Mario
Salazar
Teatro de Vecindario:
Grupos de teatro comunal
del Valle Central de
Costa Rica, 1975-1990
Universidad de Costa Rica
montesalmar@gmail.com
Bibliografía
A mis abuelos Paco y Teresa
Dedicado a los integrantes de los grupos de teatro comunal
Y a todos los que trabajamos en la lucha contra el
TLC CR-USA por una Costa Rica más inclusiva
Soy lo sido
Pablo A. Cuadra
En el mes de marzo de 1990, Alejandro Tosatti,
publicó un artículo en la revista Aportes donde
cuenta la experiencia artística que ha desarrolló un
grupo comunal de Alajuela:
“La niña de los ojos grandes
se ha puesto de pie y mira emocionada las evoluciones de una
bailarina. “Cuando sea grande quiero ser como ella”,
dice. Estamos en el INVU Las Cañas de Alajuela; […]
La reacción de la niña es solo un ejemplo del
creciente gusto y aceptación de las diferentes disciplinas
artísticas, en una comunidad que no se diferencia en
nada de muchas otras comunidades y barriadas que se han ido
expandiendo como manifestación física del proceso
de urbanización. En nada excepto que aquí, en
el INVU Las Cañas, surgió desde hace años
un grupo que trabaja intensamente para la superación
cultural y artística de sí mismo y de la comunidad
(Tosatti, 1990: 23)
La experiencia que relata Tosatti, contrario
de lo que señala, no fue para nada excepcional en muchas
comunidades de Costa Rica durante las décadas de 1970
y 1980, sin embargo, la actividad descrita se da en un momento
en que el auge de este tipo de manifestaciones artístico-comunales
empezaba a desaparecer. Antes de analizar cómo fue que
una actividad comunal tan importante como la que realizó el
grupo Antorcha de Alajuela en 1990 no tuvo continuación,
como sucedió en muchas otras comunidades con experiencias
similares, debemos empezar por preguntarnos:
- ¿Cómo surgieron y qué factores intervinieron
en la formación de los grupos de teatro comunitario?
- ¿Quienes integraron las agrupaciones de teatro Vecinal?
- ¿Qué temáticas y que metodologías
desarrollaron creativamente los agrupaciones de teatro Vecinal?
- ¿En que espacios y a que sectores se dirigieron los
grupos de Teatro Comunitario?
Surgimientos
En 1972, un delegado importante de la UNESCO
visitó Costa Rica, con el propósito de intención
de activar y promover una política cultural que se propusiera
el acercamiento de públicos nuevos, se trataba de Fabio
Pacchioni. Su propuesta era concretamente una transformación
de la actividad teatral en Costa Rica. En términos generales,
el ambicioso proyecto de la UNESCO consistía en modificar
el clásico concepto de cultura con que habían desarrollado
su política cultural las elites gobernantes de los países
latinoamericanos. Estos delegados culturales fueron conocidos
como los “expertos de la UNESCO”. (Cuevas, 1996:
159)
Por las mismas fechas en las que Pacchioni
realizó la visita al país, Costa Rica estaba teniendo
una afluencia de artistas latinoamericanos sin precedentes en
la historia cultural de este país. Por motivo de las dictaduras
latinoamericanas, muchos artistas, entre ellos: actores, escritores,
músicos, poetas e intelectuales, buscaron asilo en nuestro
territorio y más temprano que tarde, esta intelectualidad
dinámica, se va acercando e incorporando al medio artístico
de Costa Rica. Los artistas asilados procedían particularmente
de tres países del cono sur: Chile, Argentina y Uruguay.
Desde un primer momento estos artistas pusieron a los nacionales
en contacto con la nueva dramaturgia latinoamericana. (ver Fumero,
2000) Otro precedente importante en esta misma línea es
el grupo Independiente “Tierranegra”, el cual tiene
una importante influencia del “Nuevo Teatro” de Colombia,
que incorpora a la experiencia teatral costarricense la Creación
Colectiva.
Bastante tiempo antes de que estos fenómenos
se desarrollaran, en las comunidades de Costa Rica se estimuló la
creación de actividades escolares y religiosas donde los
alumnos o feligreses invitaban a sus padres y a la comunidad
a una serie de actividades que tenía como propósito
la recaudación de fondos por medio de venta de comidas
y de actividades culturales. Estas denominadas “Veladas
Escolares” son un fenómeno de particular importancia
para el desarrollo del teatro comunal. Por medio de esta experiencia
que atraviesa buena parte del siglo XX, se desarrolló un
formato de representación escénica que teatraliza
las “estampas típicas” de la literatura costumbrista.
Debemos señalar que el fenómeno
de las “Veladas Escolares” no ha sido estudiado a
profundidad, sin embargo, dos son las razones por las que nos
parece un elemento determinante para el surgimiento de un teatro
vecinal: por un lado, crea una larga experiencia artístico – comunal
y por otro lado, crea una estética vecinal, con la que
la comunidad se identifica. Estos dos elementos serán
un precedente determinante para la aceptación de los grupos
de teatro comunal que se desarrollaran en las décadas
de 1970 y 1980. El grupo “Éxodo” es buen testimonio
de lo anterior, posteriormente lo expondremos. También
nos parece que la popularidad que tienen en las comunidades las “Veladas
Escolares”, antes de la década de 1970, problematiza
la idea de que es con la aparición del Ministerio de Cultura,
Juventud y Deportes (MCJD) y las políticas que este desarrolla,
que se inicia y populariza la representación en Costa
Rica. Sin embargo, como hemos señalado al principio, se
necesita un análisis profundo sobre este fenómeno
para poder esclarecer esta impresión, lo cual podría
ser tema de otra investigación.
Durante la segunda mitad del siglo XX, Costa
Rica desarrolló una fuerte organización a nivel
comunal que luchó porque una serie de derechos ciudadanos
fueran cumplidos, y veló por el buen funcionamiento de
los servicios públicos, pero sobre todo por que estos
servicios no cometieran ningún tipo de abusos contra la
comunidad, como subidas de precios. En el desarrollo de esta
experiencia de organización comunal costarricense fue
de suma importancia el liderazgo que ejercieron las bases del
Partido Comunista y de otras agrupaciones de izquierda, que en
el caso del primero, en un primer momento al estar proscrito,
ve en este espacio, un lugar fundamental para desarrollar nuevas
luchas. (ver Alvarenga, 2000)
En los grupos de teatro comunal analizados para
esta época apreciamos una participación importante
de cuadros de la izquierda. Esto no quiere decir que los grupos
estaban constituidos solo por integrantes de la izquierda, sin
embargo éstos le daban un carácter determinado
a los grupos donde participaban y a la vez ejercían liderazgos
en la comunidad. Al mismo tiempo, algunas organizaciones religiosas
también fomentaron e incentivaron la participación
y la integración de grupos de teatro y de actividades
culturales en las comunidades, por esta razón dentro de
los grupos de teatro comunal analizados nos hemos encontrado
con una importante participación de religiosos.
En la visita que el experto de la UNESCO realizó al
país 1972 promueve una propuesta que denomina “Viaje
de ida y vuelta al público”, en ella se plantea
el desarrollo y la práctica de una política que
transformara al teatro en un movimiento profesional y aficionado,
que desarrollara un público más amplio. Sin embargo,
es Oscar Castillo, director de la Compañía Nacional
Teatro (CNT) durante ese periodo, quien acoge y materializa la
propuesta del especialista de la UNESCO. Uno de los aspectos
que planteaba Pacchioni en su visita era la propuesta de universalizar
el teatro a través del sistema de educación secundario
que para esta época se había ampliado considerablemente.
