Nicasio Urbina
Pablo Antonio Cuadra: la construcción de un imaginario nacional
Tulane University
urbina@tulane.edu
Notas*Obras
citadas
Pablo Antonio Cuadra es el escritor más importante de
las letras nicaragüenses después de Rubén Darío. Su
obra poética es de la mejor calidad, manteniendo a lo largo de setenta
años su refinado lirismo y su profundidad humana. De no menor importancia
es su labor como prosista, destacándose por la sutileza de su pensamiento
así como por la honestidad de sus juicios. En su obra también
figuran cuentos, obras de teatro y una novela corta que muestra su habilidad
en el manejo de la forma y el lenguaje. Pablo Antonio Cuadra nació en
Managua, Nicaragua, el 4 de noviembre de 1912. Hijo del Dr. Carlos Cuadra Pasos
y de doña Mercedes Cardenal, PAC -como habría de firmar sus numerosos
escritos- heredó las cualidades intelectuales de su padre, uno de los
más destacados historiadores de Nicaragua. En 1916 su familia regresó
a vivir a Granada, donde PAC ejercería su labor poética dentro
del Movimiento de Vanguardia, hasta trasladarse a Managua en 1955. Cuadra estudió
con los jesuitas, en el Colegio Centroamérica, y pasó gran parte
de sus vacaciones en el campo, en contacto con la naturaleza y los campesinos,
elementos que habrían de sellar para siempre su sensibilidad y su poesía.
En su juventud PAC se dedicó a la agricultura y la ganadería y
empezó una pequeña empresa maderera, pero más que aventuras
financieras estas fueros experiencias vivénciales que el alma refinada
del poeta habría de transformar en poesía y metáfora.
La guerra civil y el levantamiento de Sandino en las Segovias
marcaron la juventud de PAC, fortaleciendo su espíritu nacionalista y
ahondando en su visión del ser nicaragüense. PAC publica sus primeros
poemas en la revista Criterio, dirigida por José Coronel Urtecho
y Dionisio Cuadra cuando todavía era un colegial, y cuando en 1931 se
publica el primer manifiesto de Vanguardia, su firma aparece junto a la de Joaquín
Pasos, Octavio Rocha, Luis Alberto Cabrales, Manolo Cuadra, Joaquín Zavala,
Luis Castrillo, y por supuesto, Bruno Mongalo y José Coronel Urtecho,
líderes del movimiento. "Hay que aprovechar la presencia en esta
ciudad de algunos elementos jóvenes de afición literaria para
formar un núcleo de vanguardia que trabaje por abrir la perspectiva de
una literatura nacional y construir una especie de capital literaria que sea
como el meridiano intelectual de la nación."(Primer manifiesto,
artículo 1). De esta época datan sus "Canciones de pájaro
y señora" (1929-1931) libro inédito, fragmentariamente publicado
en la antología Poesía (1929-1962) y recogido en su Obra
poética completa, publicada por Libro Libre, en Costa Rica. Según
José Emilio Balladares "Canciones de pájaro y señora"
fueron "un contrapunto pertinente a la pomposidad y las sonoridades excesivas
de lo menos eximio de Rubén y de sus epígonos, llamando la atención
de los distraídos hacia la verdadera esencia de la poesía."(La
palabra, 24).
El 14 de junio de ese año Pablo Antonio Cuadra y Octavio
Rocha empiezan a publicar en el diario granadino El Correo un suplemento
literario bisemanal que se llama al principio Rincón de Vanguardia y luego simplemente Vanguardia (1931-1933). En el 2? número correspondiente
al 28 de junio de 1931 PAC publica su corto artículo "Dos perspectivas,"
donde define el perfil intelectual del movimiento:
Yo explico breve: Nuestro movimiento (Movimiento de Vanguardia que llamamos)
es dinámico por dos fuerzas. Una: Nacionalizar. Dos: Hacer un empuje
de reacción contra las roídas rutas del siglo XIX. Mostrar una
literatura nueva (ya mundial). Regar su semilla.
Este espíritu nacionalista lleva al poeta a una reevaluación
de lo nicaragüense que habría de rechazar la elaboración
modernista y optar por un estilo simple y campechano, creador de una estética
nueva y revolucionaria, auténticamente nicaragüense y trascendental,
tal como lo expresó en su «Ars Poetica». "Volver es
necesario/ a la fuente del canto: encontrar la poesía de las cosas corrientes,/
cantar para cualquiera/ con el tono ordinario/ que se usa en el amor,/ que sonría
entendida la juana cocinera/ o que llore abatida si es un verso de llanto/ y
que el canto no extrañe a la luz del comal;/ que lo pueda en su trabajo
decir el jornalero,/ que lo cante el guitarrero/ y luego lo repita el vaquero
en el corral..."(88) La poesía de PAC habría de evolucionar
mucho a lo largo de los años, pero la sencillez y la profundidad habrían
de ser siempre características constantes de su poesía.
A los veinte años PAC es uno de los poetas más
destacados de su generación, dedica gran parte de su tiempo a la lectura
de los clásicos y las nuevas literaturas extranjeras, participa en diversas
polémicas y co-dirige el ya mencionado suplemento Vanguardia.
A finales de 1933 PAC viaja a Suramérica, lleva consigo el material que
la editorial Nascimiento habría de publicar al año siguiente en
Santiago de Chile bajo el título de Poemas nicaragüenses que fue según Jorge Eduardo Arellano, "...el primer libro nuevo
de tendencia vernácula en Centroamérica, a partir del cual comenzó
una obra fiel a lo nicaragüense que, tras cuatro décadas de quehacer,
llegó a la más serena y hermosa universalización."
(Panorama, 148).
