Mario Pleitez

 

Francisco Gavidia, iniciador de la literatura en El Salvador

y máximo humanista salvadoreño

Colegio de España Padre Arrupe, El Salvador

mariopleitez3@hotmail.com

Bibliografía


Semblanza general de Francisco Gavidia

Gavidia es una realidad fluctuante, que oscila entre ideas perdurables y el derroche artístico. Es multitud de opiniones, de personalidades, de obra. Gavidia es un espíritu que se interna por todos los amplios caminos de la conciencia y el ser humano; es narración, historia, drama, teatro, filosofía, filología, música, ética. Es escritor, periodista, maestro, inventor, funcionario público y científico. Su pensamiento cruza como cometa toda realización humana. Asceta, ciudadano del mundo se enfrascó en un trabajo de toda una larga vida por conocer y entender el universo y darlo a los hombres. Es a la par hacedor de conocimientos, un ejemplar hombre de virtudes ciudadanas.

No es entonces de extrañar, que el hombre corriente, cuando se detiene ante Gavidia, lo trate de iluso e incluso de loco, porque no puede ver más allá de los problemas del quehacer cotidiano, de las angustias económicas, de las ambiciones laborales, le tiene sin cuidado el universo y toda su realización e importancia o sólo lo llena de perplejidad. Era Gavidia, como en el de los grandes hombres: héroes, santos o genios, el desasimiento de las cosas pequeñas y de común denominador. Su necesidad es gritar a la humanidad la explicación de su existencia, ser y perduración de lo que les ha tocado vivir, es el precio de la incomprensión de sus conciudadanos, ante cada hecho, cada palabra que sentencian y cada acto que realizan.

“…He dedicado toda la vida a dar clases y a estudiar. El tiempo se me ha deslizado en ese ambiente de cátedra y esto lo he de manifestar con humildad…”

No fueron para él el saber y el arte, un mero deleite especulativo y egoísta, tampoco entretenimiento y modus vivendi, necesidad de entendimiento y perfección, lo que le motivó a interiorizar el hacer y ser de la humanidad, necesidad que a ciertos miembros de la especie humana embarga por ser los llamados a señalarnos y mostrarnos ese universo que se manifiesta, para que podamos avanzar.

No se puede calificar de poeta, historiador, filólogo, cada uno de esas definiciones le queda corta. Es en el estricto sentido del término: un humanista, un hombre comprometido en modelar una cultura, la de su pueblo primeramente y de la humanidad, finalmente.

San Miguel, cabecera del departamento del mismo nombre, situada a 180 Kilómetros de la capital, San Salvador, lo vio nacer un 23 de Diciembre (según anotaciones del propio Don Francisco) existiendo duda en el año: 1863,64 o 65, eran épocas de caos, guerra y rapiña, de luchas intestinas y estados centroamericanos, en que las clases sociales y aristócratas se enfrentaban para repartirse el botín de la independencia, con injusticia, violencia y engaños.

Su padre, Francisco Gavidia, criollo, dueño de un obraje, político, soldado, hombre de letras y jurisconsulto, ha influido en  la formación del pequeño Francisco Antonio, uno de sus cuatro hijos.

Su madre; Eloísa Guandique, natural de Usulután, emparentada con Gregorio Melara, prócer de la independencia, seguramente de no poca educación fue la artífice emocional que forjo la sensibilidad de su pequeño, como lo demuestra el siguiente fragmento:

“…Yo quiero el mar, no la ola,

quiero el cielo, nubes no,

para ella yo, solo yo,

y para mí, ella, ella sola…” (Versos, 1886)

El silencio de Gavidia, al igual que el de sus biógrafos y estudiosos, en torno a su niñez y adolescencia es parte de su intimidad infantil, nunca ha sido violada y está por estudiarse, lo único que se conoce en la actualidad sobre Gavidia, son sus propias evocaciones a una edad madura y pequeños rasgos de su convivencia con su abuelo en la hacienda de cacahuatique, que él mismo relata en uno de sus cuentos del libro narraciones.

A los seis años, parece ser que empezó a estudiar en alguna escuela de San Miguel.