Como señala Rafael Cuevas, estos son los fundamentos que
estructuraron al departamento de promociones teatrales adscrito
a la CNT. (ver Compañía Nacional de Teatro, 1980a:
3)
De esta manera queda instaurada, a través
del Estado costarricense, una estructura que empezó a
promover grupos de teatro aficionado en tres áreas específicas:
las comunidades, las empresas, ya sean agrícolas o industriales,
y las instituciones del Estado. En el desarrollo de esta iniciativa
oficial podemos establecer dos momentos de la promoción
teatral: el primero es desarrollado por el Departamento de Promociones
de 1972 a 1977. Y un segundo momento donde la promoción
teatral la va desarrollar el Taller Nacional de Teatro (TNT)
fundado en 1977. Hay que señalar que en ambos períodos
no solo se buscaba la promoción de grupos teatrales, si
no que también se planteaba la posibilidad de promover
otras disciplinas artísticas, esto se va dar en mayor
medida a partir de 1982. En un informe anual de la CNT, publicado
en la revista Escena a finales de 1980, se señala
lo siguiente:
“En años anteriores, concretamente
durante la administración de Oscar Castillo, la compañía
puso en práctica un sistema de promociones teatrales
con la ayuda de las municipalidades e instituciones tanto públicas
como privadas. Sin embargo, el hecho de que este contara con
metodologías esencialmente empíricas- y aunque
proporciono un beneficio significativo a las comunidades- no
dio el resultado esperado, pero sí demostró la
necesidad de crear un organismo cuya labor docente y experimental
llenara el vacío de los profesionales en la promoción
teatral. Fue así como nació en el año
de 1977 el Taller Nacional Teatro con el objetivo, por un lado,
de formar actores profesionales, y, colateralmente, capacitar
a personal especializado en la promoción teatral.” (Compañía
Nacional de Teatro, 1980a: 3)
Más allá de las polémicas
y causas que condujeron a la creación del TNT, que se
aprecian en la cita anterior, lo cierto del caso es que en datos
estadísticos, en ambas fases de la promoción oficial
de teatro comunal y aficionado, se dio un gran número
de proyectos promovidos: Entre 1970 y 1975 se crearon 16 grupos
de teatro comunal, 18 grupos de teatro en colegios (ver Fumero,
2000). Y en el informe de anual de 1980 de la CNT se infiere
del documento, la promoción en 27 lugares distintos, aunque
no se especifica el grupo. Hay que hacer la salvedad de que estos
27 lugares que tienen un promotor, varios son alumnos del TNT
que están haciendo práctica pedagógica.
Véase cuadro 1.
Cuadro 1:
Lugares de promoción según promotores de
la CNT y estudiantes Del TNT. 1980
Promotores
de la CNT |
Alumnos
de la TNT |
Aldea Santa Ana |
Tierra Blanca de Cartago |
Aldea Rositer Carballo |
Niños Cárcel
de Menores |
Taller de artes plásticas
MCJD |
Taller para maestros escol
y pre – escol |
Patronato Nacional de la
Infancia |
Grupo comu de jóvenes
Cedros San Pedro |
Gravillas |
Grupo comu jóvenes
Heredia centro |
Cartago centro y el Guarco |
Grupo comu niños casa
cult Paso Ancho |
Instituto Nacional de Seguros |
Grup. Comunal niños
y jóv Desamparados |
Alajuela casa de la cultura |
|
Instituto Costarricense de
Electricidad |
|
Liceo de Señoritas
Liceo de Costa Rica |
|
Salón comunal de San
Ramón |
|
Tilarán |
|
Limón |
|
Nicoya |
|
Puntarenas |
|
San Isidro del General |
|
Heredia |
|
San Carlos |
|
Barrio Cristo Rey |
|
Barrio González Víquez |
|
Fuente: Compañía Nacional de
Teatro. Programa de Trabajo Repertorio 1980.en: Escena No.
3: 3.
Una preocupación subyacente en esa coyuntura
fue desarrollar un “Teatro Popular”. La introducción
de este concepto a la realidad teatral de este país se
debe en gran medida a la experiencia que traen los exiliados.
Si bien es cierto que la introducción del concepto puede
deberse a otros factores como los nuevos grupos de izquierda,
lo que es cierto es que la práctica inherente al “Teatro
Popular” tiene sus raíces en el desarrollo de un “Nuevo
Teatro Latinoamericano”. Sabemos que muchos de estos actores
que venían de Suramérica se incorporaron a las
dependencias es”TAT”ales que estaban empezando a
funcionar o las universidades públicas del país.
Con motivo de la celebración de los 10 años de
la fundación de la CNT, Aportes le realizó una
entrevista a Adriana Prado, Directora de la institución
quien entre otras cosas señala lo siguiente:
“Por eso es importante uno de nuestros
principales programas que lo constituye el Taller Nacional
de Teatro que ya graduó sus primeros alumnos. Con esto,
promoveremos ese teatro popular,…que los grupos se organicen
en el campo, las fábricas los colegios y por medio del
teatro expresen su realidad, la puedan objetivar al verla representada
y escriban también sus obras. […] Cuando el pueblo
entero haga teatro, entonces habrá un gran teatro popular
en Costa Rica.” (Aportes, 1980: 20)
Como señala Adriana “Mimí” Prado,
la intención de que los teatros comunitarios sirvan como
un instrumento para representarse, denunciar y señalar
las realidades propias de los obreros, de las comunidades y de
los estudiantes, se encuentra desde las posiciones directivas
de la CNT. Este hecho señala ya una nueva reconceptualización
de los conceptos de arte y cultura que tradicionalmente se habían
aplicado en Costa Rica. Como lo ha señalado George Yúdice,
en este escenario la “Cultura” es un recurso al que
se apela desde la política o desde la economía
para dirimir conflictos. (ver Yúdice, 2002)
Hasta aquí hemos venido señalando
cómo se fue desarrollando una serie de elementos que permitieron
que el Estado costarricense adoptara una política de promoción
de grupos de teatro comunal. Sin embargo, debemos señalar
la experiencia de un grupo de teatro comunal que tiene un desarrollo
aparte pero que finalmente también encuentra un techo
en el Estado costarricense: el grupo experimental “Éxodo”.
Más que desarrollar el análisis
sobre el grupo independiente “Éxodo”, vamos
a analizar como surgió, ya que este grupo tiene un origen
distinto a los promovidos por el TNT. “Éxodo” fue
un grupo de teatro comunal de los barrios del sur de la capital.
Estaba compuesto por alumnos de la primera generación
del TNT y contó con cuatro integrantes: Lorena Delgado,
Rubén Garro, Víctor Valdelomar y Magda Vargas.
Lo singular del surgimiento de este grupo es que nace a partir
de un grupo de teatro comunal que se desarrolla en Paso Ancho
con el nombre de “Barrio Pobre”, al interno del Movimiento
Juventud Unida de Paso Ancho (MOJUPA). Este grupo nace a partir
de la experiencia de los vecinos que participaron previamente
en las “Veladas Escolares” que se realizaban en la
comunidad. En la década de 1970, esta experiencia estético-vecinal,
va a adquirir un alto grado de politización, en parte
por el trabajo realizado por MOJUPA en esta comunidad. Como señala
Víctor Valdelomar en la entrevista realizada, este grupo
surge de:
“… la casa de la juventud que
funda el Movimiento Nacional de Juventudes en Paso Ancho. Varios
dirigentes comunales empezaron eso, jóvenes, empezaron
la formación de la casa de la juventud y en la casa
de la Juventud se formo el grupo de teatro, que inicialmente
hacían, lo que hacen mucho de estos grupos aficionados,
que lo que hacen son, lo que llaman: ‘Estampas Típicas’: ‘el
Matrimonio Campesino’ y ese tipo de cosas. Pero la época
tiene muchas cuestiones sociales que empiezan a influir en
los jóvenes sobre todo. Entonces había una inquietud
por hablar, por hablar sobre el problema de la drogadicción
sobre el problema en general de las situaciones de las comunidades
[…] [El origen del grupo] es más de tradición,
en nuestras comunidades, en los barrios del sur, en algunos
lugares que yo trabaje, por ejemplo San Juan de Dios de Desamparados,
había una tradición teatral de muchísimos
años, que era la gente que se encargaba de hacer las ‘Veladas
Escolares’. Cuando se organizaban las ‘Veladas
Escolares’, entonces ellos hacían los cuadros
estos típicos y estas cosas. En Paso Ancho también.
Esta tradición del grupo teatral Barrio Pobre venia
mucho de gente ya vieja que hacían teatro de este tipo.”(Entrevista
personal No. 1, 9 de octubre del 2007)
Además, el tránsito de “Barrio
Pobre” a “Éxodo” no estuvo exento de
conflicto como también nos señalo Valdelomar, ya
que algunos integrantes de “Barrio Pobre”, no querían
profesionalizar el grupo, reivindicando una experiencia escénica
más tradicional:
“Hubo algunos roces con los dirigentes
que querían seguir, digamos en una, en ese tipo de actividad
muy aficionada y no querían pues, que hubiera una preparación
en el grupo.”(Entrevista personal No. 1, 9 de octubre
del 2007)
En síntesis, podemos señalar dos
vías por las que surgieron los grupos de teatro comunal.
En la primera intervienen: la propuesta de la UNESCO a través
de Pacchioni, las nuevas políticas culturales del Estado
costarricense, una fuerte organización a nivel comunal,
el aporte de los exiliados suramericanos y el precedente de las “Veladas
Escolares”. Y en la segunda, juega un papel determinante
la tradición heredada de las “Veladas Escolares”,
aunado a una politización de las organizaciones comunales
que se da en la década de 1970, paralelo a la diversificación
de los grupos de izquierda.
Los integrantes: jóvenes, estudiantes,
trabajadores y promotores
Los grupos de teatro comunal gozaron de gran
popularidad en amplios sectores de las comunidades del Valle
Central de Costa Rica durante las décadas de 1970 y 1980,
y, en la mayoría de los casos estudiados en esta investigación,
plantearon, a través de sus obras teatrales, temáticas
que se derivaban de los problemas particulares de sus comunidades.