Poemas nicaragüenses es un libro aparentemente
sencillo. Su lenguaje es coloquial, despreocupado y cristalino, sus metáforas
son claras y aparentemente fáciles, pero es en realidad una obra que
alberga un complejo sistema de relaciones míticas. Es una obra fundacional,
y como toda obra fundacional, maneja complejos sistemas de valores íntimamente
ligados a la intra-historia de ese pueblo, de esa gente, de esa cultura. En Poemas nicaragüenses encontraremos el origen de nuestra nacionalidad,
la génesis de nuestros más antiguos deseos e ilusiones, la búsqueda
visceral de la nacionalidad, del sentido y el ser histórico, y del arraigo
existencial. Como dice nuestro crítico inevitable Jorge Eduardo Arellano,
este libro "funda la poesía nacional en Centroamérica... canta
el campo y la patria de tercera, capta el paisaje y la geografía -la
naturaleza desbordante de Nicaragua- y, frente a la intervención extranjera,
exalta la identidad propia". (Pablo Antonio Cuadra, 27). Mi lectura de Poemas nicaragüenses es una lectura mítica, una lectura que
se sitúa en la dialéctica entre el Paraíso Perdido y la
Tierra Prometida (Urbina, "Formaciones míticas en Poemas nicaragüenses "). Como país poblado por tribus inmigrantes, nuestros antepasados llegaron
a estas tierras en busca de un futuro mejor, en busca de tierra que cultivar
y un espacio para desarrollarse y crecer, pero a cada esfuerzo se le contrapone
una derrota, a cada Tierra Prometida se contrapone un Paraíso Perdido. Poemas nicaragüenses refleja por un lado la tradición náhuatl-chorotega
de nuestros mayores, su Tierra Prometida, su búsqueda de "una isla con
dos sierras altas y redondas", y por el otro la amplia y rica tradición
bíblica que luego pasa por Dante, por Milton y Elliot, por Baudelaire
y Lautreamont, por Novalis y Rilke, y que en América Latina tomará
la forma de un José Asunción Silva o César Vallejo, o de
Darío, que en su experimentación formal y su culteranismo estético
también buscaba su Paraíso Perdido y su Tierra Prometida. Ahora
bien, más que en ningún otro escritor nicaragüense, es en
Pablo Antonio Cuadra donde el mito de la Tierra Prometida y la búsqueda
del Paraíso Perdido aparece con toda su fuerza. La búsqueda del
Paraíso Perdido como búsqueda de la identidad nacional, como búsqueda
de las raíces en la cultura popular y la tradición era uno de
los objetivos del programa del movimiento de Vanguardia. En el punto número
tres del "Primer manifiesto" se lee:
"El trabajo de la Anti-Academia se circunscribirá únicamente
a las manifestaciones comprendidas en el nombre de bellas artes, en las fronteras
de nuestra Patria. Este trabajo comprenderá dos movimientos: el de
investigación y el de creación. El movimiento de investigación
tiende a descubrir y a sacar a luz a toda manifestación artística
nicaragüense del pasado, que pertenezca a la veta pura de nuestra tradición
nacional, movimiento que supone la posición de combatir toda manifestación
del pasado que sea espúrrea, hechiza, estéril, en una palabra,
académica. El movimiento de creación se refiere a nuestras propias
obras construidas en un espíritu esencialmente nacional y por consecuencia
umbilicalmente personal".1
En esta declaración podemos ver por un lado, el interés
del grupo por rescatar lo verdaderamente nicaragüense, por ahondar en la
cultura popular nacional para rescatar todo lo valioso que en ella había,
y deshacerse de lo foráneo, de los falsamente adoptado, de la importación
esnobista. Esto implica la concepción de que lo valioso, lo verdadero,
está contenido en la cultura popular, que el verdadero perfil de la Patria
hay que buscarlo en sus gentes y sus tradiciones, en sus cantos ancestrales,
en su flora y su fauna. Por el otro lado esta declaración señala
la intención de hacer una obra de creación que incida en ese espíritu
nacional, que al mismo tiempo de ser original y personal, contribuya a la (re)creación
de un perfil nacional, a la (re)constitución de la Patria. En ambos puntos
trasluce una preocupación fundamental por la Patria, por la nacionalidad,
por todos los elementos de la nacionalidad perdidos o no valorizados. Este concepto
de Patria que se encuentra en la base del proyecto vanguardista es una transformación,
una variante del mito ancestral de la búsqueda del Paraíso Perdido,
de la Tierra Prometida.
Aunque esta búsqueda de la Tierra Prometida está
presente desde los primeros poemas de Pablo Antonio Cuadra recogidos en Cantos
de pájaro y señora, donde se refleja claramente esta preocupación
es en Poemas nicaragüenses, cuyo poema inicial, significativamente,
se titula "Introducción a la Tierra Prometida". Aquí
Cuadra desarrolla una visión mítica de la poesía y el canto,
propone una poética basada en la reconstrucción de un pasado idílico,
en la preservación de las palabras mágicas, de la evocación
de una historia y un espacio físico que se realizan en el espacio del
discurso poético, en la representación de la historia. El poema
consta de dos partes: la primera establece el marco referencial del poema, sirve
de preámbulo al canto propiamente dicho y sienta los propósitos
de la enunciación. La segunda parte desarrolla el programa poético
que rige o lo largo del resto del poemario, establece las leyes de su semiótica.
La relación que establece este poema entre "canto" y "peregrinación,
migración" es fundamental para entender la poética de Cuadra
y la red de relaciones discursivas que se establece en esta poética.
El canto es la figura que alberga los desplazamientos, los cambios que se han
operado a lo largo de la historia, y la función del cantor es recordar
esos desplazamientos, dar testimonio de esa búsqueda y establecer su
significación.
Voy a enseñarte a ti, hijo mío, los cantos que mi pueblo recibió
de sus mayores
cuando atravesamos la tierra y el mar
para morar junto a los campos donde crece el alimento y la libertad (115).
Vemos pues que existe una relación semiótica
directa entre la migración ancestral ocurrida en los albores de la historia
y la función del canto. El momento de la migración contiene en
sí el proceso de búsqueda, la activación de una certeza,
de una intuición previa sobre la existencia del objeto buscado contenida
en la figura del canto. El discurso poético es así una "promesa",
registra la existencia de un espacio de promisión hacia el cual se ha
de caminar, hacia el que se dirigen las huellas del andar y las del poema, las
marcas de la enunciación, los signos. Alimento y libertad son el contenido
de esa promesa, representámenes de la Tierra Prometida, de la significación
del andar. Tanto en su sentido literal como en su sentido mitopoético,
alimento y libertad guían la búsqueda del sujeto, son el contenido
de la promesa. El valle fértil, pródigo en alimentos y libre de
opresión y dominio, se refiere tanto al contenido de un discurso histórico
como al contenido del discurso poético. Literalmente evoca la migración
náhuatl provocada por las invasiones aztecas, memorial inolvidable de
un pasado azaroso y la búsqueda de la tierra de promisión; pero
también se desdobla su significación apuntando a la creación
poética, al espíritu del canto, a la riqueza semántica
del discurso y su realización como ejercicio de la libertad. De esta
forma se ve claramente la red de significaciones que se establece entre el canto
como registro y lugar de la significación, y la historia como registro
y lugar de los desplazamientos, inscritos a su vez en un discurso. El discurso
poético es el lugar de convergencia de ambos, contiene y a la vez realiza
la promesa, transmite los signos de promisión y al mismo tiempo ofrece
el espacio para la realización de ese promesa.
