrear el espacio de su casa, la relación familiar y la relación con los vecinos.

Jessie Nuñez Castillo relata las condiciones de vida previas al huracán de 1931,  parte de una leyenda garífona acerca de la mala suerte. La protagonista es una mujer de mala suerte que queda viuda con dos hijos y buscando el apoyo masculino se une a un hombre que la abandona con tres hijos más. Tras una relación pasajera con un tercer hombre y un sexto hijo decide acabar con su mala suerte, deja fuera de su futuro las relaciones de pareja y se decide a buscar la sobrevivencia familiar por sí misma.

Shannon A. Gillett muestra a una de estas mujeres fuertes que desafía los límites de una estructura que enseña a las mujeres que una mujer sin un hombre al lado es una mujer incompleta. Su personaje aprovechándose de esa tradición de los matrimonios arreglados a distancia y de la rigidez de las costumbres, engaña y obliga a un hombre a casarse  con ella.

Un tema recurrente es la violencia hacia las mujeres. Carol Fonseca es una autora que escribe con una clara intencionalidad feminista en relación con situaciones de violencia doméstica. La pequeña hija le pregunta a la madre sí los hombres golpean a las mujeres porque las aman. Ella aspira a otra vida para su hija y es el apoyo sororal de una amiga de la abuela, la que le brinda los medios para abandonar al marido.

La violencia sexual se encuentra también presente en otras autoras. En el cuento de Myrna Manzanares es el espíritu de la abuela el que protege a la nieta previniéndola en sueños del peligro de un extraño que pretende violarla. El conflicto se resuelve en esa creencia tradicional de que los espíritus  de los muertos se quedan cuidando y aconsejando a sus seres queridos.

El cuento de Holly Edgell  se refiere a una mujer de origen maya que se postula para un cargo de elección popular. Ante este desafío a la cultura patriarcal, un hombre contrata a un muchacho para que por medio de la violación  y la difusión del suceso, la mujer se vea obligada a renunciar.

Melba Marin-Velasquez relata la violación de una niña por parte de un curandero de la comunidad. En medio de la terrible situación, la niña reza por la madre y cuando llega la entera de lo sucedido. El cuento termina con la noticia en el periódico de que el curandero es muerto por el padre de otra niña cuya hija había sido violada.

Pero la violencia también puede darse de mujer a mujer, como es el caso del segundo cuento de Myrna Manzanares en el que una mujer despechada, utilizando la brujería, intenta provocar la muerte de la que considera su rival y de la niña a punto de nacer.

Kathy Esquivel nos enfrenta a otra forma de violencia y traición. En Belice, como en otros países, es común que un hombre tenga dos familias: la familia producto del  matrimonio y otra con la amante. La mujer adulta recuerda cuando de niña se entera de esta situación y como en lugar de culpar al padre, busca una razón en el comportamiento de la madre pero, a la vez, se pregunta como es que la madre finge ignorarlo y no abandona al padre. En el momento presente, entiende a la madre porque se encuentra en la misma situación. Desea decirle a la madre que ahora la comprende pero también esta preocupada por los sentimientos de la hija.

La relación madre-hija es una inquietud importante en los cuentos, hijas que admiran a esas madres valerosas que abandonadas por los maridos, con recursos limitados, sacaron a flote a la familia enseñando a las hijas que es posible sobrevivir sin la presencia de un hombre al lado como es el caso de Corinth Morter Lewis. Helen Elliott Rocke presenta la situación contraria, la de una mujer viuda que se sacrifica para que su hija pueda tener acceso a la educación universitaria fuera del país, y la hija se avergüenza de ella. Esa necesidad de la madre para autodefinirse es tan  importante que Ivette Holland presenta una situación en la que a pesar de que la madre abandona a la hija pequeña, la niña rechaza el cariño y protección que le brinda la tía y regresa con la madre.