Desde el primer momento en que el proyecto socialdemócrata
se plantea el objetivo de la popularización del teatro,
advierte que en el sistema de educación secundaria hay
un amplio espacio abierto para lograr cumplir este objetivo.
En el proyecto que desde un primer momento planteó Fabio
Paccioni a las autoridades de culturales del gobierno en el año
de 1972 se aprecia este planteamiento. (ver Cuevas, 1996: 160)
La popularización del teatro cubrió a amplios sectores
de la sociedad costarricense de las décadas de1970 y 1980,
en parte porque se utilizaron al menos tres políticas
culturales esenciales: difusión, mecenazgo y promoción.
Sin embargo, creemos que especialmente la promoción teatral
estuvo dirigida fundamentalmente hacia una generación
particularmente específica: los jóvenes.
Cuando analizamos la lista de informantes que
hemos entrevistado para esta investigación, cons”TAT”amos
que para los cuatro grupos estudiados, el promedio de edad de
los participantes en los grupos de teatro comunal fue de 20 años.
Aunque con el número de informantes entrevistados no podemos
establecer una generalización contundente, nos hemos interesado
por investigar, a partir de la experiencia de ellos, por las
edades de los demás compañeros de los grupos y
los resultados de la información cons”TAT”an
nuestra hipótesis: los grupos de teatro comunal del Valle
Central, fueron creados, impulsados y desarrollados por un sector
juvenil de la sociedad costarricense. Una de las razones que
posibilitaron que los jóvenes estuvieran más predispuestos
a involucrarse en estos proyectos obedece a que, en muchos casos,
desde el colegio empezaban a leer textos dramáticos que
estaban asignados en la materia de español como parte
de las políticas de difusión que tenían
los programas educativos de este periodo.
Por otro lado, hemos señalado anteriormente
que en varias comunidades del Valle Central existía una
tradición escénica muy importante desarrollada
por vecinos de mayor edad, cuando algunos promotores intentaron
trabajar con estas generaciones mayores, las respuesta de estos
vecinos fue de rechazo. Un caso muy interesante sucede con los
integrantes del grupo “Caña Brava”. Ellos
empiezan a tener experiencias escénicas con su padre desde
los años de 1960, cuando aun eran niños, sin embargo,
cuando deciden fundar este grupo a principios de los años
de 1980, su padre decide no los acompaña y funda un grupo
de teatro que denominaremos de tradición, llamado “Explosión”.
Para lo cual se acompaña de vecinos de su generación
y algunos jóvenes, esto manifiesta un apego a la tradición
escénica de los “cuadros típicos” y
la imposibilidad de que esta generación estuviera dispuesta
a vincularse a estos proyectos como lo señala Francisco
Valverde, integrante de “Caña Brava”:
“Mi papa nunca participó con ‘Caña
Brava’ y nunca nos vio [entre los dos grupos] había
una rivalidad.”(Entrevista personal No. 2, 17 de noviembre
del 2007)
La rivalidad entre los grupos de tradición
comunal y los de teatro comunal quedó planteada también
en el caso que ya hemos señalado del grupo “Barrio
Pobre”, donde el problema generacional también se
impuso causando la fragmentación del grupo y el surgimiento
de “Éxodo”.
Otro aspecto importante es que en todos los
casos la participación de los jóvenes en los grupos
de teatro comunal implicaba un sacrificio importante, pues además
de las exigencias de ensayos y presentaciones que exigía
la participación en el grupo, los artistas comunales se
dedicaban a sus estudios o a sus trabajos particulares, por lo
que para seguir esbozando el perfil de los artistas comunales
de los grupos de teatro comunal debemos señalar que además
de ser jóvenes, también eran trabajadores y estudiantes.
El caso del grupo “Tunante” de San
Ramón es muy interesante. Nos ha contado Gerardina Pérez
que ella comenzó a participar en el grupo gracias a que
laboraba como responsable de salud de su comunidad bajo un programa
del Ministerio de Salud que buscaba enlazar a los auxiliares
de enfermería con líderes comunales que tenían
información acerca de las enfermedades que impactaban
a la comunidad. En este proyecto también esa involucrada
la Dirección Nacional de Desarrollo de la Comunidad (DINADECO)
y es por medio de éste que se les ofrece a estos líderes
comunales la oportunidad de participar en unos talleres teatro
que posteriormente llevaran a la creación del grupo. Por
las características rurales de la comunidad de donde era
este grupo, la mayoría de los integrantes trabajaba:
“En oficios, algunos [eran] agricultores
y otros éramos estudiantes, muy pocos tenían
como una profesión, más que todo [eran] oficios.
[Y los estudiantes eran] de colegio.”(Entrevista personal
No. 3, 20 de septiembre del 2007).
En el caso del Taller Alajuelense de Teatro (“TAT”),
el promotor y director del grupo Marco Araya nos señala
que este grupo estaba integrado en sumatoria por estudiantes
universitarios con la excepción de tres profesionales
en las áreas de arquitectura, publicidad y educación
primaria. (Entrevista personal No. 4, 30 de Agosto del 2007)
En el grupo “Caña Brava” la
formación y desarrollo del grupo quedó en manos
de una familia, los integrantes que formaron la base del grupo,
eran cuatro hermanos que además de dedicarse al grupo
teatral trabajaban y estudiaban. De los dos integrantes que entrevistamos,
uno es contador y el otro es abogado. Además, es particularmente
interesante que, paralelo al trabajo en el grupo “Caña
Brava”, los cuatro se dedicaron a ser payasos profesionales,
lo que los hizo que, en un momento determinado, esta actividad
más lucrativa desplazase a la actividad del grupo “Caña
Brava”. Tres de los cuatro integrantes del grupo formaron
la empresa de payasos “Los Pirulos” a la cual todavía
se dedican.
Finalmente, el último grupo que analizaremos
es “Éxodo”. Este grupo, constituido también
por jóvenes es bastante particular. Por un lado, son jóvenes
vecinos de los barrios del sur de la capital de San José,
pero por otro lado son también trabajadores del MCJD,
que se dedican a la promoción teatral o cultural en diversas
comunidades.
En la entrevista realizada a la promotora cultural
y actriz del grupo “Éxodo”, Lorena Delgado
nos señaló lo siguiente:
“En ese entonces, a nivel personal yo
tenía que tomar una decisión. Yo tenía
a mis hijas pequeñas y trabajando en “Diquis Tiquis” era
para arriba y para abajo, era […] sin salario yo no
tenía salario en Diquis Tiquis, no ganaba casi nada,
nosotros vendíamos a veces funciones pero a veces no
y era mínimo lo que se ganaba y yo podía trabajar
en ‘Diquis Tiquis’ porque estaba en el Ministerio,
[…] al yo renunciar al ministerio, ya me quedaba […]
a la derriba a nivel laboral y entonces fue una decisión
absolutamente personal y de vida, de que yo tenia una responsabilidad
con mis hijas y yo dije: bueno, o son mis hijas o el teatro
y en ese momento yo no podía ser una trotamundos del
teatro teniendo a tres hijas pequeñas.” (Entrevista
personal No. 5, 25 de septiembre del 2007)
De manera general, este planteamiento que nos
expuso la promotora cultural, formó parte de las realidades
que tuvieron que afrontar pronto los grupos de teatro comunal:
los jóvenes que habían empezado con estos proyectos
en poco tiempo empezaban a contraer responsabilidades como el
matrimonio, la paternidad y la maternidad. Esto hizo que la mayoría
de los integrantes dejara esta actividad que exigía bastante
tiempo. Además, la participación de los artistas
vecinales, en los grupos de teatro comunal, en la mayoría
de los casos no era lucrativa y esto representó un claro
límite a la continuación de los integrantes en
el grupo. Esta realidad la enfrentaron tanto los actores vecinales
como los promotores teatrales.
Debemos señalar que la dinámica
de estos grupos siempre estuvo marcada por la transitoriedad
de sus integrantes. En algunos casos los grupos lograban consolidar
una base que les permitía mantener continuidad y acumular
experiencia, la cual servía como instructivo para los
que poco a poco se iban incorporando.
Gerardina Pérez fue integrante del grupo “Tunante” solo
durante una parte del ciclo de vida de éste. Al consultársele
por el motivo de su salida, comentó que obedeció a
que se había casado y debía trabajar a tiempo completo
en una cooperativa de café lo que le quitaba el tiempo
necesario para ensayos y para giras.
