Ronaldo Nibbe

 

El tiempo principia en Xibalbá – ciclos vs. espirales.
El movimiento del tiempo histórico
en la novela de Luis de Lión

 

University of California, Los Angeles

ronald.nibbe@ucla.edu

 

Obras consultadas


En el pensamiento maya Xibalbá es aquel lugar donde no existe ni el tiempo ni el espacio. Entonces, un título que insiste en que el tiempo principie allá, promete una novela repleta de conflictos, tensiones, y contradicciones. Efectivamente, esta narrativa de Luis de Lión refleja y expresa la turbulencia y movimiento dinámico del tiempo en que fue escrito, los años 60 y 70, y del lugar, la Guatemala indígena.

Dante Liano dice:

La actual narrativa breve centroamericana ... deviene, históricamente, de las profundas y actuales raíces indígenas y populares, las cuales se injertaron con las españolas mediante dialécticos procesos...Hacia 1975, la región se vio envuelta en la oleada de la música rock y algunos años antes del twist. Ello, como es sabido, significó profundas rupturas ... y de allí la liberación de ciertos tabúes que aunque no totalmente conscientes, la juventud latinoamericana en general y centroamericana en  particular, empezaron a experimentar. Paralelamente se vivió, en carne, hueso y sangre, la experiencia de las guerras de liberación. ... La literatura no fue ajena a estas revoluciones.... Dos fueron los campos que la juventud reclamó para sí: el sexo y la política. Por primera vez en la historia los jóvenes cuestionaban el orden establecido. (Liano, Prefacio)

Esta novela capta muy bien el zeitgeist, o espíritu de aquel tiempo.

 

El viento que impulsa la historia

La novela empieza con el viento:

El viento abría y cerraba las puertas, eran por gusto las trancas, las llaves, los candados; el viento rompía los cercos, despedazaba los techos de paja, se llevaba las hojas de lámina, quebraba las tejas, se metía debajo de las camas, llenaba de tierra todo, se revolcaba entre las ollas, las quebraba, mataba a las gallinas, rasaba la ropa de la gente, mordía la carne y sobaba su lengua áspera y roma hasta más allá del corazón, en el mero fondo de la vida. Acurrucada, amontonada, la gente grande escondía a los patojos...algunos mejor se dejaban caer al suelo para no ser abatidos...

La última línea repite el imagen: "Entonces, esa noche, primero fue el viento..."

¿Cómo hay que entender el significado de esta repetición? Sugiere un movimiento cíclico, el cierre del círculo, la "Gran Mandala" del sanscrito. Arturo Arias dice:

... (un) elemento típico del texto es el elemento cíclico. Todo da vueltas, todo vuelve hacia sí. El texto comienza con el viento, y termina con el viento.

Otros criticos, como Dante Liano, Mario Roberto Morales y Aida Toledo, coinciden en que  el movimiento cíclico caracteríza esta novela. Este proyecto propone una interpretación un poco distinta — la del desarrollo en espiral, en que el movimiento en círculo nunca (o pocas veces) puede completarse, por los grandes cambios y convulsiones que se están dando.

El concepto de movimiento circular coincida con la vida rural y la producción agrícola durante siglos, aislada en gran medida de otras sociedades y de la vida de las ciudades. Pero en las condiciones rápidamente cambiantes de la última mitad del Siglo XX, esta novela pareciera reflejar las tensiones, conflictos, contradicciones y cambios que vienen a caracterizar la vida de las sociedades del llamado Tercer Mundo, incluyendo a las indígenas.

El último viento de la novela, desde esta óptica, no es igual al primero, porque las condiciones del espacio geográfico y sociopolítico han cambiado. Un viento que trae lluvia después de una sequía, es diferente a uno que trae el huracán que destruye la cosecha.