“los alumnos estudiábamos a la sombra de los árboles, y los pupitres eran troncos de árboles… Cuando terminaba la clase, los pupitres se convertían en selvas, montañas o cuarteles”- contó en alguna oportunidad.

También aseveraba de esos años que su: … “ingenua y candorosa niñez fue formada por una madre piadosa…en su concepto…la base de sus mejores actuaciones, se refiere a lo pragmático y, también en mucha parte de su trabajo intelectual”

Pronto aquel niño de seis años, pierde a su madre y es trasladado a una finca con sus hermanos.

Mi padre- comentaría años más tarde Gavidia: “nos llevó a mis hermanos y a mí a esta propiedad y los dos o tres años de permanencia allí, no recuerdo el tiempo, fueron una prolongación por el duelo de mi madre”

Sus recuerdos de aquel lugar, aparecen evocados en un cuento que escribiría más tarde.

“Es Cacaotique… un pueblo encaramado en las montañas de El Salvador, fronterizas a Honduras… recuerdo que eran dos manzanas de rosales y otras dos de limonares y un cafetal…una casa…un vasto patio…todo construido en la pendiente de una colina arriba, de modo que se dominaban allí las planicies, los valles, el cafetal cubierto por azahares… en aquel pueblo, se ve palpablemente la transición del aduar indígena cristiano. Los techos pajizos se mezclan con los tejados árabes…los cazadores usan la escopeta y la flecha… el vocabulario, es una mezcla pintoresca de castellano y lenca, y la teogonía, mezcla el catolicismo y el panteísmo pavoroso de las tribus, recuerdo el terror infantil con que pasaba viendo al interior de una casucha donde vivía una mujer, de quien se aseguraba por las noches se hacía cerdo”.

En dicha finca indudablemente no solamente conoció y lo estremeció la naturaleza, sino que empezó a oír y degustar lo popular narrativo de los campesinos y el misterioso mundo de sus consejas y leyendas.

Lo que pasó con la vida de la familia Gavidia, después de su estancia en Cacaoatique se ignora, a no ser que su padre volviera a casarse.

Cómo fue la educación de Don Francisco, exactamente no se sabe; él narrará más adelante, que por ese tiempo leía pero no se le encuentra en aula alguna, sino ya adolescente, siguiendo estudios de secundaria concluyendo su bachillerato probablemente.

Sus primeros versos los escribió alrededor de 1876, lindando los quince años, época en que también entró en contacto con la vida y la obra de Víctor Hugo y a partir de entonces lo leerá siempre con afán.

Sin conocerse el motivo, quizá para poder iniciar estudios de abogacía, parte en 1879 a San Salvador y de importancia vital en su formación es, en esa época, la profundización que hace del francés, base para sus ulteriores reformas métricas en su obra.

Poco tiempo duró su paso por las aulas universitarias, la carrera de abogado no le llena.

“Jamás hubiera litigado…preferí formarme solo y lejos de las academias”- confesó años más tarde.  Eso, en parte le fue proporcionando una formación solitaria, de búsqueda, de interpretación, sería más amplia sin circunscribirse a una rama del conocimiento en particular que desde entonces le asustaría.”

Su decisión de abandonar los estudios académicos, coincide con los rumores que llegan a su padre y éste le pide que regrese junto a él.

Su estancia de nuevo en San Miguel, la emplea Gavidia para componer versos y escribir sus primeras prosas; las primeras llamas de lo que serán sus ideas, su agarre al símbolo como expresión de la realidad. En 1882, lo tenemos de regreso a San Salvador, ya maduro para plantear su estética y creatividad del mundo.

La oportunidad para darse a conocer como poeta le llega pronto, oportunidad que no desaprovecha: la muerte de Antonio Guevara Valdez, gran poeta y amigo, su ilustre antecesor en el podio de la poesía salvadoreña, le permite subir a la palestra con voz segura, recita unos famosos tercetos en que medita con profundidad sobre el misterio de la muerte. Es entonces que la creatividad empieza a liberarse e inicia su misión poética que no será sólo la de escribir, sino además la de investigar: “Tenía en mi cabeza mi pequeño mundo desconocido”- según su propio decir.

