Jacinta Escudos

Franz Galich – A galope entre dos caballos

jescudos@navegante.com.sv


Franz Galich fue uno de aquellos que tuvo que abandonar su tierra, Guatemala, hace muchos años, cuando la guerra hacía que la muerte pellizcara sus talones a cada minuto. Fue a parar a Nicaragua y, como les pasó a muchos, se quedó allí, quizás ya para siempre. De hecho, Franz adoptó la nacionalidad nicaragüense hace unos años.

A diferencia de varios de los escritores que consolidamos nuestro trabajo literario en algún país de exilio, ubicando nuestras ficciones en lugares sin nombre o en el terruño abandonado, Franz ha sabido combinar las realidades de los dos países que habita. Ambas realidades son vividas, estudiadas, comprendidas y luego vertidas en novela, cuento o teatro, géneros que ha trabajado.

Esta división ha creado, a mi juicio, una manera interesante de plasmar la realidad de un centroamericano, una visión que sin duda se ha visto enriquecida por la dualidad, que vive a galope entre el presente y el pasado, el país habitado y el país recordado.

La realidad abandonada en Guatemala parece suspendida en el tiempo y/o en la memoria de Galich, siendo plasmada a partir de la situación socio-política en la que fue dejada, con el botón de “pausa” apretado, un retrato frío que se puede estudiar detalle a detalle precisamente por su inmovilidad en el recuerdo. Y la realidad vivida, la que tiene puesto el botón “play”, la que camina con el secundero en marcha acelerada, sin tiempo de asimilarse, viéndose como una imagen borrosa, como los paisajes que vemos a través de la ventanilla de un vehículo corriendo a gran velocidad en la autopista de la vida, capturada en la dinámica jaula del lenguaje local.

Todo esto logra, curiosamente, formar una obra que más allá del aparente localismo, captura la esencia de conflictos comunes a todo ser humano.

 

-Sos uno de esos escritores centroamericanos que son el vivo ejemplo del desarraigo: naciste en Guatemala pero vivís en Nicaragua desde hace mucho. ¿Impacta eso el contenido de tu obra?

Definitivamente, soy un escritor escindido que vive en dos mundos, en dos realidades. Eso posiblemente me lleva a vivir dos vidas, la de la realidad real y la de la realidad añorada. Ello, ¡claro!, ha impactado mi producción. Yo escribo en nica y en chapín. Esto quiere decir que escribo con temática nica y chapina. Managua Salsa City es totalmente nica, mientras que Huracán Corazón del Cielo es chapina.

-¿Es posible escribir sobre Guatemala desde la nostalgia de la distancia? ¿No distorsiona esto la realidad o incluso el recuerdo?

Es  posible porque el recuerdo es muy poderoso. Recordar trata de los años de la formación o deformación, según quien lo vea, años de la infancia, los que te marcan para toda la vida. Pero también te produce una distorsión muy grande. A veces ya no recuerdo si una palabra es chapina o nica, por ejemplo. Escribiendo redefino la realidad, que siendo la misma es múltiple y cambiante. Guatemala y Nicaragua son las mismas pero a la vez son muchas que se trasforman. Escribir en esas condiciones resulta un juego peligroso, te podés volver loco. Quizás ya lo estoy sin darme cuenta. O me doy cuenta pero lo disimulo tan bien que hasta escribo cuentos, novelas y teatro, que yo creo que son nicas y chapines, y hay gente que me sigue la corriente.

-Pienso que uno de los valores de tu novela “Managua Salsa City”, ganadora del Premio Centroamericano de Novela Rogelio Sinán, es el rescate del lenguaje urbano nica de cierta clase social. ¿Te costó hacer ese rescate lingüístico?

La verdad es que no me costó mucho porque como dije, uno vive dos y más realidades y la realidad más inmediata que tenemos los escritores es el lenguaje. Por lo tanto, yo vivo en el lenguaje nica y él en mí. Lo interesante es que yo me haya propuesto poner por escrito esos niveles lingüísticos propios de las mayorías urbanas nicas, cosa que no ha de ser bien vista por las élites que se creen cultas en el país. Creo que llamé la atención sobre las posibilidades estéticas del lenguaje urbano en Nicaragua, porque en otras partes ya se ha hecho. Por otro lado no lo considero un rescate pues está allí, en la calle, vivo, enérgico y saludable, con una capacidad de transformación fantástica.

-Vos, al igual que yo (que pasé varios años en Nicaragua), vivimos la gloria y la decadencia del Sandinismo. En esa gloria vimos surgir y consolidarse grandes nombres literarios. Ahora parece que hay un silencio, un vacío generacional de autores. Me refiero a jóvenes de entre 20 y 35 años que estén consolidando una obra narrativa. ¿Estás de acuerdo con esto? ¿Qué están escribiendo los jóvenes narradores nicas?

Estoy de acuerdo y en desacuerdo. Primero, porque los grandes nombres, Sergio Ramírez y Gioconda Belli, aparte de su talento, contaron con una plataforma de lanzamiento constituida por la revolución. Hubo otros que pese a haber estado en la misma plataforma no despegaron. Como Lizandro Chávez Alfaro. Su última novela, Columpio al aire, la  mejor de todas, a mi juicio, fue muy mal editada por una editorial local.

Respecto a los jóvenes, claro que hay. Que no han sobresalido, es otra cosa. Para entender esto debe tomarse en cuenta las condiciones posrevolucionarias, donde el Estado se desentendió casi totalmente de la cultura. Actualmente no hay ningún estímulo para la creación, ¡en ninguna rama! Tampoco hay una revista literaria donde puedan publicar los jóvenes y los suplementos no pueden con textos extensos, menos si no se tiene amistades. Sin embargo, han surgido algunos nombres, los que deben ser mencionados con cuidado. No por temores o rivalidades. Simplemente porque escribir cuento o novela es una tarea que requiere mucho ímpetu y fuerza de voluntad.

En este sentido sólo me voy a referir a un escritor que ha de rondar los treinta años. Escribió una novelita muy interesante: La Muerte de Acuario. La novela se mueve entre la historia y la ficción. Trata de cuando Sherlock Holmes vino a Nicaragua, persiguiendo a Jack el Destripador. Casualmente, en una cantina, Sherlock conoce al joven Rubén Darío. El trasfondo histórico es el período de la presidencia de Evaristo Carazo, un conservador, quien es tratado de manera simpática. El autor es Arquímedes González. Su profesión es periodista. Falta ver si publica otra novela de por lo menos, los mismos quilates de la mencionada.

 

FICHA BIO-BIBLIOGRÁFICA

Franz Galich nace en Guatemala en 1951.

Estudió literatura en la Universidad de San Carlos y en la Universidad Centroamericana de Nicaragua.

PUBLICACIONES

-Ficcionario inédito, cuentos, 1979.

-La Princesa de Ónix, cuentos, 1989.

-Huracán, Corazón del Cielo, novela, 1995.

-Managua, Salsa City, ¡devórame otra vez!, novela, Premio Centroamericano de Novela Rogelio Sinán, 2000.

-El ratero y otros relatos, cuentos, 2003. 

http://www.nacion.com/ancora/2004/agosto/22/ancora9.html.


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