"Introducción a la Tierra Prometida" abre y establece de esta
manera el proyecto poético de Pablo Antonio Cuadra. En realidad su utilización
del espacio físico es mucho más que lo que Manolo Cuadra ha considerado,
ya que no se trata de "presentarnos algo así como una "Geografía
cordial nicaragüense"(151) sino una auténtica apropiación
del espacio para construir una formulación mítica de la nacionalidad,
darle estatura histórica y vigencia poética. Su discurso ejemplifica
de manera evidente la importancia que el mito de la Tierra Prometida tiene en
la formación de su obra poética y en su visión de la historia
de Nicaragua. Esto se realiza en los restantes poemas de la colección
y en gran parte de su obra posterior, en sus evocaciones humildes y preciosas,
en la reconstrucción de sus facciones y sus formas, en su geografía
adornada de paisajes, en sus animales y sus árboles. Es el rostro que
se asoma en "Patria de tercera", el rostro de los seres que luchan
con dignidad y se imponen a la mentira; y la mujer sabia y sufrida que emerge
del poema titulado "India", llena de recuerdos y sinsabores, madre
del miedo, silenciosa y tierna, enigmática; o el legendario personaje
de "Horqueteado" cabalgando hacia la muerte como el Cid Campeador,
volviendo al lugar de sus orígenes en busca de descanso. En estos seres
el poeta busca el rostro de la Patria, el perfil de ese espacio de promisión.
Es la mitología de lo cotidiano, del campesino cuya concepción
del tiempo y el espacio está medida en indefinidos términos existenciales
y no en cronológicas particiones sucedáneas. Es el "Ahí
nomasito queda, patrón" del poema "Camino" donde hay un
replanteamiento de los términos en que vivimos nuestra vida. Es la ingenua
maldad de "La loquita", en la infinita soledad de Sarabasca en "El
negro", o en la infancia de yo poético, en la inocencia de "Inventario
de algunos recuerdos". Estos seres se encuentran enmarcados en un espacio
físico que el poeta se interesa en reconstruir, el espacio de promisión
se nos presenta ahora en la mínima dimensión de sus detalles,
en sus ciclos y sus fragancias, en sus terribles crueldades y su magia. Las
visitas del Tío Invierno o las acrobacias de los monos en las márgenes
del Tepenaguasapa, los desgarrados combates del congo y el infierno inmediato
de la quema. Estamos ante una revaloración del espacio físico,
de la tierra y sus misterios, es la visión cotidiana de un espacio mítico,
porque como dice en "Oda fluvial": "¡Nunca miré
sobre el espacio nuestro / tanta virginidad!..."(160). En esta comunión
con la naturaleza "Inscripción en un árbol" tiene un
valor especial, ejemplifica el misterio del espíritu, la unidad entre
soplo y vida, viento y espiritualidad.
Es significativo que Poemas nicaragüenses termine
con el poema "Vaca muerta". Nuestra historia no ha sido la historia exitosa
de un pueblo en paz y desarrollo, la nuestra ha sido una historia sangrienta
y violentada por la guerra. La ilusión de la Tierra Prometida ha terminado
a menudo en el desengaño y la destrucción. Nuestras ilusiones
revolucionarias nos han llevado una y otra vez a tiranías más
sangrientas y dolorosas que las que hemos dejado atrás. Esa es la enseñanza
de este poema: "No era el amor, ni la rosa, ni la voz del viento en el deshabitado
murmullo de la noche. // Era ella, muerta"(165). Aquí tenemos el desengaño,
el encuentro inesperado, la ilusión que se desvanece en un momento para
encontrar solamente la muerte, el vacío de la tristeza, "Su maternidad
en la esfera de sus ubres / dormidas para el hijo, / para la amistad / para
la tierra". El hombre que busca el amor encuentra la muerte, en la esperanza
de la rosa se presentan las ubres vacías. La metáfora es dolorosamente
certera para expresar nuestra realidad nacional, nuestra historia nicaragüense,
donde la búsqueda de la Tierra Prometida acaba en el Paraíso Perdido.
La vaca muerta simboliza y representa al pueblo de Nicaragua, sus ilusiones,
sus luchas, sus desencantos. Pero como en todo ciclo vital, la vaca muerta volverá,
el ser humano, repuesto de todos sus dolores y pesares volverá a soñar,
volverá a perseguir a la quimera, volverá a inventar su Paraíso.
"Para que ella fuera de nuevo / rosa, clavel o ceibo"(166).
De regreso en Nicaragua después del priplo suramericano
donde publicó Poemas nicaragüenses, PAC estudia Derecho en
la Universidad Nacional de Oriente y Mediodía, en Granada, pero la jurisprudencia
no lo satisface plenamente y abandona los estudios al promediar el cuarto año.
PAC regresa al campo y se dedica a la ganadería y la agricultura, donde
el poeta encuentra la mayor fuente de inspiración y conocimiento. Para
esta época Nicaragua atraviesa una etapa de intensa actividad política.
Retirados los Infantes de la Marina americanos Sandino empieza las negociaciones
de paz que abrían de culminar con su asesinato, a manos de Anastacio
Somoza García, en 1934.
Al año siguiente PAC contrae matrimonio con Adilia Bendaña Ramírez
con quien habría de compartir el resto de su vida y procrear cinco hijos.
En 1936 PAC publica en España Hacia la cruz del
sur. Manual del navegante hispano. En ese año se estrena su obra Por los caminos van los campesinos, donde se recrea el tema rural nicaragüense.
Publicada en forma de libro junto con otras piezas de Cuadra en 1957, se llevó
a la televisión y ha sido incluidas en varias antología del teatro
hispanoamericano, ganándole al poeta un lugar como dramaturgo dentro
del ámbito latinoamericano. La gran mayoría de los textos nicaragüenses
glorifican de alguna forma la guerra, la justifican. Sólo hay dos textos
que explícitamente condenan y critican la actividad bélica: Sangre
santa (1940) de Adolfo Calero Orozco, y Por los caminos van los campesinos,
obra teatral en cuatro cuadros y un epílogo, estrenada en 1937.2 Esta obra del poeta Pablo Antonio Cuadra, conocido entre sus amigos como PAC,
es por tanto el primer texto de nuestra historia literaria que se pronuncia
en contra de la guerra, la manipulación del campesinado por parte de
las élites políticas, la expropiación de sus tierras y
el abuso sexual. En este sentido Por los caminos van los campesinos, es una
obra revolucionaria, subversiva, que atenta contra las estructuras de dominación
hegemónica de clase, y que se sitúa en la vanguardia de la lucha
por la justicia social en Nicaragua.
Muchos de los textos y escritores más importantes de
la historia literaria nicaragüense, glorifican la guerra. Desde El Güegüense,
el proto-texto de la literatura nicaragüense,3 hasta la poesía de los ochenta glorifican la guerra en nombre de diferentes
ideales revolucionarios. Adolfo Calero Orozco es el único que en su novela Sangre santa había desarrollado precisamente el concepto inverso.
