Werner Mackenbach

 

¿Literatura light o escribir conscientemente?
Entrevista a Franz Galich
1

 

Universidad de Costa Rica / Universität Potsdam, Alemania

wmackenbach@amnet.co.cr

Notas


Franz Galich pertenece a una generación de escritores que es representativa de la literatura centroamericana de los últimos veinticinco años. Galich (*1951 en Guatemala) dejó su país natal en 1980 por razones políticas y se fue a Costa Rica. Desde 1981 vive en Nicaragua donde trabaja como profesor universitario y autor. Publicó su primer libro de cuentos 1978, todavía en Guatemala. En abril de 2000 fue galardonado con el Premio Centroamericana de Literatura “Rogelio Sinán” para su novela Managua Salsa City (¡Devórame otra vez!). Werner Mackenbach habló con Franz Galich en Ticuantepe, cerca de Managua, donde vive actualmente, acerca de su obra literaria, la literatura y el papel de los intelectuales en la región.

Werner Mackenbach: Recientemente recibió en la ciudad de Panamá el Premio Centroamericano de Literatura “Rogelio Sinán” para su segunda novela Managua Salsa City (¡Devórame otra vez!). ¿Qué significa para ud. este reconocimiento de su obra literaria a nivel centroamericano?

Franz Galich: Bueno, este reconocimiento es sumamente importante para mí, como escritor, porque de alguna manera significa el reconocimiento a una generación de escritores que nos tocó vivir etapas sumamente críticas de la historia centroamericana. Esta situación nos hizo desarrollar una especie de conciencia crítica que la volcamos en nuestra escritura, la cual, muchas veces, en la actualidad, se ha vuelto crítica del “otro” sistema. Esta crítica, muchas veces, también, funcionó en ambas direcciones, según el grupo a que se pertenecía. En otras ocasiones se sufrió una metamorfosis que permitió profundizar en el análisis de la situación histórica. Ello nos ha permitido ser más críticos, tanto de “una” situación como de la “otra”. Pero a la vez debe mencionarse que esto no hubiera sido posible sin que existiera el marco de referencia. Este ha sido proporcionado por Panamá, a través de los organismos y personas que hacen posible el Premio “Rogelio Sinán”: la Universidad Tecnológica de Panamá por medio del escritor Enrique Jaramillo Levi, principal organizador del Premio.

Ud. nació en Guatemala, pero como muchos centroamericanos tuvo que dejar su país de origen a causa de la situación política y de la guerra y se fue a Nicaragua en 1981. Su primera novela, Huracán corazón del cielo (publicada en Managua en 1995), temáticamente, se refiere a la situación en Guatemala en los años setenta y ochenta: el gran terremoto de 1976 y la guerra civil prolongada. Su segunda novela está ubicada en la Nicaragua postsandinista, de los años noventa. ¿Es ud. escritor guatemalteco, nicaragüense o centroamericano? ¿Cómo se podría definir al autor centroamericano?

Bueno, primero que nada debo aclarar que Managua Salsa City (¡Devórame otra vez!), será mi segunda novela en publicarse, pero en ser escrita realmente, es la tercera. Antes está En este mundo matraca, que es una novela que tal vez la escribí para conjurar los horrores de Huracán corazón del cielo. Ahora en relación a mi nacionalidad es algo complejo de entender como una persona puede tener dos nacionalidades; pero es muy fácil de entender desde el punto de vista formal: existe, en Centroamérica un tratado de doble nacionalidad, lo que en la práctica volvió a funcionar, para Nicaragua, solamente después de finalizada la guerra. Pero también puede resultar difícil de entender, cómo se puede hablar de una nacionalidad de un lugar que resulta ser más bien una zona. Algo así como si dijéramos que se es ciudadano europeo, pese a que en el caso de ustedes existe la Unión Europea. Lo que sucede en el caso de Centroamérica es más bien una realidad utópica que deviene desde el sueño bolivariano de una gran nación latinoamericana y que en Centroamérica la impulsó Francisco Morazán. De manera que un escritor centroamericano es aquel que en primer lugar tenga conciencia de esa realidad utópica, que vislumbre que su obra se inserta dentro del corpus de una producción que posee similares características relativas a los sueños y al futuro. No es necesario tener unificados los criterios estilísticos, ni temáticos. Una cosa será la obra y otra es el espíritu con que se escribe. Si escribimos para vincular a los pueblos centromericanos, somos centroamericanos, si escribimos bajo el prisma del nacionalismo egoista, no. Algo así como los Estados Unidos de Norteamérica o los Estados Unidos Mexicanos, donde pese a los miles de escritores y obras que escriben, de alguna manera reflejan las realidades y sueños de su gente. En pocas palabras, se trata de un acto volitivo. Si no hay conciencia, no hay centroamericanidad.