En el grupo “Caña Brava” pasó algo
distinto con sus integrantes, ellos empezaron a tener más
rentabilidad dedicándose al negocio de los payasos hacia
finales de la década de 1980 y principios de 1990. Es
importante señalar que este grupo es el único de
los que estudiamos que se mantiene vigente hasta el año
de 1994, en parte creemos que esto obedeció a que el grupo
estaba conformado por hermanos por lo que el vínculo se
tornaba más fuerte. Francisco Valverde señaló que
a partir de 1990 la mayoría de ellos fueron casándose,
sin embargo el matrimonio de él, no significó una
limitante para la participación dentro del grupo, incluso
en 1994, en un programa de mano de la obra “Un día
en la vida de Goyito Valverde”, su esposa figura como maquillista
del grupo, con lo que ella se terminó incorporando a la
dinámica del grupo.
En el caso de Sandra Loría, del grupo “TAT”,
su participación fue más esporádica. Loría
recuerda su experiencia en el “TAT” más por
los dos montajes en los que participó que por otra vinculación
con el grupo:
“Ellos como que me invitaron, hice el
primer montaje, hice el segundo montaje, y ya yo estoy en la
universidad y me concentro en mis estudios. Ya después
en el 91 entro en artes dramáticas y me dedico a la
carrera y de repente en el grupo también hay gente que
no es profesional, (profesional en el sentido de las artes
escénicas) y ya yo me desvincule de la actividad.”(Entrevista
personal No. 6, 3 de octubre del 2006)
En este caso queda patente la característica
transitoriedad de algunas personas que participaban en estos
grupos, por otro lado, se puede apreciar que Sandra Loría,
al dedicarse a los estudios profesionales en la Escuela de Artes
Dramáticas, se desinteresa de una actividad en la que
la mayoría de los integrantes no son actores profesionales.
Así como el Estado costarricense desarrolla
un infraestructura teatral que se encarga de aplicar una serie
de políticas culturales que tienen un alto grado de incidencia
en la sociedad costarricense de estas décadas, muchas
de esta políticas no hubieran sido materializadas sin
un grupo de artistas que vieron en este desarrollo infraestructural
una posibilidad para desarrollar su trabajo artístico.
El promotor teatral no esta marginado de esta lógica y
más bien va a lograr cumplir un trabajo muy significativo
en los grupos de teatro comunal:
“Son de los pocos miembros del movimiento
teatral de Costa Rica que conocen lo que podría ser
el inicio de un teatro de raigambre popular en nuestro país.
A un corto plazo han logrado sentar bases para el conocimiento
de dicha problemática, así como para convertirse
en factor de desarrollo.”(Díaz, 1981: 13)
Más allá de que iniciara o no
un teatro de raigambre popular, lo cierto del caso es que estos
promotores fueron algunos de los artistas de esta época
que estuvieron más cerca de las comunidades y de las problemáticas
y luchas que éstas llevaban a cabo. Es cierto que también
muchos grupos de teatro independiente llevaron el teatro a las
comunidades, pero ninguno como los promotores estuvo tan cerca
de estas comunidades como ellos. En la mayoría de los
casos, los promotores desarrollaban un trabajo de meses en una
o varias comunidades al mismo tiempo. De la primera generación
del TNT que inició sus estudios en 1977 se graduaron 17
personas. En el informe anual de 1979 se señala que ese
año se contó, con 16 promotores estables, sin embargo,
más adelante el mismo documento acota que en “servicio” se
haya trabajando once promotores (Compañía Nacional
de Teatro, 1980a: 7). Después de que se gradúan
del TNT, muchos de estos artistas son incorporados al Departamento
de Promociones de la CNT, cuando ésta era dirigida por
Mimí Prado.
En esta primera etapa, la promoción teatral
va tener un periodo de cuatro años, que coinciden con
los de la administración Rodrigo Carazo Odio (1978-1982),
donde el impulso a la promoción teatral y a la creación
de grupos de teatro comunal, de obreros, de estudiantes y de
empleados públicos es muy fuerte. En 1981, tres años
después de que los promotores teatrales iniciaran su labor
en los diferentes lugares donde trabajaron, se empezaron a recibir
los primeros frutos. En los días 26, 27 y 28 de junio
de ese año, se lleva a cabo una “Muestra de teatro
de comunidades y grupos aficionados”, organizada por el
Departamento de Promociones de la CNT. “La actividad tenía
como fin principal dar a conocer la labor de los grupos de teatro
aficionado que funcionan en el país.” (Diaz, 1981:
19) En la revista Escena, el coordinador del Departamento
de Promociones del MCJD, señala que en la muestra se presentaron
13 grupos de teatro comunal que “tenían la característica
común de realizar un trabajo permanente y un seguimiento
igual por parte de los promotores de la CNT” (Diaz, 1981:
20). A partir de este artículo que realiza Miguel Díaz,
coordinador de promotores, podemos apreciar la variedad de comunidades
y de grupos que se presentaron. Véase cuadro 2:
Cuadro 2:
Lugar de procedencia de los grupos de teatro comunal
y aficionado que se presentaron en la muestra
de teatro de comunidad y grupos aficionados, 1981
GRUPO: |
LUGAR: |
GRUPO: |
LUGAR: |
“Tunante” |
San Ramón |
Cristo rey |
San José |
Temuco |
Cartago |
Escazú |
Escazú |
Santamaría |
Alajuela |
Reyco |
San José |
Fanal |
Alajuela |
“Caña Brava” |
Desamparados |
Teatro-TEC |
Cartago |
“Éxodo” |
San José |
INS (niños) |
San José |
Carmen Lyra |
San Isidro del General |
Esc. Goicoechea |
Paraíso |
|
|
Fuente: “Hacia un Teatro Popular Costarricense”,
en: Diaz, 1981: 20.
Es importante mencionar que durante estos cuatro
años también encontramos promotores que no se dedicaron
a la promoción teatral si no más bien a la promoción
cultural, lo que implicaba un trabajo distinto porque estos,
no se especializaban en promover grupos de teatro comunal, si
no que promovían otras actividades artísticas.
Sin embargo, este tipo de promotor cultural es el que va a tomar
más auge en los años posteriores a este primer
ciclo de cuatro años, sin que tampoco dejaran de existir
los promotores teatrales propiamente dichos.
De los cinco promotores a los que entrevistamos
(no todos son de la primera generación del TNT o del TNT),
notamos que cuando empezaron su participación como promotores
teatrales o culturales, no sobrepasaban los 23 años de
edad, nos atrevemos asegurar que esta ambiciosa empresa fue encargada
a generaciones muy jóvenes del medio artístico,
que además veían en este proyecto una oportunidad
para incorporarse laboralmente al Estado, en un momento marcado
por una crisis económica muy fuerte. Esta ardua labor
continua e ininterrumpida realizada por los promotores sobrepasaba
el cuarto de tiempo que se les pagaba como salario. Sin embargo, “en
ocasiones en que “no entra la subvención”,
los promotores no abandonan su compromiso, y pagan por su cuenta
los viáticos, para atender los grupos” (Diaz, 1981:
19). En algún momento se señaló la necesidad
de aumentar este cuarto de tiempo y otras reivindicaciones, pues
esto influye en la atención a los grupos, y en última
instancia a su derecho de hacer teatro. (ver Diaz, 1981: 19)
Varios promotores que entrevistamos provenían
de los barrios del sur de San José. Es muy interesante
que en el caso de Víctor Valdelomar, Rubén Garro,
Lorena Delgado y Magda Vargas, habían empezado su labor
artístico-comunal paralelamente a los estudios que ellos
realizaban en el TNT, por medio del grupo experimental “Éxodo”,
que como señala Víctor Valdelomar, surge:
“… de una inquietud evidentemente
política, […] de digamos, de un desarrollo de
conciencia social en las comunidades. Y como todos los miembros
somos de los Barrios del Sur de San José, nos agrupamos
en el Centro Episcopal de Barrio Cuba y ahí empezamos
una actividad con varios montajes […] estuvimos muy
cerca de lo que se llamo, la teología de la liberación.” (Entrevista
personal No. 1, 9 de octubre del 2007)
Al respecto Rubén Garro también
nos cons”TAT”a “que la idea era que “Éxodo” fuera
y se proyectara a nivel de los barrios del Sur” (Entrevista
personal No. 7, 13 de septiembre del 2007). Nos parece que la
experiencia que estos artistas desarrollaron en este grupo va
ser determinante en los proyectos que posteriormente cada uno
desarrolla.
En el caso de Fernando Vinocour su experiencia
es distinta pues este promotor no estudia en el TNT, si no en
la Escuela de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa
Rica y al finalizar la década de 1970 desarrolla una experiencia
de teatro político, popular y callejero, en una primera
etapa, a través del “Teatro Carpa”, fundado
por Alfredo Catania. El “Teatro Carpa” giraba por
comunidades presentando sus espectáculos. Posteriormente
Vinocour pasa a formar parte del grupo independiente “La
Trama”, fundado por estudiantes de la Escuela de Artes
Dramáticas de la UCR. La trama desarrolla un tipo de teatro
como “… acontecimiento público. Pues comenzaron
a montarse obras en espacios como la Universidad de Costa Rica,
las plazas de la ciudad, etc.” (Vinocour, 2007: 126). A
partir del desarrollo de temáticas políticas. Y
finalmente el caso de Marco Araya, que procede de Alajuela y
es en esta ciudad donde desarrolla su trabajo como promotor.
