Juan Carlos Narváez Gutiérrez

Los tristes más tristes del mundo.
El departamento 15: Un espacio transnacional

El Colegio de la Frontera Norte

meromeropuntocom@yahoo.com.mx

Notas*Bibliografía

¡Santos los pastores dementes de la rebelión!

¡Aquel a quien le gustan Los Ángeles ES Los Ángeles!

Allen Ginsberg

 

En el mundo todos migran: en el ciclo de vida migramos de la infancia a la

adolescencia, migramos de estados de ánimo depresivos a eufóricos,

migramos de una ideología a otra, migramos y migramos. La vida es

movimiento, la migración es movimiento, y más allá de nuestros ojos,

en cada punto de la tierra un hombre está a punto de partir.

 

El presente texto trata de dar cabida en siete breves cortes a una serie de ideas que giran en torno al fenómeno de la migración internacional de algunos jóvenes salvadoreños hacia los Estados Unidos de Norte América, principalmente a la ciudad de Los Ángeles, California, dichos jóvenes se caracterizan por formar parte de lo que podría llamarse hoy una organización juvenil transnacional, o pandilla transnacional: La Mara Salvatrucha Trece o por sus siglas MS13. Lo que a continuación se presenta es una primera exploración sobre un fenómeno que poco a poco va creciendo a lo largo del espacio transitado por los migrantes.

Uno

La migración salvadoreña hacia el exterior forma parte de una historia amplia y extensa, desde la migración hacia otros países de Centroamérica hasta la migración hacia los Estados Unidos de Norte América.

El origen de la migración salvadoreña podría llegar a caracterizarse históricamente en dos líneas: por un lado la migración como alternativa de subsistencia (económica), y por otro lado la migración como alternativa a la guerra civil (refugiados).

A pesar de que ya hay estudios sobre migración salvadoreña, no se ha puesto importancia en la migración juvenil, y en lo que implica en el sentido de una construcción de identidades transnacionales.

El transnacionalismo puede verse como un fenómeno global donde se toma en cuenta tanto la globalización como la incertidumbre económica que facilita la construcción de redes en todo el mundo.

La movilidad y el desarrollo de la comunicación han intensificado dichas relaciones transfronterizas, dando origen así a múltiples expresiones, sean movimientos sociales, o políticos que van más allá de las fronteras.

Para sustentar y de alguna manera documentar el fenómeno transnacional juvenil, tomaré algunas entrevistas a manera de testimonios sobre la llamada Mara Salvatrucha Trece1 o por sus siglas MS13, quienes se denominan como una organización juvenil transnacional o pandilla transnacional.

Dos

—Guacha, aquel bato, puro loco, ni pana, ni mar... pura loquera—. El Negro me señala a un muchacho de unos quince años que raya una pared con su firma (tag).

—Nosotros también firmamos en el barrio, para dejar claro el territorio de la mara. Mientras esperamos el bus en una calle de San Salvador, el Negro va colocándose unas vendas en los brazos para cubrir los tatuajes y evitar algún problema con miembros de otras maras2 locales en el camino.

El Negro tiene poco tiempo de haber sido deportado de Los Ángeles.

La migración es movilidad, la movilidad implica cambio, y el cambio simplemente se manifiesta: las palabras, el caminar, la vestimenta son símbolos que delatan al joven migrante que ha regresado o se encuentra simplemente de visita por las calles de San Salvador.

La migración salvadoreña no resulta un fenómeno verdaderamente nuevo, desde principios del siglo pasado la migración surge en el país como una dinámica más, inmersa en el flujo de las relaciones económicas.

Sin embargo es a partir del estallido de la guerra civil en los años ochenta cuando se da un desplazamiento de población aún más significativo que los anteriores. Por un lado, se movilizan más de un millón y medio de salvadoreños internamente en busca de zonas menos vulnerables ante el conflicto; además de un estimado de más de cien mil refugiados internacionales asentados la mayoría de ellos en otros países de Centroamérica y México principalmente; y por último, más de medio millón de migrantes internacionales que se establecieron en los Estados Unidos de forma ilegal.