En Sangre santa lo que se da es la desmitificación de la guerra
y la valentía del militar. El espíritu bélico y la arrogancia
que ha caracterizado a toda la literatura épica, son sometido a un proceso
de desconstrucción que desarticula los elementos constitutivos del héroe,
que desde la Ilíada recorren la literatura universal. Pero fue
nuestro poeta Pablo Antonio Cuadra y su Por los caminos van los campesinos,
el primero en desarticular esta mitificación, el primero en presentarnos
en un texto dramático, la injusticia y la absurda mitificación
de la guerra.
Por los caminos van los campesinos es una obra de factura
aparentemente simple, escrita en el lenguaje popular nicaragüense propia
del ambiente rural. En el primer cuadro los conservadores que andan reclutando
peones para la guerra se llevan a la fuerza a Margarito, y su mujer Rosa, lo
sigue a la guerra, quedando en casa sus padres Sebastiano y Juana, y sus hermanos
Pancho y Soledad. En el segundo cuadro la familia está en una oficina
de teléfonos tratando de comunicarse con su hijo, ahora ya teniente,
que está en La Paz Centro, pueblo del departamento de León. En
el tercer cuadro aparecen los liberales reclutando gente para la derrocar al
gobierno conservador, y esta vez se llevan a Pancho, el otro hijo. Con ellos
anda el Dr. Fausto Montes, abogado que a todo lo largo de la acción ha
tratado de robarles su pequeña parcela de tierra. En el último
cuadro los marines han invadido Nicaragua, y el teniente Comfort llega al rancho
acompañado del Dr. Montes para resolver el problema. Se encuentra con
Soledad, le gusta y empieza un coqueteo que termina en violación. Al
final llega Sebastiano, pelea con Fausto Montes y lo mata de un machetazo. Finalmente,
en el epílogo, cuatro o cinco meses después, vuelve Sebastiano
a su rancho, su mujer ha muerto, sus dos hijos nunca regresaron de las guerra,
y cuando su hija aparece, está embarazada con un hijo del yanqui. Sebastiano
se siente feliz de que un retoño venga en camino, aunque sea el producto
de una violación, pero le pide a Soledad que se vaya. El no quiere que
el niño herede la "tuerce", -la mala suerte- de su familia. Pero Soledad
lo interpreta como un rechazo porque el hijo que lleva en las entrañas
es producto de una "humillación". En esta nota ambigua termina la obra.
"Ahora sí que va a nacer un hombre nuevo... Ahora sí"(105) -dice
Sebastiano-. Pero Soledad se va con un sentimiento de rechazo, de pecado, de
pérdida, de humillación.
Como se puede ver la obra es quizás un poco tremendista en su tratamiento,
su estructura carece de complicaciones y no hay mucha hondura psicológica
en los personajes. Pero recordemos unos cuantos hechos importantes: 1) El poeta
Cuadra escribió esta obra cuando contaba apenas veintitantos años,
una época de muchas exploraciones y experimentaciones, apenas saliendo
de la fiebre vanguardista. 2) La escribió para ser representada como
teatro callejero, en los atrios de las iglesias y los parques de los pueblos,
con la intención de llegar al pueblo, abarcando al mayor segmento de
la población.4 Por lo tanto su estructuración no podía ser
muy compleja, ni en sus requerimientos escénicos, ni en su representación
textual, ni en su sistema semiótico. 3) El principal objetivo de la obra,
es decir el intentio autoris del que nos habla Umberto Eco, era denunciar ante
el pueblo, a menudo analfabeto, los abusos que se cometían en nombre
de la revolución, de los intereses del pueblo, de la libertad y la justicia.
Por lo tanto, la función comunicativa del mensaje exigía una exageración
de los rasgos pertinentes que permitieran la interpretación inequívoca
del sistema.
Ahora bien, a pesar de estas características generales
que he señalado, una lectura detenida y estudiosa de la obra, nos revela
un gran número de cualidades y detalles, que hacen de Por los caminos
van los campesinos, una obra de gran valor dramático y literario.
Empecemos por el vivo interés del autor por hacer del rancho de
Sebastiano uno, si no el personaje central de la obra. Toda la
obra, exceptuando el cuadro segundo, ocurre alrededor del rancho, convirtiéndose
éste en el signo semiótico más importante del sistema.
El drama que recorre todos los cuadros de la obra es la lucha por mantener su
rancho y su tierrita. La Juana y Sebastiano buscaron al infame Dr. Montes para
que les inscribiera la propiedad. La letra escrita, el documento que da identidad
y propiedad a la existencia, el archivo que en la ilusión de su contenido
presta cierto aire de realidad a la ilusión de la propiedad. Campesinos
que saben que esa tierra es suya porque la heredaron de sus ancestros, de generación
en generación, pero que en la ausencia del documento legal no poseen
nada, no existen. Por tanto la lucha por el rancho es el kernel aglutinador
de esta obra, alrededor del cual se aglutinan los otros cuatro kerneles dramáticos
de la obra: el reclutamiento de Margarito, el de Pancho, la violación
de Soledad y el encuentro/rechazo de Sebastiano y Soledad.
He aquí la descripción que nos hace PAC del rancho:
Al pie del árbol -como debajo de un ángel verde- está
el rancho de paja de Sebastiano. Su presencia, según las horas y su
luz, es como la presencia de la pobreza: humilde a veces, peinado por la paz
y sus brisas; dolorosa otras. Rasgado por cóleras encendidas: cárdeno.
A veces cenizo, macilento, como el templo de miseria bajo la luna. El rancho
es un personaje que se alegra o llora, que encierra el odio o deja escapar
la queja como un viejo animal famélico. (17)
El cuadro tercero dramatiza la gran tragedia de Nicaragua,
y de toda América Latina, desde nuestras independencias hasta nuestros
días: el continuo ir y venir de un partido y del otro, en guerras revolucionarias,
insurrecciones, golpes de estado y luchas intestinas, sin que cambien las estructuras
sociales, sin que varíen los problemas endémicos de corrupción,
empobrecimiento de las clases bajas, enriquecimiento de las plutocracias, saqueo
del tesoro nacional, y manipulación de las leyes. Ahora son los liberales
los que andan reclutando a los campesinos para tumbar a los conservadores.
El último cuadro termina por darnos una versión deprimente de
la situación política del país. Las tropas intervencionistas
han llegado al país. Juana tiende a creer en que ellos van a mejorar
la situación, y aunque en teoría el teniente Comfort -notemos
la ironía del nombre- dice que viene a civilizar a la gente, termina
afirmando que él es la ley (79). Como todos sabemos la misión
de paz y concordia de la intervención americana termina en violación,
la invasión real del cuerpo de Soledad es símbolo de la invasión
armada sobre la soberanía nacional, la invasión simbólica
de su vagina y la preñez indeseada, puede ser leída como la relación
de abuso y dependencia que América Latina ha sufrido a manos de la imperialismo
americano.