Araya, nos señaló que sus experiencias previas
a los estudios teatrales las adquirió en una agrupación
religiosa que tenía un grupo de teatro, lo que viene a
demostrar el importante papel jugado por varias instituciones
religiosas en el desarrollo o estimulación del teatro.
En el caso de Marco Araya, la experiencia que realiza es distinta
a la de los otros grupos. Más adelante lo retomaremos.
La creación colectiva y la temática
política: asistamos a la función de un grupo de
teatro comuna.
“Hoy hay huelga. Hoy hay huelga. Hoy
hay huelga. ¡Huelga!. 1981, Bajaron los precios internacionales
del café, 1981, Rodrigo Carazo rompe relaciones con
el Fondo Monetario Internacional.” (Entrevista personal
No. 2, 17 de noviembre del 2007)
El fragmento anterior es parte de la obra “Huelga” del
grupo de teatro “Caña Brava”. El vecino que
estaba acostumbrado a presenciar una función tradicional
de teatro, quedaba confundido cuando la obra “Huelga” iniciaba
una nueva presentación, los límites entre la realidad
y la ficción tendían a disiparse desde el comienzo
y el público inmediatamente empezaba a formar parte del
acto escénico. Cuatro actores repartidos entre el público,
en espacios físicos no convencionales, empezaban a susurrar
al oído la frase: “¡Hoy hay huelga!” Inmediatamente
otro actor pregonaba el resto del fragmento: “Huelga. 1981,
Bajaron los precios internacionales del café. 1981, Rodrigo
Carazo rompe relaciones con el Fondo Monetario Internacional.”Una
nueva forma de hacer teatro se consolidaba en los grupos de teatro
de comunidad del Valle Central de Costa Rica. (Entrevista personal
No. 2, 17 de noviembre del 2007)
El “Nuevo teatro” latinoamericano,
surge a partir de la década de 1950, y es un fenómeno
que paulatinamente se va ir extendiendo por todo el continente
americano. Se ha denominado como “Nuevo teatro” porque
surgió de la necesidad de marcar una ruptura con las anteriores
formas de representación teatral como el teatro naturalista
o el teatro costumbrista. Los nuevos grupos de teatro latinoamericano
se proponen entonces incorporar nuevos actores sociales y nuevas
realidades en el planteamiento estético de su propuesta
artística. Esto tiene como resultado que lo que pasa en
escena le interese a los sectores sociales que se ven identificados
en las obras teatrales y a los mismos actores, pues estos problemas
de la sociedad los afectan a ambos. (ver Risk, 1987) El nuevo
teatro latinoamericano encuentra en la creación colectiva
de toda la producción del espectáculo su metodología
de creación artística. Beatriz Rizk ha reconocido
las siguientes fases dentro de esta metodología de creación:
- La investigación,
- La elaboración,
- La improvisación,
- El montaje,
- La presentación.
Es importante reconocer que para el caso de
las agrupaciones teatrales comunales del Valle Central de Costa
Rica, hemos reconocido la intervención de estas etapas
en la creación de las obras.
Como señalamos en al principio, la afluencia
de artistas de Suramérica a Costa Rica, durante la década
de 1970, dio como resultado que se empezaran a poner en práctica
metodologías teatrales que no se conocían en el
país. En cuanto al desarrollo de la creación
colectiva, es importante destacar el papel del grupo independiente “Tierranegra” que
se fundó en 1973. El director del grupo fue el colombiano
Luis Carlos Vásquez, el cual estaba muy influenciado por
el trabajo de grupos colombianos con una amplia trayectoria en
el campo de la creación colectiva. Como señala
Fernando Vinocour, este grupo introdujo nuevas metodologías
de trabajo como: la aplicación de recursos corporales
y visuales, la producción de un texto y un montaje. Este
grupo tenía comisiones de trabajo que articulaban un trabajo
intergrupal por medio de fases no comunes en la puesta en escena
como: la investigación, la discusión o debates
ideológicos, los entrenamientos constantes, la elaboración
de los útiles escénicos, entre otras. (ver Vinocour,
2007: 124) En los grupos de teatro comunal analizados apreciamos
que los promotores teatrales implementaron la creación
colectiva en los grupos de teatro promovidos y al mismo tiempo
los vecinos y artistas comunales lograron aprovechar esta oportunidad
para construir su propio y autónomo trabajo estético.
Las obras de teatro que pudimos conocer ya sea
de forma directa o de forma indirecta, apuntaron generalmente
en la dirección de los problemas y las luchas que sus
propias comunidades estaban realizando en ese momento. De manera
general todos los informantes manifestaron una preocupación
social en las temáticas implícitas en las obras
de teatro. Es importante señalar que al ser la creación
colectiva la metodología que tuvo mayor peso en los grupos
estudiados, uno de los problemas al estudiar este fenómeno
es que, en la mayoría de los casos no se escribía
ningún texto. Hemos podido reconstruir algunas obras de
creación colectiva a partir de la memoria y el recuerdo
de los creadores de las obras. La creación individual,
aunque menos utilizada, también se implementó en
algunos grupos, como en el caso del grupo “TAT” de
Alajuela, donde los montajes fueron a partir de autores universales
y nacionales. (ver Entrevista personal No. 4, 30 de Agosto del
2007)
Ya desde 1981, a solo dos años de que
la primera generación del Taller Nacional de Teatro hubiera
iniciado sus labores como promotores teatrales en las distintas
comunidades del país, se pudo observar a partir de la “Muestra
de teatro de comunidades y grupos aficionados”, la variedad
de obras y temas presentados en la actividad. En el siguiente
cuadro reproducimos la información sobre los grupos, las
obras y los autores. Véase cuadro 3:
Cuadro 3:
Grupos, obras y autores presentados en la “Muestra
de teatro de comunidades y grupos aficionados,” junio
de 1981
Grupo |
Obra |
Autor |
“Tunante”
Temuca
Santamaría
Fanal
Teatro-Tec
INS ( niños)
Esc. Goicoechea
Cristo Rey
Escazú
Reyco
“Caña Brava”
“Éxodo”
Carmen Lyra
S/d |
1-La unión de Santa
Cachucha
2-Con la luz del día
Mano Pedro adapt.
La farsa de Pethelin
Un hombre llamado Juan
El fantoche Lusitano
Ensueño de Navidad
Juegos de niños
1 Tío conejo y tío coyote
2 Pantomimas
S/d
S/d
La consentida
Ropa de Teatro
Una cena para el patrón
La parábola de la riqueza
El chispero
S/d |
Creación colectiva
Víctor Valdelomar
Fabián Dobles
Anónimo
Yako serrano
Meter Waiss
Carmen Lyra
Jaime Silva
Carmen Lyra
Creación colectiva
S/d
S/d
Creación colectiva
Manuel Galich
Creación colectiva
Víctor Valdelomar
Alejandro Sieveking |
Fuente: ver Cuadro 2 S/d: Sin datos
Para este artículo expondremos solo tres
obras, pues nos parecen las más represen”TAT”ivas
del fenómeno. Las obras son: la “La Unión
de Santa Cachucha” del grupo “Tunante” y “La
huelga” y “Un día en la vida de Gollito Valverde” del
grupo “Caña Brava.” A partir de estas tres
obras apreciaremos problemáticas: rurales, urbanas y nacionales.
En cuanto a la obra del grupo “Tunante” el
promotor señala lo siguiente con respecto a la obra “La
Unión de Santa Cachucha”:
“La Unión de Santa Cachucha,
es una obra que recoge la experiencia de la comunidad de la
Unión de San Ramón, la comunidad de San Ramón
esta al sector sur de San Ramón […] nosotros
hicimos un montaje que reflejaba la historia de esa comunidad. ¿Cual
es la historia de esa comunidad? Esa comunidad nace como un
precario […] como una toma de tierras de campesinos,
entonces […] es una comunidad que fue tomada [sic] por
campesinos y montaron sus ranchos y empezaron a organizarse
y entonces a partir de ahí surge todo el proceso de
montaje de la obra porque uno de los integrantes del teatro ‘Tunante’ en
ese momento [era de la comunidad de la Unión] … entonces
a raíz de todo el proceso de creación colectiva
que desarrollaba el grupo, empezamos a improvisar escenas de
la experiencia que había sido la toma de tierras de
lo que se llama hoy la Unión en San Ramón entonces
con base en esa experiencia se monta la obra “La Unión
de Santa Cachucha. (Entrevista personal No. 7, 13 de septiembre
del 2007)
Como podemos apreciar en este caso, la realidad
de la comunidad ramonense de la Unión quedó plasmada
por medio de la creación colectiva, Rubén Garro
nos señaló que parte del método usado para
la creación de esta obra fue entrevistar a los vecinos
que participaron de la toma de tierra. Aunque cuando hablamos
con Gerardina Pérez no recordaba con tanta exactitud el
tema de la obra, nos señaló que uno de los temas
era que “un pueblo tiene que unirse para que la situación
mejore” (Entrevista personal No. 3, 20 de septiembre del
2007). Evidentemente esta es una referencia indirecta
al tema de la obra: la toma de tierras por parte de los campesinos.