Actualmente en múltiples artículos se dice: que alrededor del 20% de la población nacida en El Salvador se encuentra viviendo en los Estados Unidos de Norte América.3

La migración salvadoreña hacia los Estados Unidos para mayor claridad puede dividirse en dos periodos, los cuales marcan claramente la evolución de dicha migración:

1. El primer periodo4 de guerra civil (refugiados): durante los primeros años de la guerra civil el miedo al reclutamiento obligado en las áreas rurales, la violencia indiscriminada y la polarización política empujó una migración masiva dominada por jóvenes, después a mediados de la década de los ochenta, gracias a la formación de redes sociales5 formadas en los Estados Unidos las mujeres pudieron unirse a la ola de migración.

2. El segundo periodo6 después de la guerra (económica): se da de una manera más homogénea, ya formadas toda una serie de redes tanto en los lugares de origen como destino, se produce una serie de migraciones que responden tanto a motivaciones laborales como de otros tipos: por ejemplo la reunificación familiar.

Es durante el segundo periodo cuando se visualizan algunos de los impactos generados por la migración internacional: llámese principalmente a la cantidad millonaria de remesas enviadas hacia la economía salvadoreña, que son actualmente parte importante para estabilidad económica del país.

Sin embargo, los cambios producidos por la migración internacional no sólo pertenecen al ámbito económico, van más allá, llegan a trastocar todos los ámbitos que rodean la vida de un individuo y de quién lo rodea, llámese por ejemplo: sociedad.

Tres

La transnacionalización incluye una compleja y heterogénea red de relaciones económicas, sociales, políticas, y culturales que desbordan ámbitos geográficos y sociales limitados, lo que ha llevado a plantear el surgimiento de verdaderas formas sociales transnacionales (Guarnizo 1996).

Poco a poco El Salvador se está transformando; desde pequeños barrios hasta las grandes ciudades como San Salvador están siendo afectadas por los importantes cambios creados a partir de la migración internacional.

Transformaciones socioculturales que a simple vista cualquiera puede percibir al caminar por la ciudad, y enfrentarse con un mundo de jóvenes sean migrantes retornados o no, que han internalizado la forma de vida que poseen sus hermanos lejanos en la ciudad de Los Ángeles.

Así el joven salvadoreño se construye día a día como fruto de la cultura e historia salvadoreña, y del eco norteamericano (su nueva historia). Valga decirlo: de una forma transnacional, donde el espacio aparece de forma difuminada.

La idea del transnacionalismo muestra avances desde la teoría del Melting Pot, hasta el surgimiento de la idea de la formación de espacios transnacionales (Pries, 1997), la cual se apoya en la formación de redes sociales transnacionales, circuitos migrantes, y comunidades transnacionales (Goldring, 1995; Portes, 1995).

El concepto de comunidad en el análisis sociológico predominantemente ha sido vinculado y reducido a las relaciones sociales de la vida diaria enmarcadas en un espacio determinado, sea vecindario, pueblo, ciudad, etcétera, y por lo tanto desde esa perspectiva no se ha podido crear un vínculo analítico para desentrañar la existencia de las nuevas relaciones que han resultado de la migración transnacional: nuevas experiencias socioculturales.

En este sentido podemos entender a las comunidades transnacionales, en los espacios sociales transnacionales donde se dan “esas realidades de la vida diaria que esencialmente aparecen en el contexto de la migración internacional, las cuales geográficamente y / o espacialmente son difusas o sin territorios. Lejos de ser un fenómeno puramente transitorio constituyen una estructura de referencia para una posición social que determina la vida diaria e identidades que simultáneamente transcienden sociedades nacionales” (Pries, 1997).

La transnacionalización implica entonces, la existencia de múltiples relaciones sociales que vinculan a la comunidad de origen con los lugares de recepción de los migrantes, superando los límites geográficos, culturales y políticos, expresándose en múltiples formas.

De esta forma una comunidad transnacional puede llegar a ser definida como ese campo de acción articulado por individuos, familias, y organizaciones ubicadas en localidades de dos o más países. Dicha noción de comunidad transnacional implica que en el proceso social de migración internacional, migrantes, y no migrantes estén conectados por una variedad de intercambios simbólicos y materiales, cuyo propósito es la reproducción social (Glick Schiller, Basch y Blanc-Szanton, 1992).