Desde esa temprana época de su vida (alrededor de los dieciocho años), vemos un Gavidia en lucha constante entre dos dictaduras: la política y la literaria, empecinado en forjar las bases de la nacionalidad salvadoreña.

“Esta ciudad ha vivido más para sufrir que para pensar en la propia gloria y en sus propios hechos. Guerras innumerables la han probado sólo en el cumplimiento de su deber y su destino…y en medio de tanto dolor, de la naturaleza móvil de su suelo, no ha podido ver dónde cayeron las más preclaras figuras de su historia extranjera, hasta ahora, nuestros más grandes ciudadanos sólo hallaron la fosa del soldado desconocido”

- dirá respecto de lo que sucede en su patria.

“Para los grandes descubrimientos, no basta la evidencia, no basta el sentido común; se necesita un sexto sentido que corre escondida en el seno de la armonía artística.- no es otra cosa que sensibilidad. Quién lo conozca, descubrirá la facultad que parece la más vecina a la animalidad, es la fuente de las intuiciones, de las verdades ocultas, de las revelaciones de que el  estudio de las literaturas, no tiene por objeto formar escritores o novelistas; menos poetas; porque a unos y otros la naturaleza les da privilegios…Hay que saber que todo el curso de ciencias no deja en la inteligencia tanto poder lógico como el conocimiento de un buen poema”

- escribirá y enseñará a sus compatriotas.

A partir de su retorno y triunfo a San Salvador como poeta, su hacer diario es monumental. En los siguientes tres años que ocupa en una casa de huéspedes, se transforma en una escuela literaria, en donde la poesía deja de ser un pasatiempo, una distracción para adquirir un destino, un fin, un cause en esa eterna búsqueda de enseñanza a los pueblos y de común entre los hombres. El joven Gavidia sin querer, quiere ser el Homero, el Dante, el Goethe de su pueblo. El joven Gavidia, con esmero, se esfuerza para crear una obra de genuina poesía, para levantar el teatro nacional, para descubrir nuevos metros, versificaciones, para analizar las filosofías de todo el mundo y comprender todas las escuelas, para ponerse en franca conversación con las artes y las ciencias y con todas las culturas. Al cabo de cinco años, aquel joven se convierte en el maestro de las letras salvadoreñas. Está ya en capacidad de darle al mundo, el mundo que vislumbra, que palpa y siente.

Al grupo de poetas y literatos comandado por Gavidia en ese entonces, aglutinados en la llamada “Escuela de San Salvador”, dentro de los cuales estaba su futuro sueño, habría que agregarse otro de igual genialidad que él: Rubén Darío, con quién compartió sus descubrimientos filológicos, históricos, sus luchas, pobreza y sueños. Darío será el que se aproveche con mayor éxito de sus descubrimientos, para deleite del maestro.

Desde sus orígenes, la poesía de Gavidia maneja grandes temas: libertad, justicia, amor, belleza, responsabilidad que junto a otros motivos y valores humanos y sociales, nos ofrece una gama de conocimientos y pensamientos, jamás analizados a profundidad por los estudiosos de sus obras: motivos históricos, estéticos, políticos cargados de ideas científicas, filosóficas y psicológicas, forman su obra, en espera de ser descifrados y estudiados.

La poesía de Gavidia, temprano cae en manos de la crítica despiadada. Su obra es motivo de amplias discusiones favorables y desfavorables, en el solar patrio y en el extranjero. Algunos lo tildarán de clásica, otros de romántica, unos de filosófica otros de humanística, tantos otros de in entendible. Gavidia es de aquellos hombres en que la forma de su obra es tan debatida, que en ese afán de equilibrio en la  forma, en el contenido del fondo, se perdieron, como suelen hacerlo, la mayoría de críticos, entre los árboles no se ve la belleza del bosque. No se logra apreciar al mismo tiempo los contenidos y los mensajes, que es una nueva belleza de entender e ir por el mundo.

Lo cierto es que desde sus inicios, sus poemas destilan la introversión y la extroversión de visiones y sueños, de esperanzas que por las tardes y por las noches él visiona de un terruño, de sus hombres y sus trabajos.