Esto fue escrito casi inmediatamente después del asesinato de Sandino,
poco después del desalojo de las fuerzas de marina del territorio nicaragüense,
lo que lo hace uno de los primeros discursos anti-imperialistas de la historia
literaria de Nicaragua. Aquí, y el algunos textos de Poemas nicaragüenses
(1934), el poeta Cuadra sigue la tradición de Darío en la "Oda
a Roosvelt", una tradición de anti-belicosidad, de paz, de denuncia
de las tortuosas manipulaciones de la guerra, pero presentando una posición
de independencia civil y política, de independencia de pensamiento y
acción. La misma que luego lo impulsará a oponerse a la dictadura
militar somocista, a denunciarla y sufrir las consecuencias, y que luego también
lo llevará a luchar contra la dictadura militar sandinista, sufrir censura
y exilio, y ver a su pueblo una vez más, bañado en sangre y perforado
por la balas.
Por los caminos van los campesinos fue en su momento
una obra revolucionaria, que abogada por una popularización de la cultura,
que intentaba literalizar el habla popular nicaragüense dándole
calidad estética y valor literario, que trataba de establecer una tradición
de teatro callejero. Porque como dice Sebastiano en el largo monólogo
inicial del epílogo: "¡Hijueputa guerra que acaba con lo que uno
quiere y trae lo que uno maldice! ¡Fue la Guerra la que trajo al abogado,
la que trajo al yanqui, la que trajo la robadera y la matanza! ¡La Guerra
fue la que se llevó a mi Pancho, mi mayor! La que se llevó a Margarito!
La que se llevó a la Juana! ¡La que se llevó a mi muchacha,
Soledad... ¡Lo que yo más quería!..."(97). Todas las guerras
que han azotado a Nicaragua durante su historia, guerras sangrientas e inútiles
promovidas por políticos inescrupulosos, en aras de su bienestar personal
y sus aspiraciones políticas. Una lección que parece que aún
desgraciadamente, no hemos terminado de aprender.
En 1940 publica Breviario Imperial. A principios de
los años cuarenta funda la «Cofradía del Taller San Lucas»
que habría de servir como foco espiritual para la creación artística
en Nicaragua, y edita los Cuadernos del Taller San Lucas (1942-1944).
Bajo este sello editorial publicará en 1943 su bello poemario Canto
temporal (Temporal Song). En 1945 publica Promisión de México
y otros ensayos, y al año siguiente viaja a México y trabaja
en una editorial. En ese año de 1946 publica otro libro de ensayos Entre
la cruz y la espada, donde denuncia la situación política
de su país. En 1948 es invitado a España donde ofrece varios cursos
y dicta conferencias. Desempeña un cargo diplomático y es elegido
presidente del Instituto de Cultura Hispánica.
De regreso en Nicaragua en 1950 vuelve a sus actividades agrícolas,
siembra algodón pero la empresa resulta económicamente insatisfactoria.
Publica La tierra prometida (1952), breve antología seleccionada
por Ernesto Cardernal, donde el poeta revela su esencia cristiana y su profundo
humanismo. En 1954 el periódico La Prensa lo llama a ocupar la co-dirección
y funda el suplemento La Prensa Literaria (1954-1987), en cuyas páginas
se publicará lo más representativo de la literatura nicaragüense,
se ofrecerán traducciones e innovaciones de la literatura mundial, y
se promoverá la creación artística en general. En 1954
da a la luz su Libro de horas (Book of Hours), donde ensaya fusionar
poéticamente los códices indios con los libros de horas cristianos
del medioevo.
A raíz del asesinato del Gral. Anastacio Somoza García
en 1954, PAC sufre cárcel y persecución por su abierta oposición
a la dictadura, y como consecuencia de los sangrientos acontecimientos de la
época publica un pequeño volumen titulado América o
el purgatorio, donde se duele de la tragedia nacional. Torres de Dios.
Ensayos sobre poetas (1958) es una colección de ensayos literarios
donde PAC da a conocer sus experiencias poéticas leyendo a otros autores
y sienta su propio credo.
En 1959 PAC obtiene el "Premio Centroamericano «Rubén
Darío» de Poesía" por la publicación de su libro El jaguar y la luna, donde con expresión indígena rescata
los mitos ancestrales dándoles un perfil contemporáneo y universal.
Dos años más tarde funda la revista El Pez y la Serpiente (1961-1979) de publicación semestral en octavo menor, que sirve como
medio de difusión a la intelectualidad nicaragüense. Al año
siguiente publica en San Salvador su volumen de poesía, Zoo (1962).
En 1964 recibe el "Premio «Rubén Darío»
de Poesía Hispana" por su colección titulada Poesía
(1929-1962), y es nombrado Director de la "Real Academia Nicaragüense
de la Lengua". Su libro de ensayos El nicaragüense (1967) es
el más lúcido estudio del espíritu del ser nicaragüense.
PAC ve en el sincretismo antropomórfico del arte precolombino una metáfora
de la dualidad del ser nicaragüense, dualidad que habría de determinar
su historia y su filosofía, su forma de ser y su destino. "Esas
esculturas monumentales me hablan de una concepción mítica y misteriosa
del «doble yo» o «alter ego vital» que significó
seguramente todo un movimiento religioso o mágico animista, forjado por
una cultura muy antigua, tal vez Mangue-Chorotega..."(16) PAC somete a
un brillante proceso de indagación en este libro aspectos del ser nicaragüense
que van desde la intra-historia mesoamericana, el arte y las expresiones sémicas,
hasta el clima, la arquitectura y el mito. El nicaragüense es una obra
sólo comparable con ensayos como El laberinto de la soledad o Radiografía
de la pampa .
En 1971 PAC publica Cantos de Cifar y del Mar Dulce,
donde el poeta reedita la épica homérica en el ambiente lacustre
nicaragüense. Cifar Guevara es un pobre navegante de la Mar Dulce, este
pequeño Mediterráneo americano, donde la fantasía y la
imaginación, la audacia y el amor se combinan en una poesía sencilla
y milenaria, innovadora y tradicional. Decía Pablo Antonio Cuadra en
una conferencia, "¡Cierto! Nosotros tenemos también dos mares
al Este y al Oeste... Pero el Lago es otra cosa. Es como un cónsul gigante
del mar, como un Homero inmenso de aguas canosas que nos da una cátedra
permanente de Odisea. El Lago es otra cosa: es el mar en el pecho de Nicaragua;
es el mar metido en el cuerpo; es un caso de posesión. Nicaragua es una
posesa del mar. Y Cifar es uno de los frutos de esa posesión... Cifar
es el viejo deseo de "cosas extrañas", Cifar es el "buscado
imposible" rubeniano."("La épica humilde de un Mar Dulce.")