La unidad básica del análisis de la migración internacional será entonces el conjunto de intercambios que ocurren a través de las fronteras y el espacio social que tales intercambios crean. Los cuales no sólo incluyen a las transacciones de negocios como lo dicta Portes, sino son intercambios más amplios que van encaminados a la reproducción social cotidiana, siendo la comunidad transnacional, un ente que no sólo se localiza en el país de origen o en el de recepción, sino que existe más allá de estos dos.

La comunidad transnacional, dicen algunos autores, abre nuevas posibilidades para el estudio de las diferentes geografías humanas.

Cuatro

—De cipote, con mi hermano y otro, fue la primera vez que llegué a Los Ángeles, ahí mi hermano y yo, los dos entramos a la mara, también porque un primo: el Mario, ya era veterano.

Las redes sociales se van transformando con el tiempo, y lo que antes formaron los padres, aún queda en la memoria y en la acción de nuevas formas de migración internacional.

Las redes sociales transnacionales son la base de la movilidad de los jóvenes salvadoreños, y otros migrantes más. Podría decirse que surgen como respuesta a condiciones de exclusión, de falta de recursos económicos, discriminación, segregación, racismo. Son la alternativa de organización que ayudará a superar a través de lazos sólidos, toda situación adversa que se presente, tanto en el origen como en el destino. Dichas redes, a pesar de ser parte antigua de los procesos migratorios adquieren nuevo sentido en el contexto transnacional, ya que gracias a nuevos elementos se ha logrado su sofisticación, como lo es el uso de tecnologías de información y comunicación, así como una red de transporte internacional, que permite un contacto más próximo entre comunidades origen y destino. Dichos elementos han logrado un mayor intercambio de recursos entre las comunidades dando origen por ejemplo a nuevos negocios transnacionales, o simplemente facilitando la reproducción material y cultural de la comunidad transnacional.

Cinco

Al Negro lo deportaron de Los Ángeles hace poco tiempo. Pero no piensa quedarse en El Salvador a seguir su vida, y desde que llegó ha tratado de no tener problemas con otras maras, la lleva tranquila. A pesar de que mucha mara de San Salvador sabe quién es, prefiere pasar desapercibido, para no tener problemas con la PNC y lo más pronto posible regresar a Los (así se le denomina a la ciudad de Los Ángeles). De hecho el bus que abordamos hace un rato nos llevará a un sitio dónde ya existe el contacto de la mara que piensa moverse hacia Los Ángeles, en los próximos días.

Generalmente las redes sociales de migrantes tienen su origen en lo rural, ya que es ahí donde fundamentalmente e históricamente se ha producido el fenómeno, tanto en El Salvador como en otros países.

Se dice que las redes perduran por la misma naturaleza comunitaria de las regiones rurales, y que en cambio dichas redes no logran constituirse de manera sólida en sectores urbanos por la naturaleza individualista que implica vivir en las ciudades.

Roberts (1995) sustenta lo anterior de esta forma: dice que las condiciones en las comunidades de origen son heterogéneas, las relaciones comunitarias son débiles y la gente es afectada en forma diferenciada por el cambio económico. Este es frecuentemente el caso de las comunidades urbanas. En las ciudades, el tamaño, la movilidad residencial y una estructura ocupacional altamente diferenciada pueden debilitar la cohesión social (Roberts 1995).

Muchos jóvenes que migran hacen uso de las redes de paisanaje y parentesco, sin embargo los jóvenes que ya pertenecen a la mara prefieren hacerlo, o bien por su propio pie (individualmente), o con algunos otros miembros de la mara (colectivo).

La mara de alguna manera ha ido creando sus propias estrategias de migración, y por lo tanto ha creado un sistema de redes propio, desvinculado de las redes locales y más bien está ligado a otras clicas7 pertenecientes a la mara principal, que puede ser tanto la MS 13 como la 18.

Sin embargo una característica que ninguna otra red de migración posee, son las formas de allegarse recursos en el trajín.

—La mara necesita sobrevivir igual que los otros, o ellos o nosotros—. El Negro con una voz oscura y lenta continúa diciendo: —Si la sociedad es armamentista, armémonos.

La mara MS 13 ha crecido en fama y cantidad por su naturaleza migratoria, la red se ha extendido por cada punto que recorren desde El Salvador hasta Los Ángeles, hoy no es casual encontrar dentro de la mara a jóvenes chiapanecos, oaxaqueños, veracruzanos, hondureños o guatemaltecos, así como clicas de la mara MS 13, en cada una de las localidades.