Gavidia es el pionero por estas tierras americanas, del movimiento modernista, a veces romántico a veces clásico, en su obra, la visión de un individuo ciudadano no de un terruño, sino más bien del mundo. En él es una necesidad, como a todas las naciones, toda una historia, un vivir y un ser de Centroamérica, pero también escribe y habla con su pueblo, su identidad que le merezca orgullo y respeto y que le provea de un hoy cargado de esperanza y fe.

Desde sus inicios, su poderosa mentalidad se apoya en el virus filosófico, científico y estético que ataca su razón, para entender la esencialidad humana, para ayudarle en su búsqueda de universalidad del arte y el pensamiento, que se riega a lo largo de sus poemas, de sus ensayos, en las tribunas, en los periódicos, en las aulas, mostrando una visión personal en tal concepción y por lo tanto, difícil de asimilar y digerir por los intelectuales de su época.  Es protagonista, testigo o simplemente informante del acontecer humano, pero a la vez su intérprete y en muchas oportunidades su guía.

En todas las formas que usa Gavidia para expresarse, va quedando estela de su mágico proceder meditativo y quedando fundido ciencia, poesía y filosofía en una trágica búsqueda que le corroe, para modelar y dirigir una cultura que es la propia y la del salvadoreño. Su fraseo racional, no pierde la posibilidad de la expresión bella y sencilla por la que desea profundizar en el mundo y sus manifestaciones, para aquel que se sitúa entre los contrarios de un materialismo-espiritualismo, a sabiendas que ni uno ni otro resultan aceptables ni explicativos. Transformará en esa lucha, cualquier expresión y sentir, en reflexión que expresa musical y cadenciosamente en su verso profundo y suave y con visión enérgica y concreta.

“Pueblo: el genio es el hombre; en este viaje

que hace la humanidad a la infinita

región del alma…”

Clamará a su pueblo, desde lo profundo de su alma.

Gavidia empleó diferentes combinaciones para expresar esa gran aventura por la infinita región de su alma que le confirió toda su vida. El hombre y el poeta, nos mostrarán su mundo, nos llevarán hacia él y para eso hará uso de todos los recursos que el arte ha puesto a su disposición. El sentimiento, la acción, la esperanza y la fe, serán expuestos en su lírica y épica, en el drama, en sus narraciones y ensayos. La pasión y el sentimiento, se fundirán a la razón, en su creación.

“Francisco tiene ardor, Francisco es águila,

es rudo, es apacible, es vigoroso

y suave, arrulla y trina como un pájaro,

y clama con la voz de las tormentas”

Escribirá Darío de Gavidia, ambos jóvenes, inquietos, de la misma generación; pero desde su inicio, la obra de cada uno es diferente en su creación, en su concepción, en su expresión e intención.

“Rubén Darío posee armonía. Todo él es intuición respecto del verso. Hay en él principio germinador  de la musicalidad”

Diría Gavidia de Darío en una de sus cartas que solían enviarse mutuamente.

Le está prohibido deliberar; pero tiene un formidable poder asimilativo. Tan feliz en su ingenio que más pronto, encontrará originalidad sin buscar el camino que buscándolo.

De esa manera se expresaba en 1889 Gavidia sobre el joven Darío. Uno ataca más el alma, el otro los sentidos. Entre ellos no hay ni habrá más ni menos. Son complemento: profetas, guías y los rapsodas por excelencia, en una región que nace incipiente a la democracia, necesitaba de guías y senderos, de esperanzas.

Gavidia es un solitario, pero no un ausente del rugir de la vida: su obra múltiple, nos dice que es un obseso por el miedo de los hombres y de la vida. Así ha logrado ser desde temprana edad, maestro de los hombres y de la vida, sin sacrifico de su alma a una urgencia material. Idealista incorregible, hay siempre algo de infantil en sus maneras: ingenuo por ignorar mentir; sencillo y espontáneo, no puede concebirse un hombre menos práctico e interesado que él.

El color cetrino de la piel, la insinuación aplastada de la nariz, tamaño mediano y empacado del cuerpo, la imposibilidad que se le caiga el pelo o se le torne blanco, declaraba su amigo Rodolfo Mayorga Rivas, nos hace pensar en su figura, de la raza hispánica naciente.