Como hemos dicho, Managua, Salsa City nos presenta una imagen de la Managua postsandinista: una capital llena de violencia, delincuencia, consumo de drogas, brutalidad sexual –sin proyecto político, sin utopía. ¿Es representativa de la literatura nicaragüense, centroamericana de los tiempos postrevolucionarios, postguerrilla? ¿Estamos ante un auge de una “literatura de cinismo” como se ha caracterizado la narrativa centroamericana reciente?

Por supuesto que pertenece a la literatura centroamericana “post”. Y yo diría que si bien es una literatura donde los personajes son cínicos, no es una literatura de cinismo, no es una literatura en la que expresemos (o por lo menos yo) el desencanto total y profundo por la falta de utopías o de perspectivas. Mi intención es más bien mostrar la llaga, la pústula, lo podrido, para de alguna manera despertar, tal vez, conciencias y tal vez, así poder reiniciar la búsqueda de las utopías. Es una forma de luchar en contra de esa corriente derrotista que nos quieren imponer los que hasta el momento se sienten los ganadores de esta constante y dialéctica lucha. Pero también es cierto que se necesita, como narrador, una buena dosis de cinismo para escribir de esa forma. No creo que se deba escribir de otra forma. Si se quiere contribuir en algo en la transformación. Tal vez no sea una novela que vaya a quedar como una “joya” de la literatura, pero, ¿para qué queremos joyas en medio del fango social? Aunque Darío diga que un diamante entre el fango siempre brilla.

¿Cómo ve –en términos más generales– las tendencias actuales en las literaturas centroamericanas?

La nueva literatura centroamericana cada día gana más terreno, tanto en su calidad como en su difusión. Tal vez no en la dimensión que a veces quisiéramos, pero debe entenderse que esto obedece más que nada a un problema de mercadeo. También debe comprenderse desde el punto de vista que, poco a poco, la prosa, cuento y novela, han ido ganando terreno en el gusto del público y que este a la vez ha ido adquiriéndo más educación y sensiblidad, la pequeña burguesía se ha extendido y por lo tanto ha crecido el poder adquisitivo de esos grupos que han pasado a enforzar las filas de la ciudad letrada de la que hablaba Ángel Rama. No debe olvidarse que todo esto ha sido posible dentro de un marco mucho más amplio, el cual, para su comprensión debe pensarse en forma dialéctica entre la guerra que asoló Centroamerica desde los años 60 (en Guatemala), hasta los 90 y el combate a estas fuerzas insurgentes. Este enfrentamiento produjo una literatura (y la sigue produciendo) muy politizada desde el punto de vista que entró al servicio de las causas populares, en contraposición de otra que apoyó al bando contrario, pero que inexplicablemente no produjo ni muchos autores ni obras de gran valor. Es pues, gracias a la guerra que Centroamérica pasa a ser centro de atención mundial. El resto lo hicieron los autores con sus obras, y en la actualidad algunas editoriales de rango internacional se han interesado en los autores del istmo. Es decir, la literatura centroamericana está empezando a agarrar vuelo, sobre todo en la prosa, lo que no invalida la calidad de la poesía y el teatro, pero ello obedece a otras situaciones de carácter económico: tanto el teatro como la poesía no tienen mercado más allá de los especialistas y diletantes. Aunque debe hacerse una salvedad, pese a la calidad que tiene, en la misma zona centroamericana es difícil encontrar las obras, pero este es un problema de mercadeo. Con el tiempo va a llegar a competir en los mercados de otras regiones hispanoparlantes, y las traducciones, porque en calidad ya lo hace desde hace un buen tiempo, aunque se conozca poco.

El escritor centroamericano, y más general el intelectual, en las tres décadas pasadas ha jugado un papel público, político. En la gran mayoría se comprometió con los proyectos políticos de liberación y hasta asumió cargos públicos a nivel de gobierno, especialmente en Nicaragua. Hace unos años parece que estamos viviendo un proceso de desilusionamiento y de retiro de la política. ¿Cómo ve el papel del escritor, del intelectual en Centroamérica, en este sentido, en la actualidad?