Seis

La Mara Salvatrucha es la más grande de El Salvador, son casi todos los mareros del país. Se creó en California por los jóvenes migrantes, como respuesta, para proteger el barrio de agresiones de pandillas de mexicanos y méxicoamericanos. El nombre es Mara de alboroto o marabunta, Salvatrucha de salvadoreño espabilado, trucha. En la zona de Los Ángeles, la Mara Salvatrucha adoptó el número 13. La Mara Salvatrucha está dividida en dos, la MS 13 en el sur de California, y la MS 14 en el norte. Cuando se firmaron los acuerdos de paz en 1992 y la guerra civil salvadoreña tuvo fin, los jueces de la zona de Los Ángeles comenzaron a deportar a mareros de vuelta a El Salvador. Así, la MS 13 se instaló con fuerza en el país. Sólo que junto con la MS 13, también llegó la Calle 18, otra mara de Los Ángeles. Y la guerra se trasladó inmediatamente a El Salvador.

Cada clica de la Mara Salvatrucha tiene su propio territorio.

La defensa de un territorio en el barrio de origen, así como el marcarlo con tags o graffiti, da sentido a la identidad de estos grupos. Dentro de ellos existe solidaridad y ayuda mutua.

Los deportados como el Negro, aunque desearan establecerse en El Salvador, cargan demasiado con la mirada de la sociedad y la policía salvadoreña. Se cree que los deportados, serán siempre y necesariamente criminales hasta su muerte.

Los deportados están surgiendo como una nueva clase marginada en El Salvador sujeta a nuevas formas de discriminación y exclusión social.8

El deportado se ve como el doble extranjero. El expulsado, y excluido de su propia tierra.

Al Negro por ejemplo, le cuesta trabajo imaginarse una vida en El Salvador, y de hecho ni siquiera lo intenta. Va postergando su futuro hasta el día que se encuentre de nuevo en los Estados Unidos.

A pesar de estar vinculado con maras de El Salvador, el Negro prefiere no inmiscuirse, porque dice que esa mara es otra familia. El Negro pertenece a la MS 13 en Los Ángeles, a la cual él llama su familia.

Siete

¿Pero cuál es el significado de la migración de jóvenes ligados a las redes de maras? Quizá desde la perspectiva del propio joven, parte de una iniciación a la vida independiente, a la vida fuera de las normas y reglas planteadas por los esquemas familiares.

Hacer uso de la red juvenil formada por las maras, se vuelve la alternativa a las redes ya existentes como las llamadas de paisanaje y parentesco. Y hacer uso de ella significa romper los vínculos de alguna manera con la familia, lo cual crea conflicto, y a su vez va creando toda una nueva percepción hacia la migración internacional.

Algunos adultos en El Salvador, a pesar de que reconocen ciertas ventajas económicas en el acto de migrar, ven con temor la posibilidad de que uno de sus hijos o sus hermanos llegue hasta Los Ángeles, y termine metido en vicios y en la vida de la calle.

Ya que en muchas ocasiones jóvenes que nunca tuvieron contacto con las maras en sus comunidades de origen, cuando se encuentran solos en un territorio desconocido, encuentran en la mara la ayuda, la solidaridad, el compañerismo, y en términos generales, una nueva familia que se reconoce en el barrio.

La mara de Los Ángeles es vista por algunos jóvenes como el gran triunfo del hermano lejano, que ha logrado el reconocimiento más allá de su propia tierra. Por eso cuando un deportado pisa tierra salvadoreña no es de extrañarse que los más jóvenes busquen en él patrones y comportamientos a imitar, que incluyen desde la vestimenta, los tatuajes, la música, y el lenguaje verbal y corporal.

Se crea la imagen idealizada del joven migrante independiente, aventurero, y sin ataduras al sistema. Aunque muchos de ellos en el trajín hacia Los Ángeles sólo encuentren la muerte.

El Negro, pronto estará de camino hacia Los Ángeles, sabe que allá tampoco es fácil sobrevivir. El Negro dice que se está volviendo viejo para el vacil de la mara, tiene en su pecho más de diez cicatrices de arma blanca. Dice que si bien llega a Los Ángeles comenzará a calmarse un poco, y que tal vez luego con el tiempo pueda regresar de nuevo a El Salvador, pero cuando todo esté más sereno. Además, dice --Las pupusas de Los Ángeles nunca serán como las de El Salvador.