El viento inicial en esta novela puede simbolizar la derrota de los mayas por los conquistadores, y el inicio de un nuevo periodo: de opresión, rapiña, pérdida de tierras, masacres. El viento con que se cierra podría marcar el fin de 500 años de subyugación, y el inicio de un nuevo periódo, un pueblo indígena nuevo, como en ciernes, que nace en el masivo movimiento social revolucionario de los años 60 y 70 en todo el mundo, en que Luis de Lión participaba de lleno como activista, revolucionario, profesor de filosofía en la Universidad de San Carlos, y cuentista y novelista.

Esta novela puede interpretarse como "re-elaboración" del mito de origen del pueblo indígena; un mito nuevo, contemporáneo, con dos momentos: el viento del inicio y el viento del fin, que a su vez da lugar a otro inicio, en un proceso dinámico y dialéctico que refleja la turbulencia del tiempo histórico en que su autor escribía.

 

"La Concha ": Prostituta, Virgen, Principio, Fin

La figura principal es Concepción, apodada "Concha". Este nombre tiene muchas facetas simbólicas. En la iglesia del pueblo está la estatua de la Virgen de Concepción, con que la mujer de carne y hueso es confundida una y otra vez, de manera irónica y humorística. El vocablo "Concha" tiene claras implicaciones sexuales — un tema que raras veces aparece en los escritores mayas antes de esta novela de Luis de Lión. Además cabe mencionar que en el sistema maya de numeración, las cifras cero y veinte son representadas por una concha de caracol. El cero es el inicio, el veinte es el fin, y a la vez con el veinte empieza una nueva serie de veinte — no la misma serie, avanza en forma de espiral.

Entonces la mujer de esta novela puede simbolizar cosas muy diversas y a la vez entretejidas: iglesia, sexo, inicio, y fin.

 

Concha, Juan, Pascual— Desarrollos en Espiral

Cuando muere su esposo, la "Concha" se dedica a la prostitución. Su familia lo permite seguir viviendo en la casa y no hay mayor problema hasta que el cura del lugar empiece a predicar en su contra. Cuando Concha se traslada a una choza fuera del límite municipal, de repente la actitud del padre cambia, hasta se convierte en cliente. Ella sigue siendo la misma persona, sigue haciendo las mismas cosas, pero su papel social ha cambiado, su identidad ha cambiado, según su situación en el espacio geográfico, al otro lado de la línea que demarca la vida "civilizada". Concha vuelve a ser aceptada por la comunidad otra vez — se cierre el círculo — pero la situación física y social es muy diferente. Es desarrollo en espiral, no cíclico. (El concepto de "desarrollo en espiral" no significa necesariamente avance o mejoro — simplemente que no se puede cerrar el círculo porque el terreno, el escenario, está en movimiento, está cambiando.)

Un día, uno de los hombres del pueblo, un cliente de la Concha, comenta que la estatua de la Virgen de Concepción en la iglesia, se parece mucho a Concepción, la prostituta. Entonces corre el rumor: "la Virgen es una puta".

La novela trata con el imagen de la mujer blanca española y la forma en que los hombres del lugar la ven (aunque la Concha indígena en realidad no se asemeja a la estatua; el narrador nos dice "era morena...tenía chiches...era de carne y hueso", y lo más probable es que la comparación existe solo en la mente torturada del hombre que lo expresa — pero una vez establecido, el rumor adquiere vida propia.)

Juan es otra personaje, se considera y es considerado ladino, porque su familia ha dejado la cultura indígena y también por razones económicas: vive en una casa más grande, su familia tiene un poco de dinero. Cuando su mamá insiste que vaya a la ciudad capital para casarse con una ladina, Juan obedece, pero resulta que todas la capitalinas se mofan de él y le dicen "indio sucio". Vuelve al pueblo, y se casa con Concha, la prostituta. Una vez más, el movimiento circular de salida y regreso, se da en forma, no cíclico sino en espiral. Se casa con una mujer que es ladina sólo en su versión de madera, en la pared de la iglesia.

Una vez instalada en la casa grande y blanca de Juan, Concha es aceptada otra vez como parte de la sociedad. Pero este regreso tampoco puede completar un círculo, porque resulta que Juan no quiere tener relaciones sexuales con ella, solo quiere que le limpie la casa y sirva de ornamento.