En 1974 publica Tierra que habla. Antología de cantos
nicaragüense, donde PAC recoge poemas de diversos libros mostrando
su evolución poética y su profundo amor por Nicaragua. En 1976
publica Esos rostros que asoman en la multitud, colección de pequeños
poemas biográficos donde el hombre humilde del pueblo nicaragüense
se presenta en la inmensidad de su miseria y su bondad. La atención de
PAC ahora se concentra en el ciudadano común y corriente y en su canto
a los desposeídos se refleja todo su profundo humanismo. La tendencia
hacia lo narrativo que ya se había mostrado en Cantos de Cifar,
se desarrolla ahora en estos poemas donde el material narrativo se convierte
en sustancia poética. En el mismo año PAC da a la imprenta Otro
rapto de Europa. Notas de un viaje, donde PAC muestra una vez más
la universalidad de su cultura, su capacidad de observación y su amor
por Nicaragua. "He recordado Zapatera, y en el horizonte la lejana masa
negra de Mallorca, la luna que riela sobre las aguas tranquilas y el chapoteo
de las olas, avivan más el recuerdo".(142)
En el año 1978 Pedro Joaquín Chamorro es asesinado
en Managua. Ante la muerte de su amigo y compañero de trabajo Pablo Antonio
Cuadra tiene que ponerse al frente del diario La Prensa y luchar contra
la dictadura somocista que ya empezaba a tambalearse. Al triunfar la revolución
en julio de 1979, PAC se une con entusiasmo al proyecto nicaragüense y
empieza a trabajar con el proceso revolucionario. En 1980 publica Siete árboles
contra el atardecer. Este libro representa en la trayectoria de PAC un regreso
al ambiente rural, a la tierra y al conocimiento vegetal, al misterio telúrico.
Dice José Emilio Balladares "Al parecer, pues, los árboles
asumen una función estructurante del universo poético de Cuadra.
Enlazan geografías distantes y épocas lejanas, como también
el cielo y la tierra, lo sacro y lo profano." (La palabra, 83).
A los pocos meses de la revolución nicaragüense
la represión y el militarismo sandinista empiezan a perfilarse y Pablo
Antonio Cuadra no vacila en levantar su voz de denuncia y protesta. PAC continuó
trabajando en la dirección de La Prensa bajo un estricto régimen
de censura y amenaza militar. Su enérgica denuncia y su inclaudicable
humanismo se han ocupado una vez más del pobre y del desvalido, y su
voz poética sigue descubriendo "la poesía de las cosas corrientes."
A raíz del cierre de La Prensa por la censura sandinista, PAC
recibió el "Premio Rímini 1986" en Italia enseñó
en la Universidad de Texas, Austin y recibió la beca Fulbright. De esta
experiencia surgieron los poemas que finalmente recogió en Exilios,
publicado finalmente por la Academia Nicaragüense de la Lengua en 1999.
En este libro encontramos 14 poemas escritos en la década
de los ochenta, donde Pablo Antonio Cuadra nos brinda una visión poética
y humana del exilio en sus diversas manifestaciones, y corrobora esa conceptualización
del poema y la migración, que veo yo desde la época de Poemas
nicaragüenses. El poema final de esta colección, titulado "Exilios"
contiene el grave dilema de emigrante, el impulso de partir y la voluntad de
quedarse. Este dilema es seminal para toda la psicología del exilio,
nadie que haya algún día emigrado, podrá sustraerse a ese
desgarramiento: desgarramiento de partir y desgarramiento de quedarse. La represiva
realidad nos impele a partir, a buscar la vida en otro lado; el amor a la tierra
nos compele a quedarnos, a morir en nuestro suelo materno. Así se destroza
la unidad del individuo. Pocos versos resumen mejor la contradicción
del exilio que el siguiente silogismo: "Entonces quisiera ser extranjero / para
regresarme a mi patria" (36). Bello díptico que encierra el deseo y la
realidad, el ansia de paz y la urgencia de identidad. Aquí el /gallo/,
a diferencia de dos poemas que glosaré a continuación, no importan
significados bélicos, son simplemente la marca matutina, el canto que
inicia el día en el que nos damos cuenta otra vez que el dolor es permanente,
que la tragedia se repite, y que una vez más estamos asediados por la
urgencia de partir. Hermosísimo poema que reivindica la más fiera
libertad y la más ardua entereza. Esta disyuntiva es la idea central
en otro poema de la colección titulado "Una o dos cartas", aunque ahora
la perspectiva es desde el exilio, desde la otredad de una tierra extranjera
y desconocida, desde donde deberemos volver a la tierra querida.
"Bebedor de tinieblas" es un llamado a salir del exilio interior,
a abrirse al mundo, al misterio y a la realidad. En este poema se combina el
uso del signo /bebedor/ tomando en consideración primordialmente su contexto
alcohólico, con su sentido de inconsciencia y embotamiento. El bebedor
de tinieblas se embriaga con la tristeza del exilio y la soledad, se refugia
en sus tinieblas negándose a volver al mundo de donde ha sido arrojado.
Este lindo y breve poema es una invitación a enfrentar lo nuevo y lo
misterioso, una exhortación a no refugiarse en pasados remotos y solitarios.
En "Palo de limón" y "Un redoble de tambor para el
viejo Roque", el signo central es el /gallo/, con su carga bélica, su
belleza y su masculinidad, su simbolismo atávico y su historial. El viejo
gallo Roque que con su espuela y su pico hace la guerra, incita a la violencia,
mata, pasa a representar una dimensión de nuestro ser nicaragüense,
esa dimensión oscura y altanera de nuestro imaginario social, la necesidad
de luchar e imponernos, de vencer. Si el /gallo/ representa el espíritu
bélico, el /limón/ es la sangre agria y amarga que alimenta la
guerra, es la sangre de la espada, la dorada inquietud de la revancha. Estos
dos poemas son importantísimos para la formulación de una cartografía
nacional, porque definen, en forma poética, y a través de dos
metáforas hermosísimas, la intensa relación de los nicaragüenses
con la guerra. Lucha constante por reafirmar su masculinidad, por marcar su
territorio, por defender su identidad, tanto el gallo como el nicaragüense
se ven impelidos a descender del árbol y caminar hacia la muerte. De
ahí la doble metáfora del limonero que crece en el patio y el
limonero que crece en el sueño.
"El hijo pródigo" es la reescritura de la famosa parábola
bíblica pero desde el punto de vista del héroe, no del padre;
y el regreso no es a la riqueza y la comodidad, sino a la belleza. Este poema
juega magistralmente con la imaginación y la realidad, y establece una
dicotomía entre la memoria y la mirada. Cada recuerdo encuentra su contrapartida
en una realidad deslustrada y empequeñecida, reducida por el tiempo y
el desgaste. Sólo la belleza intelectual se conserva viva en el misterio
rotundo de un beso, capaz de revivir después de muchos años de
ausencia, capaz de ser en cualquier momento, de nuevo y una vez más,
con toda su intensidad, aunque nosotros ya no seamos más que cenizas
de recuerdo. Lindo poema, lleno de misterio y de dolor, que remite a la críptica
relación entre el recuerdo y la mirada, el insondable encuentro del retorno
y la especial esencia de la belleza.