En la actualidad, vive retirado del mundanal ruido, en su cuartito de trabajo. Al visitarlo, se recibe la impresión de estar ante un sol en ocaso. Las frases como la melena, son desordenadas, casi incoherentes. A veces, con las dos manos barre de su frente el abundoso cabello que al hablar le cubre parte de la frente.

Hombre fuerte, altivo, gestoso, de maneras rectas y sencillas; sus modales amables y generosos, su arreglo extremo en relación con su profunda espiritualidad y alto pensamiento: Despreocupación y sobriedad. Su voz tiene altos y bajos, como un murmullo, a veces altisonante. Su elocución cortada y llena de diapasones rápidos. Unas veces suave y otras llena el estruendo de sus palabras- Era la impresión que en Eduardo Álvarez, dejaba Gavidia.

Gavidia es un cerebro de múltiples facetas. En cualquiera de sus estudios, en cualquiera de sus libros, encontramos al historiador magnífico, al filósofo eminente, al literato y escritor singular, al jurista consumado, al estilista diamantino, su pensamiento se guía por sus propias normas, prosa o verso, son como tallados en mármoles griegos, aseveraba Eduardo Álvarez.

Ya en sus últimos años Alfredo Cardona Peña dirá de él: Gavidia ya no escribe sino conversa a su manera. Resulta que cuando vayáis a tener con él una plática determinada…Mientras habla, él no oye ni atiende nada.

Su cuarto es pintoresco- comentaría la prensa de él en sus últimos años, al igual que sus compañeros, se advierte objetos en aparente desorden, vemos cuadros al óleo, fotografías, lienzos, etc. El escritorio es un laberinto, liras de grandes autores, montones de periódicos, grandes tomos de recortes, bronces griegos, platos árabes, piedras y una vieja vitrola, un piano, un como decorado teatral a donde os pone a recitar para estudiar acústica y acción frases con alegorías, un papel en donde ha ido construyendo el sentido simbólico de los mayas y pipiles, tantas cosas se acumulan de igual manera en aquel cuarto y en su corazón. El interés por lo humano en él siempre fue inmenso y grande.

Hay un mundo por explorar en la naturaleza del hombre y hay otro mundo por explorar en la naturaleza exterior, Gavidia incursionó en ambos.

A medida que el hombre es más grande, el mundo también se agranda: este fenómeno constituye el progreso y el mas grande interés de la historia- enseñaba Gavidia a sus discípulos, tratando de resumir lo que le inquietaba, lo que le permitía ser y vivir: capturar ese gran mundo.

Se preguntaba: ¿hay relación entre las leyes conocidas de la inteligencia humana y las conocidas y desconocidas del mundo externo? Esa gran inquietud que sentía y llevó durante toda su vida y plasmó en todos sus escritos. El maestro resolvía la incógnita, incrédulo de que las leyes desconocidas ejercen su influjo en el hombre y a veces lo esclavizan. Esto explica las condenas de la naturaleza humana: esto explica el mal- solía afirmar y caía inmerso en tratar de descubrir, comprender y aprender las leyes de la naturaleza humana que lo asediaban a él y a su pueblo, que trataba de doblegar en sus versos una y otra vez sin aflojar.

“mar eterno, ¡por fin te miro, te oigo, te tengo!

Antes de verte hoy te había adivinado;

Hoy en torno mío tu cerco por fin desenvuelves,

¡cerco fatal, maravilla en que centro siempre yo hago!”

Se ha de repetir una y otra vez Gavidia, en las noches de su profundo meditar.

Su vida estuvo acompañada de un halo trágico, desde la pérdida de su madre y la muerte trágica de su hermano mayor José Antonio a quien se le disparó accidentalmente el arma que limpiaba y que reflejara en su primer libro de edición única llamado “Versos” en 1884, cuando dice:

“yo no quiero quedarme con esta alma,

huérfana, triste, sola,

buscando a los ojos que me aman y se ausentan

para siempre, en la sombra”

Se lamentará solitariamente por mucho tiempo hasta que finalmente, se curará al agitar en él la presencia de la adolescente Isabel, ella borrará en aquel decepcionado corazón, la amargura y el dolor de la soledad, de la desdicha que constantemente le hacía exclamar:

“Busca, Ángel mío, un alentado pecho

que ame cual tú; que yo a los diez y ocho años

ya tengo el mío de dolor desecho”

El amor de Gavidia por su Isabel, esta cantado en su libro de los Azahares, en los doce hijos que con ella procreó y en cuya descendencia le fue permitido traerle paz y felicidad a su corazón.