Otra inquietud importante en estos cuentos son las relaciones sororales entre hermanas, entre madre e hija, abuelas y nietas, entre amigas, pequeñas y adultas que se conjuga con la inquietud por construir una genealogía de índole matrilineal que herede a sus descendientes no solo de conocimientos sino, sobre todo,  de ese valor y fortaleza que les permitirá construirse como mujeres dueñas de su propio destino.

Una de estas mujeres es la abuela del cuento de Sandra Crough que relata otra historia de huracanes, tema recurrente en la literatura de Belice. Ante el embate del huracán Hattie en 1961, uno de los más violentos en la historia, la fortaleza de la abuela tranquiliza a sus nietas afirmando que ninguna ventisca las correrá de casa.

El conjunto de la obra de Zoila Ellis ostenta un fuerte compromiso con las mujeres. El cuento  que ofrece en esta colección retrata la relación madre-hija como el recuerdo al cual se aferra la última para sobrevivir una situación de violencia extrema. Presenta la experiencia de una joven mujer que regresa a Belice, abandonando al marido, después de haber vivido diez años en Inglaterra. Ella es negra, el es blanco. Es el recuerdo de la voz de la madre, la que la lleva de regreso al origen: a la madre, a la casa y a su pueblo.

Ivette Holland relata la tierna y amorosa relación de la nieta y la abuela que cuida de ella mientras la madre sale a trabajar. La historia comienza el día después de que la independencia del país es proclamada, y la madre le informa a la niña que se cambiaran de casa, independizándose del círculo familiar, como antes lo hizo la hermana que emigro a Estados Unidos. La niña no quiere separarse de la abuela y expresa: No me gusta la independencia, siempre me hace llorar (Holland, 2005: 58). Sin embargo, esas tradiciones que se conservan por vía matrilineal, como es la preparación del arroz y la leche de coco, son las que mantienen unida a la familia.

Natalie Williams relata el cuento de una mujer que pierde a su hija recién nacida. Las otras mujeres de su familia, la madre y la tía, la están amortajando siguiendo el ritual. La visten con el mas hermoso vestido del ajuar de la bebe, la peinan y colocan un juguete para que la acompañe en el camino. Ese acompañamiento sororal, le brinda consuelo a la madre y muestra como las mujeres se ayudan y fortalecen mutuamente en situaciones dolorosas y de crisis.

Minerva Aponte-Jolly utiliza el recurso de una carta que la madre escribe a su hija. En esta le expresa el asombro por la frialdad ante la muerte y sus rituales en Miami; lo contrasta con la calidez y el acompañamiento de las personas en Puerto Rico, donde la madre creció y en Belice, donde creció la hija. Por esta vía, la mujer anuncia a la hija su regreso a Belice respondiendo a la necesidad de transmitirle esas costumbres y tradiciones que todavía conserva en la memoria.

Otra de estas historias de tradiciones y esa transmisión  por línea materna es la de Arifah Lightburn que muestra una madre dueña de una gran sensibilidad a hechos y sensaciones que se escapan al común de las personas. La madre comparte este don con la hija que muere como consecuencia de un aborto provocado. En el momento de morir, la hija expresa su nostalgia por esa otra hija que no nació y por esa madre que no tendrá una hija o una nieta con quien compartir su sabiduría.

A partir del recorrido anterior, se presenta, a manera de síntesis, el siguiente cuadro de narradoras beliceñas, el año de nacimiento en aquellas que fue posible identificarlo y el género narrativo:

Belice

1. Felicia Hernández née Ogaldez

1932

Cuento y tradición oral

2. Zee Edgell

1940

Novela y cuento

3. Evadne L. Wade García

1950

Narrativa infantil, cuento y novela

4. Zoila  Maria Ellis

1957

Cuento

5. Holly Edgell

1969

Cuento

6. Yvette M. Holland

1972

Cuento

7. Arifah Hayat Lightburn

1979

Cuento

8. Iris Abraham

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Cuento

9. Mary Gomez Parham

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Cuento

10. Meg Craig

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Tradición oral

11. Jessie Nuñez Castillo

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Tradición oral

12. Elizabeth Joan Cárdenas

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Tradición oral

13. Sandra (Beckford)Crough

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Cuento

14. Helen Elliot Rocke

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Cuento

15. Carol Fonseca

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Cuento

16. Shannon A. Gillett

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Cuento

17. Ivory Nelly

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Cuento

18. Lydia Balderamos Loskot

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Cuento

19. Myrna Manzanares

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Cuento

20. Corinth Morter-Lewis 

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Cuento

21. Ingrid Reneau

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Cuento

22. Melba Marin-Velasquez

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Cuento y tradición oral

23. Sylvia Nablo de Vazquez

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Cuento

24. Natalie Williams

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Cuento

25. Minerva Aponte-Jolly

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Cuento

26. Cathy (Kathleen) Esquivel

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Cuento y novela

27. Claudia McKay

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Novela de misterio

28. Katie Shea Stevens

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Novela

© Consuelo Meza Márquez


Bibliografía

arriba

Edgell, Zee. http://www.englishscholar.com/ZeeSite/ about.htm (consultado 27-03-04).
Edgell, Zee, 2002. “Foreword”. Memories, dreams and nightmares, a short story anthology by Belizean women writers, Vol. 1. Cubola, Belize, pp. 7-8.
Ellis, Zoila, 2005. “Foreword”. Memories, dreams and nightmares, a short story anthology by Belizean women writers, Vol. 2. Cubola, Belize, pp. 5-6.
Gomez Parham, Mary and Hagerty Timothy (editors), 2000. If Di Pin Neva Ben. Folktales and legends of Belize. Cubola, Belize.
Holland, Ivette, 2005. “My rice and coconut milk”. Memories, dreams and nightmares, a short story anthology by Belizean women writers, Vol. 2. Cubola, Belize, pp. 51-59.
Loskot Lydia, 2002. “Dolly Mixture”. Memories, dreams and nightmares, a short story anthology by Belizean women writers, Vol. 1. Cubola, Belize, pp. 40-53.
Phillips, Michael D. (editor), 1995. Snapshots of Belize. An anthology of short fiction. Cubola, Belize.
Ruiz Puga, David Nicolás, 2001: “Panorama del texto literario en Belice, de tiempos coloniales a tiempos postcoloniales” en: Istmo. Revista virtual de estudios literarios y culturales centroamericanos, No. 1, enero-junio,  www.denison.edu/istmo (consultado 26-03-04).
Urbina, Nicasio, 2001: “El IX Congreso Internacional de Literatura Centroamericana, 2001 en Belice” en: Istmo. Revista virtual de estudios literarios y culturales centroamericanos, www.wooster.edu/istmo/noticias (consultado 27-03-04).
            Wilentz, Gay (editor), 2002. “Introduction”. Memories, dreams and nightmares, a short story anthology by Belizean women writers, Vol. 1. Cubola, Belize, pp. 9-14.

Wilentz, Gay (editor), 2005. “Introduction”. Memories, dreams and nightmares, a short story anthology by Belizean women writers, Vol. 2. Cubola, Belize, pp. 7-13.

Notas

arriba

vuelve 1. Las siglas corresponden al nombre, en inglés,  de la Association of Caribbean Women Writers and Scholars.

vuelve 2. Penguin Books, New York..

vuelve 3. Panteón, U.K. 

vuelve 4. Heinemann, U.K.

vuelve 5. Het Wereldvenster, Netherlands.

vuelve 6. http://www.englishscholar.com/ZeeSite/about.htm (consultada 27-03-2004).
    http://www.bombsite.com/edgell/edgell.html (consultada 27-03-2004).

vuelve 7. Characters and caricatures in Belizean folklore.

vuelve 8. Garifuna Folktales.

vuelve 9. East Indian Folk Culture in Belize y Belize Melting Pot.


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