El poema titulado "E.T." inmediatamente nos remite a la modernidad
cinemática de Spilberg aunque siempre nos asalte la duda que tras las
crípticas iniciales se encierre otra cifra. Breve poema, escrito en Texas,
en 1986, donde el exilio que se canta en el poema es el exilio del hombre frente
a la mujer, esa imposibilidad de ser, de penetrar, de entender la esencia femenina,
la humedad y la fragancia. Hombre y mujer como elementos separados, hecho a
una misma imagen con materiales disímiles, a veces incompatibles. En
este poema el sujeto se separa de la mujer que ama en virtud de una diferencia
siempre inalcanzable. Como la diferencia derrideana del lenguaje, hombre y mujer
luchan por encontrarse, por com-penetrarse, pero, inevitablemente, siguen siendo
extranjeros.
"La isla de los Centauros", el poema más extenso de la colección,
es una reflexión sutil e inteligente sobre la violencia y la guerra.
La fuerza ha derrotado a la inteligencia, la belleza ha sucumbido bajo el casco
de la herida. Rubén es la figura que se percata del horror y trata de
salvar la dignidad de los hombres. Poema dialógico, conversacional, que
retoma la estructura del famoso "Coloquio de los Centauros" para presentarnos
el estado de la patria en la década de los ochenta. Los preclaros y honrados
centauros que un día defendieron la libertad y la justicia, se han convertido
ahora en asesinos, han dilapidado los bienes, han manchado con sangre inocente
sus cascos y han arrojado saetas a los niños. Ahora sólo reina
la violencia y la venganza, la violación y la muerte. Los jóvenes
han sido enviados a la guerra y toda la nación se ha cubierto de luto.
Sólo la hembra dice la verdad, sólo la madre es capaz de levantar
su voz por encima del dolor y denunciar a los raptores. Poema de graves sonidos
y oscuros colores, "La isla de los Centauros" cuestiona a través
de Darío la historia y la vida.
Pocos poemas tan bellos como "Canto al atardecer de una revolución"
donde la historia de América se resume en función de sus revoluciones,
de sus cruentas batallas, de sus traiciones. Desde Junín hasta nuestros
días la imagen de América es forjada por una revolución
que embiste contra otra revolución, y así, entre guerra y guerra,
se forja la estirpe del continente. En ciclos infinitos y en silencios de muerte,
en dualidades que no conocer término, en dominios de dominios de dominios.
Pero la gran sabiduría del poema no radica en la Historia, radica en
el corazón. Sólo con ese corazón revolucionario, dispuesto
siempre a cambiar, a reevaluar, a perdonar, se podrá superar esta secuencia
de atardeceres que caen sobre cada revolución. "Diariamente brilla en
tu mente una revolución / que debe ser superada en tu corazón
por otra revolución"(27).
La tragedia del éxodo se reconstruye poéticamente en "Riverside",
ese poema magistral donde el /río/ y el /polvo/ funcionan como signos
de la peregrinación, de la continuidad y del obstáculo. Pablo
Antonio Cuadra maneja en este poema las dos figuras fundacionales de la Patria:
Rubén Darío y Augusto César Sandino, ambos en un camino,
en un desplazamiento que los ha de llevar a la vida y a la muerte. Imágenes
certeras y bellísimas de una fundación nacional, que luego habrán
de prolongarse en la lucha de los nicaragüenses por subsistir dentro y
fuera de la Patria. Escrito en Texas, en 1988, este poema se preocupa por el
problema de la migración a los Estados Unidos donde el río es
la marca fronteriza de la separación. Poema de hondos y profundos sentimientos,
donde el recuerdo del rostro de la madre es la imagen de la Patria, y el llanto
es la poesía del dolor. "Riverside" es un gran poema, composición
antológica que quedará como testimonio imperecedero de esa década
en la historia de Nicaragua, marcada por la esperanza y la decepción,
por la Tierra Prometida y el Paraíso Perdido.
"Una joven madre llora en la puerta de mi Patria" es el poema
que establece el locus del canto. Esos ojos campesinos de madre tierna son el
lugar que el poeta privilegia para su entonación. Nada se compara con
esos ojos y ese llanto. Los ojos, que miran la tierra que ya no podrá
tocar son el espacio ideal para que el lenguaje, que no podemos tocar, enuncie
la tierra ausente. En esa dicotomía de ausencia-presencia se cifra el
misterio de la poesía y se compone la tragedia del exilio. La enunciación
del canto se instala en la mirada que llora y anhela, y de esa forma, dos acciones
intangibles, reflejan la tragedia del destierro.
Este poemario está dominado por el tono grave y premonitorio, con la
excepción de "El nuevo tiempo", donde lo que domina es la ironía
y la tristeza. El verdugo que se erige en juez y en profeta, el gobernante que
con la espada pretende construir al hombre nuevo, el padre que castiga en nombre
del amor. "El nuevo tiempo" encierra en sus ocho versos una apología
del error y la falibilidad. Sólo los que nos equivocamos somos capaces
de acertar, porque los que se creen incólumes sólo podrán
construir infiernos, paraísos inhabitables. Esta idea se presenta más
abiertamente en "1984", poema más expositivo que lírico,
escrito con la indignación de la injusticia.
En el año 2000 PAC publicó El Nicán-Nahuat,
conjunto de poemas donde el poeta continúa su titánica (re)construcción
de la nacionalidad nicaragüense. A lo largo de veinticinco poemas PAC nos
lleva por la historia de nuestros antepasados indígenas, asistiendo a
los momentos más íntimos y decisivos de la historia: la pasmosa
pregunta existencial en "El diálogo" o la engañosa conversación
de dos sujetos que se saben más inteligentes que el adversario en "Lo
que dijo el Tlatoani a Andrés de Cereceda", la irrupción de la
guerra en "Una raya larga y roja en el polvo de la historia", y la muerte en
"Mictlán". Casi todos los temas importantes de PAC están resumidos
en este poemario final, especie de suma poética, de reflexión
sabia y serena desde la cumbre de la existencia. Libro que requiere de una exégesis
rigurosa, y que no hallará en este artículo ya demasiado extenso,
pero no puede evitar mencionar esta colección con que PAC cierra su periplo
explorador de la nacionalidad. Luego sólo restarán los "Biopoemas",
y la obra dispersa que poco a poco seguirá apareciendo. Aunque todo eso
sea muy valioso, la esencia de la obra de PAC ya ha sido destilada.