Isabel, vivirá por más de sesenta y cinco años a su lado, compartirá dolores y agonías, alegrías y esperanzas. Pero agobiado de trabajo, emprende viaje a París, en donde se encuentra con su amigo Darío y este relata que nuestro escritor, impresionado por la noticia del ajusticiamiento de un inocente, mientras transitaba por un puente del río Sena y dada  su consternación por aquel incidente, su singular sentido de humanismo, oyó que las aguas del río, los árboles de la orilla, las piedras de los puentes y todo a su alrededor gritaba ¡es necesario que alguien se sacrifique para lavar esa injusticia!, acto seguido, se arrojó al río, y pudo haber muerto por las frías aguas, a no ser por la presencia de un obrero, que le salvó la vida.

A su regreso de París, desposa a Isabel. Su hogar en los siguientes años, sufre de penurias espirituales y materiales, nueve de sus hijos y en muchas oportunidades el hambre hace presa de su hogar. A eso hay que añadir que apenas unos años de casado, por casi cinco años parte al destierro a Costa Rica y Guatemala, por defender sus principios con la dictadura.

Políticamente, Gavidia tenía la plena convicción de que todo ciudadano debía participar en la cosa pública y de esa manera, arma con su pluma en los periódicos centroamericanos, a combatir contra la tiranía y la anarquía que impera en los incipientes estados, aboga por gobiernos democráticos, parlamentarios y descentralizados. Descarga su batería sobre los regímenes dictatoriales y sobre los conservadores centralistas, funda los clubs patrióticos y con sus escritos, se convierte en uno de los primeros ideólogos del movimiento unionista centroamericano.

Gavidia nunca deja de ser un maestro, igual se le ve en las aulas de la escuela primaria, en las de la secundaria y universitarias. En esa tarea se embarca con dedicación, entusiasmo y profundidad.

“La educación que no tiende a las dos finalidades: de la ciencia y del arte, hiere, o el raciocinio o la imaginación, o la prácticas o la sensibilidad, la cabeza o el corazón”- Promovía Gavidia entre los educadores.

Al regreso del exilio y luego de estudiar los sistemas californianos de educación, pasa a dirigir el Ministerio de Instrucción Pública, en donde realiza gran labor de cambios administrativos y nueva reglamentación en todos los niveles educativos, crea nuevos programas y carreras, pese a la amenaza constante de los tradicionalistas y una huelga universitaria, pero un golpe militar paraliza sus esfuerzos. No obstante que el nuevo gobierno no quiere precisar de sus servicios, él rehúsa continuar al mando de esa reforma, por cuestión de principios. Para entonces Gavidia no llega a los cuarenta, habiendo conquistado la madurez de su pensamiento y el corazón de sus conciudadanos, como ciudadano ejemplar.

El pensamiento de Gavidia tiene la virtud de vivir y formarse en un mundo complejo y armónico entre ciencias, letras y enseñanza. Su laboratorio es el ama humana. De ahí que una semblanza de su acto intelectual requiere para entenderlo y analizarlo de una clasificación inusual.

Inicialmente Gavidia parte, como el mismo lo escribió, de un hecho ideológico. Concibe y compara el alma humana con una esfera constituida por dos hemisferios, contrapeso el uno del otro y que deben equilibrarse. Uno de ellos es la sensibilidad del corazón, la facultad de percibir lo bello, de hacer lo bueno, de entusiasmarse con lo grande. Sin el desarrollo de esas virtudes de la sociedad- afirma: “Con él se ama a Dios y al prójimo, sin pretender comprenderlos, pero si aprehenderlos; en él se forja el héroe, el patriota, el músico, el poeta. Y la sensibilidad solo se educa, educando la imaginación”- sostiene que- es por medio de ello que se expresa ese hemisferio y se percibe el mundo exterior.