Tremendamente frustrada sexualmente, Concha les visita a todos los hombres del lugar, (todavía tiene las direcciones en su libreta) pero todos la rechazan porque ahora es mujer casada. Es la misma persona, pero otra vez su papel social, su identidad, ha cambiado drásticamente.

El tercer personaje principal es Pascual. Es un "niño terrible", es reclutado por el ejército, y desierta. Pasa un tiempo en la costa como cuatrero, luego participa en una revolución en otro país. Va a la cárcel varias veces. Vive un tiempo en la ciudad con una prostituta, pero no quiere darle un hijo, no quiere dar luz a un "indio." Entonces vuelve al pueblo, muy cambiado, pero a la vez el mismo Pascualito, que el pueblo reconoce y acepta.

Allí empieza su infatuación con la Concepción — pero no la de carne y hueso, sino la estatua en la iglesia. Cuando entra en la iglesia de noche y roba la estatua de la mujer blanca, española,  para violarla, se desata en el pueblo una locura tremenda. Los hombres vienen en busca de la estatua y cuando lo encuentran en la casa de Pascual, lo destruyen a machetazos porque ya no es la Virgen, es una cosa de madera, ensuciada. Luego entran en la iglesia y destruyen todo:

...tiraron a un lado reclinatorios, cortinas, santos viejos e inútiles para los milagros, vírgenes frescas por fuera pero podridas por dentro, hicieron a un lado evangelios y apocalipsis, génesis y redenciones, bautizos, hostias, cálices, custodias, miedos de la tierra, promesas de cielo, cristos yacentes, cristos todavía crucificados y cristos todavía esperando el paredón del fusilamiento con las armas que dispararían sobre sus cuerpos todavía al hombro...

Luego de destruir todo en la iglesia, los hombres de la aldea, enloquecidos, empiezan a luchar entre sí:

...formando grupos de padres contra hijos, de compadres contra compadres, de hermanos contra hermanos, de amigos contra amigos, se pusieron a pelear como bestias...

En estos pasajes se resume la larga historia de luchas intestinas del pueblo indígena a través de tantos años viviendo bajo la bota del opresor, una experiencia concentrada especialmente en la Iglesia y sus símbolos.

 

Se rompe un círculo vicioso

De repente, la voz del narrador cambia, y emerge la voz de la Concha. Se desvanece la confusión entre ella y la Virgen, ahora es claramente una mujer de carne y hueso que por primera vez toma la palaba y expresa las ideas más lúcidas y claras de toda la novela.

Concha y Juan entablan un diálogo sobre Pascual, qué tratamiento recibirá en la cárcel:

(Juan)_ ... hay justicia, hay jueces, hay un ejército que fusile.

(Concha)_ Vos pensás como si fueras juez, como si fueras ejército. Parece como si fueras del lado de ellos.

(Juan)_ Pero por lo menos lo hubieran entregado a las autoridades para que se lo llevaran al manicomio.

(Concha)_ Seguís hablando como si no fueras de aquí, como si tu cara y tu apellido no te denunciaran. Te equivocás. ¿Caso era un loco pues?

(Juan)_ ¡Pero tratar de violar a la madre de Dios! Claro que era loco.

(Concha)_ Vos no entendés. Como no bajas de tu altar, como no te relacionas con nadie, no ves lo que hay en el corazón de los hombres de este pueblo. Allí no hay amor de hijos sino deseo, purititas ganas de cogerla.

(Juan)_ ¿A la madre de Dios, a nuestra madre santísima? Persináte la boca.

(Concha)_ Es que ella no es nuestra madre. Ella es una mujer ladina cualquiera; pero puesta aquí para darnos carita, una ladina de pueblo, qué se entiende. La prueba está en que vienen de la ciudá y entran a la iglesia y la ven como si nada. Claro, no es la Virgen de su Catedral, no es siquiera una putita de sus cantinas. ..¿Sabés una cosa? Yo me he fijado en eso: en la ciudá los hombres de aquí buscan en las ladinas la cara de la Virgen, aquí buscan en la Virgen la cara de las ladinas.