Particularmente interesante fue cuando la informante se refirió a
los métodos que usaron para creación colectiva:
“Fue como un poco la creación
de todos, la opinión de todos los integrantes y bajo
la accesoria del promotor […] cada quien iba aportando
ideas, de lo que le parecía […] y así nos
fuimos poniendo de acuerdo hasta ir montando la obra.” (Entrevista
personal No. 3, 20 de septiembre del 2007)
Más adelante nos acota que algunas de
las estrategias que usaban para este tipo de creaciones colectivas
era salir a distintas actividades sociales como romerías
para ver los comportamientos de la gente y luego incorporarlo
a las obras. Rubén Garro señaló que en determinado
momento esta obra fue presenciada por un político de la
comunidad que se sintió ofendido, ya que “La Unión
de Santa Cachucha”, criticaba las promesas de los políticos
tradicionales. (Entrevista personal No. 7, 13 de septiembre del
2007)
En cuanto a la experiencia urbana, la “Huelga”,
obra del grupo “Caña Brava”, causó revuelo
e impacto en los barrios del sur y también más
allá del Valle Central. Alvarenga ha señalado que
las huelgas y bloqueos contra las tarifas buses eran muy frecuentes
a principios de la década de 1980. (ver Alvarenga, 2005)
Sentimos que una de las obras que logró captar el espíritu
de esta coyuntura lo constituyó esta obra de creación
colectiva. Víctor Valdelomar nos ha mencionado que la
estructura estaba basada en tres escenas: la primera era la experiencia
cotidiana de viajar en los autobuses, aquí aparecían
personajes cotidianos; en la segunda empezaba el conflicto al
montarse un personaje de buen vestir que estaba en contra de
la huelga, a partir de este enfrentamiento los usuarios decidían
reunirse para organizarse y luchar, en este momento el público
pasaba a formar parte de la obra, ya que los actores al hacer
de líderes comunales se dirigían a los vecinos.
Y en la tercera escena se hacía la propuesta del bloqueo
de calles, donde, por medio de un juego de pantomimas, se invitaba
al público a que cargara piedras para ponerlas en la calle.
Otro elemento con que se involucraba al público era por
medio de la creación de la “cadena humana”,
que se utilizaba en la realidad para que los buses no pasaran.
(Entrevista personal No. 1, 9 de octubre del 2007) Finalmente
la obra “Un día en la vida de Gollito Valverde”,
recrea temas como: la movilidad laboral, la inseguridad ciudadana,
el alcoholismo y el narcotráfico en un momento donde en
Costa Rica se estaban aplicando una serie de políticas
que buscaban recortar el empleo público.
En las agrupaciones de teatro comunal que hemos
analizado, se dieron procesos y de relaciones internas que influían
en la producción y creación final de las obras
a partir de los ensayos y de las presentaciones que realizaron,
describiremos algunas de las dinámicas que daban en el
interior de los grupos.
Antes de que el ensayo diera inicio había
que llegar al lugar del ensayo, esto que parece poco relevante,
mucho lo era, pues en comunidades rurales como la de San Ramón,
el solo hecho de asistir al ensayo se convertía en una
gran dificultad, ya que muchos integrantes eran de comunidades
bastante alejadas del centro de San Ramón:
“Era increíble y lindísimo
porque era gente que venía desde (lugares lejanos) […]
Para llegar a la reunión (ensayo) a las 9 de la mañana
un domingo, tenían que salir desde las 5 de la mañana
[…] y tenían que venir a pie y cruzar en caballo
un río, tomar el bus para llegar (al centro).” (Entrevista
personal No. 7, 13 de septiembre del 2007)
Después de llegar al lugar de ensayo,
que en el caso de “Tunante” era en unas aulas que
prestaba la asociación regional de salud comunitaria,
se empezaba con calentamientos, ejercicios de formación
actoral, de entrenamiento físico, y si se estaba en el
proceso de montaje se hacían ensayos generales. El grupo
también realizaba investigaciones de observación
participante donde los integrantes salían a ciertos espacios
públicos para observar cómo se comportaban los
vecinos en ciertas actividades particulares, posteriormente se
traía esta información al ensayo y se realizaban
improvisaciones a partir de estos materiales. Estas actividades
de investigación son recordadas por la Gerardina Pérez
como giras de reconocimiento para conocer la cultura y costumbres
del pueblo y además agrega que en las giras se realizaban
almuerzos grupales.
En el caso de los teatros comunales urbanos,
llegar al ensayo no representaba tantas dificultades como lo
era en el caso rural. En cuanto a la dinámica de los ensayos,
esta no varió significativamente de la que realizaba el
grupo “Tunante”. El “TAT” de Alajuela
ensayaba los domingos en la mañana en el Museo Histórico-Cultural
Juan Santamaría y además de las técnicas
que ya hemos mencionado también hacían calentamientos
vocales. El grupo “Caña Brava” por su parte,
realizaba sus ensayos en una bodega de pinturas ubicada en La
Uruca, de uno de los integrantes y, al igual que los demás
grupos, lo hacia los sábados o los domingos.
En cuanto a la escenografía, utilería
y vestuarios utilizados por los grupos de teatro comunal analizados,
todos sin excepción nos han señalado que siempre
se buscó que fueran los mínimos y de bajo costo,
esto se debe a que el financiamiento de los grupos corría
por parte de los mismos integrantes, además cuando había
alguna gira a otra comunidad, el tener pocos elementos escenográficos
les permitía mayor comodidad de transporte. En el caso
del “Caña Brava”, los integrantes nos comentaban
que cuando presentaban la “Huelga” lo único
que utilizan era un tubo plástico que representaba la
barra que tienen los buses para que la gente que va de pie se
sostenga. En síntesis debemos señalar los elementos
escenografitos utilizados por los grupos de teatro comunal eran
escasos y además de bajo costo.
De las salas de teatro a la calle: El
espacio escénico, nuevos públicos
y dinámicas de representación
El desarrollo del Nuevo teatro latinoamericano,
surgió con la intención de romper con las formas
de representación escénica anteriores. Como hemos
visto, entre sus objetivos estaba el rompimiento con el teatro
costumbrista o naturalista. Además, están atravesados
por la idea de generar un acercamiento con públicos que
anteriormente no eran tomados en cuenta por los formatos tradicionales
de la representación escénica teatral. Todo lo
anterior hace que la sala de teatro tradicional empiece a perder
sentido para el nuevo teatro latinoamericano y de esta manera
comienza a imponerse la necesidad de trabajar a partir de otros
espacios escénicos más inmediatos y más
cercanos a la nueva realidad teatral. Como consecuencia se da
un tránsito de espacios cerrados a espacios abiertos o
bien de espacios cerrados a otro tipo de espacios cerrados, que
permiten una mayor familiaridad con el nuevo público.
Por otro lado, las propuestas que surgen a partir de la creación
colectiva buscan que el mismo público sea parte fundamental
de la obra y que incluso la modifique, en última instancia
la sala tradicional de teatro se convertía en una limitante
para que esto sucediera, ya que las la estructura de la sala
no permite una relación cercana con el público.
En el caso de la experiencia histórica
del fenómeno teatral costarricense durante el periodo
en análisis, debemos señalar que las salas de teatro
nunca perdieron totalmente su función como espacio tradicional
de la representación teatral. En este sentido es importante
mencionar que la Compañía Nacional de Teatro (CNT)
mantuvo un alto nivel de asistencia en los montajes de sala que
realizó durante esa época. Otro aspecto que apunta
en esta misma dirección es que a principios de la década
de 1980 que las salas de teatro comercial comienzan a tener un
público creciente. También otros grupos de teatro
independiente aprovechaban la amplia infraestructura teatral
que tenía a disposición el Estado para utilizar
estas salas de teatro.
Sin embargo, con toda la influencia de las nuevas
propuestas teatrales, se dio una marcada tendencia a retar la
funcionalidad de las salas tradicionales, sobre todo cuando la
intención era atraer o bien identificarse con públicos
no tradicionales. La misma CNT implementó y promovió dos
propuestas en este sentido: la primera fue establecer un programa
de giras por comunidades con los montajes que durante el año
realizaban. La segunda propuesta fue la del teatro al aire libre
en el Museo Nacional donde se adapto la plaza del Museo para
que se realizaran presentaciones teatrales durante el verano,
este proyecto tuvo mucho éxito. Uno de los grupos independientes
que abrió camino en esta dirección fue el “Teatro
Carpa”, que, como lo indica su nombre, utilizaba una gran
carpa de circo para andar presentándose en diferentes
comunidades.