Los escritores y escritoras centroamericanos(as), desde la vida independiente han sido hombres y mujeres públicos(as) y políticos(as) (en esta situación las mujeres han sido menos favorecidas) debido a la carencia de verdaderos políticos. Sin embargo el concepto de escritor comprometido políticamente con las causas de las mayorías desposeídas, es un fenómeno relativamente moderno. Pero en estos tiempos de cóleras y desencantos, pareciera que los escritores están en retroceso, pero si se analiza bien la situación no es un fenómeno exclusivo de los escritores: es un fenómeno de índole estructural creado por el neoliberalismo, nombre actual con el que ha sido bautizado el capitalismo ultrasalvaje, este a la vez ha generado un ataque frontal a las humanidades. Pero toda esta situación en muchos escritores ha causado una especie de reacción en contra del no tan nuevo sistema. De manera que algunos escritores se mantienen incólumes en sus posiciones críticas, otros prefieren la comodidad de la literatura light. Es decir, el escritor debe jugar y seguirá jugando un papel beligerante desde el análisis crítico y el compromiso estético.

Ud. publicó ya dos libros de cuentos, sé que tiene varios libros de cuentos y otra novela aún no publicados. ¿Nos puede hablar de estos libros y de sus proyectos literarios?

Efectivamente, publiqué, en 1978 mi primer libro de cuentos Ficcionario inédito y en 1985, La princesa de Onix y otros relatos, pero como decía arriba, tengo la segunda novela anterior a la ganadora del Premio “Rogelio Sinán”, pero a la vez tengo escritos otros cinco libros de relatos. Aparte estoy trabajando en varios proyectos de novelas y libros de cuentos, así como de ensayos de literatura centroamericana, teatro y cultura en general. La verdad es que de estos proyectos vamos a ver cuántos se llevan a cabo; lo importante es estar activo, creando, escribiendo.

En Europa, y especialmente en Alemania, no se conoce mucho la literatura centroamericana. El interés que había en los años setenta y ochenta en la situación en Centroamérica y también para su literatura, especialmente en el caso de Nicaragua, ha disminuido significativamente con el fin de los proyectos políticos. ¿Por qué un lector alemán, europeo debería de leer la literatura centroamericana contemporánea? ¿Qué sugeriría a un editor alemán en cuanto a la publicación de autores centroamericanos en alemán?

Realmente es una pregunta complicada de responder, sin embargo haré el intento. En primer lugar el pueblo alemán ha tenido fama de un pueblo muy inteligente y culto. Esto me parece una buena razón para que lean literatura centroamericana traducida, por supuesto, para las mayorías. Pero además, el pueblo alemán, su cultura ha tenido vínculos más o menos importantes en la región, sobre todo a partir de del siglo XIX, tras una oleada de emigrantes que se establecieron en diferentes zonas de Centroamérica. De esa cuenta en la región existen colonias alemanas. También puede mencionarse el interés científico del insigne científico alemán Alexander von Humboldt. Y en relación a lo que les sugeriría a los editores alemanes en realción a la traducción y publicación de libros de autores centroamericanos, que lo hagan, porque el mercado del libro poco a poco se va extendiendo en el mundo. Ahora vendrá el tiempo de una literatura diferente, en el sentido que será una literatura más meditada, no la que se escribió bajo la urgencia de la denuncia de las atrocidades que cometían los ejércitos y grupos paramilitares de las tiranías y también, por qué no, de los excesos de las fuerzas insurgentes. Es una literatura nueva que sin llegar al exotismo en que a veces cayó cierto “boom”, sí presentará facetas totalmente inéditas, por lo menos para los europeos. Una especie de neorealismo crítico. Me parece que la literatura de Centroamérica se está empezando a nutrir de un carácter más universal porque empieza a ser la voz de una sociedad que sin haber salido del feudalismo, ni haber entrado totalmente a la modernidad, ya se ha colado en la posmodernidad, con todas sus grandezas y todas sus miserias. Creo que los editores alemanes deben poner más atención a la nueva literatura que se está produciendo acá, porque otros lo harán. Es más, ya lo están haciendo.

© Werner Mackenbach


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vuelve 1. Esta entrevista realizada en el 2000 fue publicada en alemán bajo el título «Literatura light oder bewusstes Schreiben? (Interview mit Franz Galich)» en la revista Literaturnachrichten, no. 67, octubre-diciembre de 2000, 12-14. La versión en español es publicada por primera vez.


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