Entonces Concha le dice a Juan que le va a dejar: "No te quiero; porque no te manchas las manos con mierda ... y por hueco."

Concha deja a Juan en su Casa Blanca, sin dejar  huella alguna de su existencia allí. La locura masiva que llevó a la destrucción de la estatua con que la mujer de carne y hueso ha estado asociada, rompe el círculo vicioso, y con esta ruptura emerge una persona humana, que ya no es puta, ni virgen, ni esposa; una mujer inteligente, un ser humano que se expresa con claridad y elocuencia. La Concha otra vez queda sola, pero tanto física como mentalmente su situación ha cambiado tremendamente.

Concha y Erendira— Una comparación

Aunque no fue editada hasta 1985, esta novela fue premiada en 1972, el mismo año en que García Márquez publicó La increible y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada. Valdría la pena examinar unos paralelismos que hasta ahora no han sido comentados. En ambas, la figura principal es una joven que se convierte en prostituta. Y las dos terminan con la mujer dejando un hombre y saliendo al mundo a solas. O sea, el círculo virgen/puta/esposa se rompe con la acción consciente y voluntaria de la mujer que decide responsabilizarse por su propia vida. No se sabe qué va a pasar, ni en el caso de Eréndira ni de la Concha.  Puede imaginarse que ellas hayan participado en uno que otro grupo guerrillero, o que hayan parado en una fábrica de la costura en Los Angeles. Cada mujer está libre para escribir su propio capítulo en la historia. Hay que resistir la tentación de decir que Luis de Lión esté mostrando la influencia de García Márquez; lo más probable es que ambos escritores reflejen y expresen la realidad de su tiempo histórico, el zeitgeist de los '60s y principio de los '70s en que las mujeres en todo rincón del mundo estaban rompiendo cadenas y barreras sociales, desafiando mitos y tradiciones, rompiendo círculos viciosos.

 

Algo nuevo en la literatura

Luis de Lión nos entrega una obra compleja, rica en lenguaje y símbolos, en imágenes e intertextualidades, con gran intensidad y un sentido de humor mordaz. Su obra resiste clasificación, es único en muchos aspectos. Está en conversación con Asturias, García Márquez, Rulfo, Arguedas y Vallejo, pero su obra no es exactamente lo real mágico, ni realismo socialista, ni indigenista — representa algo nuevo, una literatura que reinterpreta mitos del pasado y los combinan  con las realidades del momento actual de manera dinámica, tensa, explosiva, para formar nuevos mitos, nuevos conceptos y a fin de cuentas, nuevas realidades.

© Ronaldo Nibbe


Obras consultadas

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Arias, Arturo. "Asomos de la narrativa indígena maya," introducción a de Lión, Luis, El tiempo principia en Xibalbá. Guatemala: Artemis-Edinter, 1997.

Liano, Dante. Prefacio a Cicatrices: Un retrato del cuento Centroamericano. Ed. Werner Mackenbach. Managua: Ediciones Centroamericanos Anama, 2004.

de Lión, Luis. El tiempo principia en Xibalbá. Guatemala: Artemis-Edinter, 1997. Montenegro, Gustavo, Prensa Libre, Guatemala, 2004, sin fecha.

Morales, Mario Roberto. "Cuestión étnica y debate interétnico: ¿Qué ha pasado y qué pasa ahora en Guatemala?" en "Indigenismo hacia el fin del milenio", Mabel Moraña, ed. Pittsburgh: Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, 1998.

Rodríguez, Jesús, "Entre prostitutas y vírgenes, qué hay de nuevo?" en Tatuana, revista en línea de la Universidad de Alabama. http://bama.ua.edu/~tatuana. Número 2.

Toledo, Aida. "Entre lo indígena y lo ladino: El tiempo principia en Xibalbá y Velador de noche, soñador de día, tonalidades melodramáticas en la narrativa guatemalteca contemporánea," en Tatuana, revista en línea de la Universidad de Alabama.  http://bama.ua.edu/~tatuana. Número 2.


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