Aunque los grupos de teatro comunal en algunas
ocasiones utilizaron salas teatro tradicional, sobre todo cuando
eran invitados a festivales de teatro comunal promovidos por
el Estado o por alguna Municipalidad, su espacio natural de representación
lo constituyen lugares atípicos que surgen ante la necesidad
de realizar las metas que estos grupos comunales se proponían.
En este sentido es importante señalar que dado el origen
de los montajes a partir de las problemáticas comunales,
el público al cual pretenden acercarse son los mismos
vecinos de la comunidad a la que pertenecen. Como es evidente,
la infraestructura teatral, salvo contadas excepciones, se concentró alrededor
del centro de la capital de San José, y las comunidades
no contaban con teatros.
Por esta razón, el ámbito de representación
característico de las agrupaciones de teatro comunal fue
el salón comunal, que para esta coyuntura existían
en muchas comunidades. Este espacio fue tan importante que en
algunos casos los salones estaban adaptados con alguna infraestructura
básica para la representación escénica como
recuerda Víctor Valdelomar:
“Inclusive yo recuerdo un salón
comunal de San Rafael Abajo de Desamparados, que lo tenía
un grupo de jóvenes, y ellos habían adaptado
el salón con ciertas luces y cosas, telones y cuestiones
para mantener una actividad teatral constante ahí.” (Entrevista
personal No. 1, 9 de octubre del 2007)
En el caso del grupo “Tunante” de
San Ramón, tanto el promotor como la ex integrante del
grupo, se refieren al salón comunal como el espacio tradicional
de representación del grupo. En el caso del grupo “TAT” de
Alajuela, el lugar donde se presentaba con mayor frecuencia era
en el auditorio del Museo Histórico-Cultural Juan Santamaría,
sin embargo Sandra Loría recuerda que uno de los montajes
en los que participó fue en las instalaciones de la antigua
estación de trenes. El objetivo de presentarse en este
lugar era intervenir en la cotidianeidad de la comunidad y, al
mismo tiempo, aprovechar el espacio al aire libre para invitar
a la comunidad a presenciar el espectáculo. En la experiencia
que recuerdan los integrantes del grupo “Caña Brava”,
está presente el salón de actos de la escuela de
la comunidad de San Juan de Dios de Desamparados, como uno de
los lugares donde más funciones dieron, esto se puede
explicar porque desde su experiencia en la representación
de las estampas típicas, en las “Veladas Escolares,” este
lugar se convirtió en un espacio imprescindible para los
grupos de teatro de tradición.
Además de los salones comunales, otros
espacios que fueron aprovechados por los grupos de teatro comunal
fueron los atrios de las iglesias, los “turnos” o
festejos patronales, las calles públicas, las instalaciones
deportivas, los parques públicos, las instalaciones de
sindicatos o de partidos políticos, las bibliotecas e
instalaciones públicas como casas de la cultura o museos.
En fin, los grupos de teatro comunal aprovecharon cualquier espacio,
que asegurara la participación del público para
el que habían sido creadas las obras y no tuvieron ningún
reparo en presentarse, tanto en teatros como en salones comunales
o en alguno de los lugares mencionados.
Así como se plantea el surgimiento de
un “Nuevo teatro latinoamericano”, se plantea también
el surgimiento de un “nuevo público latinoamericano”,
integrado por sectores subalternos que, para esta década
de 1950, están migrando del campo hacia las ciudades ante
el crecimiento económico que como tendencia general, afecta
a toda Latinoamérica. Por su parte el Estado, a través
del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU), desarrolla
varios proyectos habitacionales para estos sectores sociales.
De esta forma la ciudad se ira expandiendo hacia los barios del
sur con el propósito de albergar a esta nueva población.
Algunos de los grupos de teatro comunal que hemos analizado para
el periodo, provienen de estas barriadas del sur de la capital,
como en el caso de “Éxodo” y “Caña
Brava”. En el caso de la experiencia de San Ramón,
los vecinos que se van a constituir en publico serán en
mayoría campesinos.
Si se había creado un público
nuevo que empezaba a asistir a las presentaciones de los grupos
de teatro comunal, queremos saber que estrategias desarrollaron
las agrupaciones de teatro comunal para a traer al nuevo público
a las presentaciones que realizaban constantemente. En el caso
del grupo “Tunante” de San Ramón, las estrategias
desarrolladas por el grupo fueron la introducción de volantes
donde se anunciaba sobre los espectáculos específicos.
Este grupo también aprovecho el sistema de comunidades
que integraban los programas del Proyecto de “Promoción
de la salud pública” que desarrollaba el Ministerio
de Salud en esta región. Por eso hemos apreciado como
el grupo se movía por las comunidades del cantón
aprovechando la red de comunidades. Señala Rubén
Garro que la reacción del público ante las presentaciones
fue muy efusiva y además estuvo marcada por la diversión
que permite la reflexión, pues las obras generaron identificaciones
con la realidad que cotidianamente vivía el público.
En el caso de los grupos urbanos, el proceso
de contacto para atraer al público utilizo varias estrategias
como la repartición de volantes en la comunidad, la pega
de afiches en lugares públicos. En los casos en que la
relación con el cura de la comunidad fue buena, el final
de las misas representa un importante espacio que los grupos
de teatro no desaprovecharon, ya sea anunciando las presentaciones
con el cura o aprovechando la salida de misa para repartir volantes.
En general como sucedió, también en el caso del
grupo de San Ramón, los grupos de teatro comunal urbanos
a aprovecharon la infraestructura y las redes comunitarias de
organizaciones comunales. En el caso del grupo “TAT”,
de Alajuela el director nos señalo que las funciones siempre
tuvieron una buena asistencia, por su parte la integrante Sandra
Loría (Entrevista personal No. 6, 3 de octubre del 2006)
nos comentaba que las familias de los integrantes eran también
las encargadas de llevar publico a las presentaciones. Entre
las estrategias que ensayo este grupo, estuvo también
la de utilizar espacios no tradicionales como la antigua estación
de trenes, aquí la cercanía con la comunidad permitía
atraer nuevos públicos a través de la intervención
en la cotidianeidad.
Un elemento de suma importancia que busco incentivar
el teatro comunal dentro de las comunidades espectadoras de sus
obras, fue la participación activa de los vecinos constituidos
en público. En los grupos que trabajaron a partir de la
creación colectiva, el público se constituye en
un elemento muy importante del fenómeno teatral, incluso
cada nuevo espectáculo es un gran reto porque los grupos
siempre están anuentes a que las obras estén en
proceso de constante modificación, por parte del público.
En este tipo de representación escénica, una misma
obra puede variar mucho dependiendo de cada público. En
este sentido, la participación de actores y espectadores
en un foro de discusión fue un recurso utilizado bajo
esa misma idea de convertir al espectador en un elemento determinante
de la creación artística.
Debemos señalar que para el caso de los
grupos de teatro comunal que analizamos, no siempre esta estrategia
fue utilizada por todos los grupos. Sin embargo, en algunos casos
de agrupaciones teatrales que no realizaron esta dinámica,
se ensayaron otras que permitieron que el público opinara
acerca de lo que le parecía la obra que estaba viendo
e incluso hasta otorgándole la posibilidad de modificarla.
Como el caso que plantearemos más delante de la obra La
huelga del grupo “Caña Brava”.
En el caso del grupo “Éxodo” de
los barrios del sur, Lorena Delgado nos ha señalado que
durante su participación con este grupo de teatro, si
se implemento el foro o la discusión al final de la representación:
“Nosotros hacíamos lo que se
llama un foro al final y le preguntábamos a la gente
que ¿Qué pensaba de la obra? ¿Cómo
la veía? ¿Que había entendido que no había
entendido? Entonces era como muy dinámico porque podíamos
cambiarlo, verdad. Cambiar algo que sentíamos que la
gente no quedaba claro.” (Entrevista personal No. 5,
25 de septiembre del 2007)
En el caso de esta agrupación teatral,
que como ya anteriormente hemos señalado funciono como
laboratorio para sus integrantes y como influencia para los demás
proyectos que desarrollaron sus integrantes por separado, si
se utilizo este elemento de discusión con la comunidad.