El otro hemisferio que reconoce es el raciocinio: “con este contamos, medimos, clasificamos y nos internamos en el interior, por medio de este manejamos nuestros actos de manera que se ajusten a la “cierta realidad” que vemos y descubrimos leyes.

“Arte y ciencia deben conjugarse en nuestra vida, como dos mitades reconciliables”

- termina diciendo.

A partir de esa hipótesis, desarrolla sus ideas filosóficas, pedagógicas y estéticas: “la poesía es el alma, la cabeza, la experiencia. La una concibe, la otra ejecuta. Esta da el dato, aquella aprovecha. El hombre por la poesía encuentra entendimiento, por el entendimiento puede adquirir la ciencia, adquiere los medios de llenar los fines de la vida material, la historia, la poesía es el alma de los pueblos, la ciencia los medios de ejecución”- escribe y enseña.

Pero no sólo una hipótesis inquieta y preocupa a Gavidia, también la forma de expresarse, de transmitir su pensamiento, esa necesidad, desde temprana edad se lanza a estructurar los medios de comunicar sus ideas. Sus descubrimientos son imprescindibles y de esa forma los estudios profundos de esa ciencia severa, le llevan a trabajar el hexámetro y perfeccionarlo y al descubrimiento del alejandrino como necesidades de su expresión poética en castellano.

Gavidia por años de años, se encierra en su ciudad, en su estudio, en la biblioteca nacional tratando de vislumbrar un nuevo mundo; la aldea mundial, diríamos en la actualidad y como presente, le dona un idioma.

“Siempre que hubo unidad en la civilización, el idioma ha sido también único, si no se toman en cuenta, las diferencias, no se remonta”- dirá cuando presente su monumento idiomático a los académicos en ciencias, letras y artes de la academia salvadoreña.

El trabajo abre indicando los principios que deben dominar un idioma común a la civilización moderna: “un idioma universal sólo debe servir a los intereses universales”, que sea de fácil adquisición, que halague no solo a la inteligencia, sino al sentimiento también. Respondiendo a esas bases, Gavidia no sólo desarrolla ensayos de formación de un nuevo idioma, sino que crea su vasto material idiomático e incluso llega a escribir poesía utilizándolo. Es la tarea titánica de un hombre que entendió y comprendió diferentes idiomas y sentía la necesidad de universalizar la belleza, la ciencia y las tareas humanas a través del lenguaje.

Estos trabajos filológicos, permiten a Gavidia a su vez descubrir una sencilla forma de aprendizaje en la lectura significativa con un cauce científico, que no es simplemente enseñar a leer bien y con profundidad. Su método lo prueba con gran éxito, en la labor docente que desarrolla en escuelas, institutos, en la universidad y finalmente publica por diferentes partes del mundo esa metodología, adelantándose en muchos años a los educadores que pregonan en la actualidad sobre métodos de enseñanza de la lectura.

Dentro del repertorio inconcluso o inédito en este campo, queda su diccionario pipil-castellano, su investigación para alfabetizar y sus escritos para descifrar códices mayas y escritura de glifos.

No se olvida Gavidia de inculcar una educación cívica en sus conciudadanos, baste un ejemplo de ello y en el cual incursiona otra vez, en su larga vida.

Los próceres- empezaba enseñando- “no creían que las funciones del ciudadano comienzan en el momento de ejercer el sufragio. Creían que esas funciones comienzan antes del acto del voto”.

Por consiguiente- razonaba Gavidia: “la opinión se forma por estudio y el sufragio es una forma de opinión”.

Y volviendo a sus queridos próceres concluía que el asunto público es “preparar la opinión” pues ésta es la manifestación mas grande en asuntos del Estado. El ciudadano elector se concebía por Gavidia, al igual que en los próceres, en un funcionario. A este trabajo de preparar la opinión, dedicará Gavidia largos y arduos años. Abrirá juicio a través de las tribunas públicas e idearios sobre los intereses nacionales. Los analizará, pesará por y contras, obligará al debate y externará conclusiones y recomendaciones al respecto.