El gran error del análisis generacional de la literatura, es que no logra
explicar la amplia envergadura que la obra de un poeta puede abarcar. Decir
que Pablo Antonio Cuadra es un poeta de Vanguardia es limitarlo a una etapa,
importante pero parcial de su obra. Exilios nos vienen a mostrar que PAC llega
ser un poeta finisecular y posmoderno, ya que en estas postrimerías del
siglo XX, el problema de la identidad y de la migración, del desarraigo
y el nacionalismo, establecen los vértices centrales de la polémica.
En estos poemas PAC nos demuestra que los signos del canto y el poema son el
espacio del origen, en ellos se encierra el conocimiento del principio, de la
migración y el desplazamiento, de una Tierra de Promisión o un
Paraiso Perdido, de un lugar en que habrán de realizarse los sueños,
las promesas del canto, los signos del poema, y una tierra de la que hay que
partir para huir del horror. Ante tanto movimiento, tanto azar y tanta migración,
se erige enhiesta la casa junto al lago, espacio estable y firme, centro matriz
de una tradición y una genealogía, albergue hospitalario ante
la represión y la muerte, dadivoso hospicio ante la pobreza. Y desde
ahí la voz del poeta va recogiendo los gemidos de su tribu a lo largo
de la historia, y la poesía de Cuadra, como lo demuestran su sólida
y extensa obra, alberga los gemidos de todo un siglo.
©Yolanda Rosas
Notas
Arriba
vuelve 1. . "Ligera
exposición y proclama de la Anti-Academia nicaragüense. Primer manifiesto"
Originalmente publicado en El Diario Nicaragüense, domingo 26 de
abril de 1931. Reproducido en El Pez y la Serpiente, invierno 1978-verano 1979,
22-23: 24-26.
vuelve 2. Hay varias ediciones
de la obra. Las más accesibles son: Managua: Academia Nicaragüense
de la Lengua, 1957. Managua: El Pez y la Serpiente, 1972. San José: Libro Libre, 1986, correspondiente al volumen VIII de sus obras completas
(todas mis referencias remiten a esta edición).Fue incluída en
la Antología del teatro hispanoamericano de Carlos Solórzano,
México: Fondo de Cultura Económica, 1964.
vuelve 3. Véase a este
respecto mi artículo "La miticidad deEl Güegüense: proto-texto
de la literatura nicaragüense" Romance Notes, 35.1 (1994): 53-62.
vuelve 4. Esto desgraciadamente
no se pudo dar en ese momento. Ni las condiciones históricas y sociales
lo permitían, ni las posibilidades económicas y dramáticas
del autor lo hicieron posible. Sin embargo en 1937 fue llevada a las tablas
y desde entonces se ha convertido en la pieza dramática que más
representaciones ha tenido en Nicaragua. De ella también se han hecho
adaptaciones radiales y televisivas.
Bibliografía
Bibliografía activa
A Poesía
Libros
- Canciones de pájaro y señora, 1929-1931. Inédito.
Fragmentariamente publicado en Poesía (1929-1962). Madrid: Cultura
Hispánica, 1964. Obra poética completa (vol. I). San
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- Canto temporal. Granada: Cuadernos del Taller San Lucas, 1943. Poesías
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- Libro de horas. (1951-1954) Inédito. Recogido en Antología
de la poesía católica del siglo XX. Emilio del Río (Ant.)
Madrid: A Vasallo, 1964. Poesías (1929-1962). Madrid: Cultura Hispánica,
1964. Obra poética completa (vol.II). San José: Libro
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- El jaguar y la luna. Managua: Artes Gráficas, 1959. 1? ed.
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New Directions, 1961; The Jaguar & The Moon. Thomas Merton (trad.)
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- Zoo. San Salvador: Ministerio de Educación, 1962.
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Managua: Academia Nicaragüense de la Lengua, 1971; 3? ed. aumentada 1979.
Obra poética completa (vol. IV). San José: Libro Libre, 1985.
[Traducciones: Songs of Cifar & The Sweet Sea. Grace Schulman &
Ann M. De Zavala (trads.) New York: Columbia University Press, 1979. Introduzione
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- Doña Andreíta y otros retratos. Caracas: Ediciones
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- Mayo. Oráculo de los cuatro héroes. Managua: Asel,
1974.
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1976. Obra poética completa (vol.V). San José: Libro
Libre, 1985.
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Presidencia de la república, 1981. Obra poética completa (vol.VI). San José: Libro Libre, 1985.
- La ronda del año. Poemas para un calendario. Obra poética
completa (vol.VII). San José: Libro Libre, 1988.
- El indio y el violín y otros poemas. Obra poética completa (vol.IX). San José: Libro Libre, 1990?.
- Exilios. Managua: Academia Nicaragüense de la Lengua, 1999.
- El Nicán-Náuat. Avila: Caja de Ahorros de Avila, 2000.
Managua: Academia Nicaragüense de la Lengua, 2000.
Antologías
- Poes?a (1929-1962). Madrid: Cultura Hisp?nica, 1964.
- Poesía escogida. León: UNAN, 1968.
- Tierra que habla. Antología de cantos nicaragüenses.
San José: Educa, 1974.
- Poesía selecta. Selección, prólogo y cronología
de Jorge Eduardo Arellano. Caracas: Ayacucho, 1991.
B Ensayos
Libros
- Hacia la cruz del sur. Manual del navegante hispano. Madrid: Cultura
Española, 1936. Buenos Aires: 1938.
- Fray Márgil, nuestro divino impaciente. Granada: Cuadernos
del Taller San Lucas, 1942.
- Oraciones populares cristianas y supersticiosas. Granada: Cuadernos
del Taller San Lucas, 1942.
- Promisión de México y otros ensayos. México:
Jus, 1945.
- Entre la cruz y la espada: mapa de ensayos para el redescubrimiento de
América. Madrid: Instituto de estudios políticos, 1946.
- Sobre la hispanidad y su zozobra. Madrid: Acati, 1948.
- América o el purgatorio. Madrid: 1955.
- Torres de Dios. Ensayos sobre poetas. Managua: Academia Nicaragüense
de la Lengua, 1958. Obras en prosa (vol.VIII). San José: Libro
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- Torres de Dios. Ensayos sobre poetas. Managua: Academia Nicaragüense
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Libre, 1986.
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Madrid: Cultura Hispánica, 1969. 4? ed. nicaragüense, Managua:
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- Otro rapto de Europa. Notas de un viaje. Managua: El Pez y la Serpiente,
1976. Obras en prosa (vol.IV). San José: Libro Libre, 1986.
- Muestrario del folklore nicaragüense. (En colaboración
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- El hombre: Un Dios en exilio. Selección a cargo de Pedro Xavier
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C Narrativa
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en Antología del teatro hispano-americano. Carlos Solórzano
(Ant.) México: Fondo de Cultura Económica, 1964; Managua: El
Pez y la Serpiente, 1972; Obra poética completa (vol. VIII).
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