En el caso del grupo “Tunante” de
San Ramón de Alajuela también se implemento esta
dinámica. Al consultársele a Geradina Pérez
por la existencia de este elemento respondió lo siguiente
“Si al final con la misma gente que
estaba ahí viendo la obra se les preguntaba que le había
parecido, que si en realidad usted siente que es parte de usted
mismo, la vida que usted ha llevado, las costumbres del pueblo
y todo eso, y coincidía porque la gente estaba de acuerdo
que sí.” (Entrevista personal No. 3, 20 de septiembre
del 2007)
Además de que efectivamente si utilizaron
este elemento, observamos que desde el recuerdo de Gerardina
Pérez, los espectadores si se sentían identificados
por una obra en la cual sabemos que se hacían críticas
muy fuertes a la vida del trabajador campesino.
Por otro lado encontramos grupos donde nos señalaron
que no se implemento este elemento. Sin embargo, aquí hay
que hacer en una distinción entre el grupo “TAT” de
Alajuela y el grupo “Caña Brava” de San Juan
de Dios de Desamparados. En el primero de los grupos, por la
dinámica de su trabajo que se realizo a partir de obras
de autores universales o nacionales, estos no podían modificar
las obras con la opinión o participación del público.
El caso de “Caña Brava” es
singularmente interesante porque a pesar de lo que nos señalo
uno de sus fundadores, Francisco Valverde, de que no realizaban
esta actividad, esto no impedía que en obras como “La
Huelga,” esta tuviera estructurada para que el público
participara y opinara en el transcurso de la obra. Es un fenómeno
curioso donde el espectador que había participado de la
huelga real, perdía el horizonte entre realidad y ficción
en medio de la obra, lo que permitía que los actores y
el grupo en general estuvieran atentos a recordar las acotaciones
que hacían los espectadores en medio del espectáculo,
pudiendo reconstruir ulteriormente la obra. Esto coincide con
el señalamiento que nos han hecho los integrantes del
grupo de que al principio esta obra duraba solo nueve minutos
y que después de vario tiempo transcurrido entre representaciones,
la obra termino durando una hora.
“Entonces la comunidad se veía
en el trabajo de nosotros, se veía como que era la vivencia
de ellos, al extremo de que se sentían que faltaba más,
porque en la obra llegábamos nosotros y entrevistábamos
al publico como si fuera parte de esa huelga: ‘Señores ¿como
se sienten, como se sienten en estos momentos que ha llegado
las autoridades?’, entonces los metíamos, el público
era un personaje más en la [obra] … cuando
terminaba la obra quedaba como una sensación como de
que verdad había existido … como que había
pasado una huelga. Como que la gente se sentía metida,
inmersa: como que, sí es cierto, hubo huelga aquí.
Entonces había una reacción de todo tipo de: ‘si
es una injusticia eso no puede darse’, la gente decía: ‘eso
no puede darse, hay que acabar, no puede darse esa represión,
no puede’, así era la expresión de la gente.” (Entrevista
personal No. 2, 17 de noviembre del 2007)
Como vemos esta estrategia permitió que
a pesar de que no hubiera un foro al final de la obra, el público
opinara acerca de lo visto en comparación con lo que su
experiencia personal había vivido en la huelgas y cierres
de calles por las mejoras de los servicios de autobuses.
El Ocaso
Posiblemente en el momento en que la niña
de los ojos grandes apreciaba las elucubraciones de la bailarina,
en el festival comunitario del INVU Las Cañas, la infante
estaba apreciando uno de los últimos espectáculos
comunitarios, en buena medida porque para el año de 1990
esta actividad llegó a su ocaso en muchas comunidades
del país. En el mismo artículo de Tosatti que hemos
citado, expresa lo siguiente:
“… resulta inconcebible que actividades
y esfuerzos como el que realiza el grupo Antorcha reciban tan
poco apoyo de los entes oficiales locales. La Asociación
de Desarrollo Comunal no les brinda ningún tipo de ayuda,
a pesar de que constituyen la única alternativa en el
campo cultural para los jóvenes de la comunidad.” (Tosatti,
1990: 25)
La crítica que señala Tosatti,
en el artículo realizado para Aportes, plantes
una nueva realidad que Alvarenga ha cons”TAT”ado,
y es que las Asociaciones de Desarrollo, para finales de los
ochentas perdieron su dinamismo y eran apenas un cascarón
institucional. (ver Alvarenga, 2005: 45)
Cuando les preguntamos a los promotores que
nos sirvieron como informantes sobre por qué dejaron de
funcionar estas agrupaciones teatrales comunitarias, la respuesta
casi al unísono, ha sido que el recorte presupuestario
durante las administraciones del Partido Liberación Nacional
(PLN) a finales de la década de 1980 y del Partido Unidad
Social Cristiana (PUSC) a comienzos de 1990, afectaron considerablemente
a estos programas. Y no es para menos, pues se estaba gestando
un nuevo modelo de administración neo-liberal del Estado
costarricense, que contemplaba esta serie de políticas
como gastos innecesarios y de esta forma, estimuló políticas
que aniquilaron la promoción cultural o teatral, entre
ellas la que señala Víctor Valdelomar:
“Todavía en el [19] 89 había
promotores, muy pocos, pero muchos se acogieron a la movilidad
laboral que era lo que le interesaba a la institución.”(Entrevista
personal No. 1, 9 de octubre del 2007)
Lo que señala Valdelomar es confirmado
por Lorena Delgado, también promotora cultural del MCJD:
“Muchos de nosotros, en esa época,
renunciamos, es más fue cundo empezó, […]
las primeras movilidades laborales, que uno podía optar,
entonces la primera vez y yo opte, fui de las primeras que
opte …” (Entrevista personal No. 5, 25 de septiembre
del 2007)
Como vemos, a través de la movilidad
laboral y otra serie de reformas económicas, el aparato
es”TAT”al fue descabezando a los promotores teatrales
y culturales que habían realizado un trabajo por más
de diez años. Y los grupos, a pesar de que siempre existió la
idea de que funcionaran solos, cosa que en algunos casos sucedió,
quedaron sin un promotor que estimulara la actividad teatral.
Al respecto Fumero señala que no puede existir teatro
sin público y que para que este se dé, no debe
faltar la promoción, la difusión y el apoyo es”TAT”al,
cuando el objetivo es acercarlo a las comunidades. (ver
Fumero, 2000)
Hemos señalado que las agrupaciones de
teatro comunal durante el periodo de estudio, estuvieron constituidas
por jóvenes. Este hecho planteaba diversos retos para
la permanencia y vigencia de este gran proyecto. Cuando estudiamos
las políticas de promoción cultural que desarrolló el
MCJD a partir de los promotores culturales, notamos que no se
llevó a cabo una evaluación sistemática
de la labor promocional que se desarrolló en el transcurso
de los años. Evidentemente un programa que contaba fundamentalmente
con jóvenes como su principal material de trabajo debía
reconocer que las dinámicas y cambios de este sector de
la población son muy volátiles. Esto exigía
que, por el lado de la planificación del MCJD, existiera
una política de renovación generacional que fuera
incorporando nuevos actores a los grupos que se encontraban constituidos,
para asegurar su permanencia y esto no sucedió.
Por último debemos señalar que
hubo importantes causas que también conspiraron a favor
de la desaparición de las agrupaciones de teatro comunal.
En este sentido es importante señalar que la división
del Partido Vanguardia Popular y de otras agrupaciones de izquierda
incidió directamente sobre la organización comunal
y también sobre las agrupaciones de teatro comunal. Además
las motivaciones y la efervescencia por las luchas que se estaban
llevando a cabo en otros países centroamericanos, con
que en un momento contaron estas agrupaciones, llegó a
su ocaso cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional,
perdió el poder en las elecciones de 1990. Así como
también afectó la caída de la Unión
de Repúblicas Soviéticas Socialista durante estos
mismos años. En conclusión se puede señalar
que es una serie de factores bastante heterogéneos que
se confabulan para que los grupos de teatro comunal dejen de
funcionar a final de la década de 1980 y principios de
1990.
© Mario
Salazar
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Arriba
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Barcelona España. Ed. Gedisa.
Entrevistas realizadas por el autor
Entrevista número 1 realizada a Víctor Valdelomar
en la Universidad de Costa Rica, San Pedro, 9 de octubre del
2007.
Entrevista número 2 realizada a Francisco Valverde, en
San Juan de Dios de Desamparados el 17 de noviembre del 2007.
Entrevista número 3 realizada a Gerardina Pérez
en San Ramón de Alajuela, el 20 de septiembre del 2007.
Entrevista número 4 realizada a Marco Araya en el Colegio
Universitario Nacional de Alajuela (CUNA), Alajuela, el 30 de
agosto de 2007.
Entrevista número 5 realizada a Lorena Delgado en el
Barrio la Granja, San Pedro, 25 de septiembre del 2007.
Entrevista número 6 realizada a Sandra Loría en
la Compañía Nacional de Teatro, en San Jose, el
3 de noviembre 2007.
Entrevista número 7 realizada a Ruben Garro, en la Universidad
de Costa Rica, 13 de septiembre del 2007.
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