Aún así, el Negro se alistará para estar de nuevo en lo que llaman el Departamento 15 de El Salvador: La ciudad de Los Ángeles.

Ante esto sólo queda decir que efectivamente la mara, y específicamente la MS 13, es una expresión sin duda de la globalización, y de los nuevos procesos migratorios transnacionales. Y bien vale la pena, adentrarse más a fondo, para de verdad desentrañar todo lo que rodea a dicho fenómeno transnacional.

© Juan Carlos Narváez Gutiérrez


Notas

arriba

vuelve 1. La zona Este de Los Ángeles, California (Valenzuela, 1998), (Rodríguez, 1999), era habitada principalmente por población de origen mexicano principalmente. En estos barrios existía una fuerte presencia de pandillas integradas por mexicanos y méxicoamericanos llamadas gangs, gangas o cholos, que tenían y tienen actualmente un fuerte arraigo al barrio, y por tanto su lucha está básicamente ligada a la defensa del territorio, por lo tanto, cuando la presencia de salvadoreños y centroamericanos comienza a ser cada vez más visible, los cholos inician una serie de agresiones constantes contra los centroamericanos, ante tal situación, jóvenes migrantes salvadoreños conforman sus propias pandillas siendo una de ellas la Mara Salvatrucha o por sus siglas MS13, la más importante actualmente no sólo por el número de miembros en Los Ángeles sino por su capacidad de extenderse a otra ciudades norteamericanas y centroamericanas. Con el fin del conflicto armado en El Salvador y la firma de los Acuerdos de Paz, muchos de los migrantes salvadoreños fueron deportados de forma masiva, entre ellos, muchos de los pandilleros miembros de la MS13, quienes llegando a El Salvador inmediatamente comenzaron a reproducir el fenómeno de la mara en la ciudad de San Salvador.

Sin embargo todos aquellos mareros deportados no veían el futuro de sus vidas en San Salvador y así comenzaron a crear redes sociales juveniles con el fin de retornar a Los Ángeles, dichas redes de sociales de migración han logrados que la mara se extienda por el camino de tránsito hacia Estados Unidos.

vuelve 2. La palabra mara es otra forma de nombrar a los pandilleros en El Salvador y entre la población centroamericana, para este estudio se alternará entre marero y pandillero para denominar a los miembros del grupo juvenil en cuestión.

vuelve 3. Ver: Funkhouser Edward, La migración internacional salvadoreña. Un perfil, en migración internacional y desarrollo. San Salvador, 1997.

vuelve 4. Este periodo comprende de los primeros años de la década de los ochenta a los primeros años de la década de los noventa, cuando son firmados los Acuerdos de Paz.

vuelve 5. Dichas redes sociales (Massey: 1987) las define como lazos que vinculan comunidades remitentes y puntos específicos de destino en las sociedades receptoras; dichos nexos unen a los emigrantes y no emigrantes dentro de un entramado de relaciones sociales complementarias y de relaciones interpersonales que se sostienen gracias a un conjunto informal de expectativas recíprocas y de conductas prescritas.

vuelve 6. Periodo que comprende desde la firma de los Acuerdos de Paz en 1992 hasta la actualidad.

vuelve 7. Clicas, son subgrupos que pertenecen a la mara MS 13 o a la 18, las cuales son las dos maras más grandes tanto en El Salvador como en Los Ángeles, y pueden o no tener vínculos directos, sin embargo ideológicamente están conectados.

vuelve 8. Para ver más a fondo, consultar: Children of War: Street Gangs in El Salvador (DeCesare, 1998).


Bibliografía

arriba


*Istmo*

*¿Por qué existe Istmo? *¿Qué es Istmo? *¿Quiénes hacen la revista? *¿Cómo publicar en Istmo?*

*Consejo Editorial *Redacción *Artículos y Ensayos *Proyectos *Reseñas*

*Noticias *Foro Debate *Buscar *Archivo *Enlaces*

 

*Dirección: Associate Professor Mary Addis*

*Realización: Cheryl Johnson*

*Istmo@acs.wooster.edu*

*Modificado 24/02/04*

*© Istmo, 2004*