Todos los periódicos centroamericanos de finales de siglo y principios del veinte, están llenos de escritos políticos y democráticos de Gavidia. De cosas y situaciones que tienen que ver con el bien público. Todo ese trabajo que debería llevar al voto, era par él tan importante como el voto mismo. Todo ese trabajo, debería estar no al margen sino dentro de la ley. De esa manera, nos legó en un gran número de artículos, sus ideas y ejemplos sobre Estado y parlamentarismo. No decimos que fue el único, pero si de los primeros en crear toda una ideología al respecto, preocupado por el Estado y el voto derivado de esas situaciones que reinaba en toda la región.

El periodismo de Gavidia, no sólo fue político y combativo, se caracteriza por ser prácticamente una función docente en todos los temas imaginables e intenciones. Buena parte de su tiempo lo dedicaba a esa tarea: redactar para diarios, semanarios, de muchos de los cuales, fue fundador y director, en dictar conferencias y cursos.

“Desde el diario…los escritos llegan a aquellas personas cuyo talento, no está numerado, lacrado, sellado y con el visto bueno oficial de una Academia o una facultad, que limitan la circulación…el diario como la luz, va todos los puntos de la rosa de los vientos”

dirá refiriéndose al papel de la prensa.

Otra forma de expresión que desarrolla Gavidia con gran entusiasmo, aunque no con tanta calidad según opinión de los entendidos de la época es el teatro. En su producción en este campo, se conjugan la primacía temporal, la temática y la estética y no sólo es pionero del teatro salvadoreño en general, sino de sus diversos géneros: tragedia, drama y comedia sin dejar al margen el melodrama basado en sus estudios profundos de arquetipos mundiales para realizar sus creaciones.

Ve en el drama, una fuente de educación colectiva. Su arsenal de motivos y temas, será principalmente el pasado histórico salvadoreño y centroamericano deducido de los conflictos de dos razas que chocaron y de la amalgama de problemas que surgen de ello. La historia indígena colonial y prehispánica, y el tema de la emancipación americana son la materia prima del teatro de Gavidia, desparramado en cinco obras. La primacía de estas obras, es eterna discusión entre sus críticos. Dos forman el ciclo temático indígena, las otras dos son de carácter histórico-social, de lucha entre clases, con análisis psicológico interesante. Las otras obras teatrales, fundidas en una solo, centran la acción en un presente y sus recursos cambian notablemente de las anteriores. Es obra de protesta contra la iniquidad del manejo de la cosa pública.

Separar en Gavidia el teatro de la épica narrativa, resulta difícil para un lector no versado como sus críticos. Mucha de su producción teatral (“los aeronautas” y “Tomás Clearte”), es una combinación del drama con la poesía.

A la par de su teatro, de su poesía de su obra periodística, Gavidia desarrolla su  inquietud y necesidad histórica. Sus escritos históricos, son obra innovadora, no solo por la forma en que entiende y presenta la historia, sino por el sentido de tratar en un tiempo y lugar el hecho, el acontecimiento histórico y ligarlo a todo un acontecer universal sin manejar en forma exacta y con miras a descubrir un devenir, un futuro (un poco de ello se ve realizado en las profecías de los aeronautas). Ni en aquella época, ni en la de ahora, eso resulta aceptable para el historiador, pero debe partirse que quien escribe historia, desde el punto de vista histórico-cientificista, ni tampoco su intención es hacer crónica de ello.

El tema central de la labor histórica Gavidiana, es la búsqueda, la creación de una idea que debe explicar como identidad de lo que se llama El Salvador y para ello describe orígenes, da razones de su identidad como nación y analiza su idea para comprender su papel en la historia y ligarlo al de toda la humanidad. Los personajes históricos Gavidianos, están revestidos de un todo auténtico y circunstancial, como providencial. El Gavidia historiador, está tratando de hacer una interpretación, una identidad; más que de describir un acontecer. La historia que él conoce, que enseña, es el estudio incompleto e imperfecto, para penetrar en el alma del hombre e insatisfactoria también para encontrar un cause, esa es la máxima preocupación Gavidiana.

Por tanto Gavidia no se queda adscrito a ninguna disciplina. Gavidia utiliza todos los recursos humanos (ciencia, arte) y la experiencia de su vida, para concebir el conocimiento como un medio para generar una conciencia nacional, lo que cuenta para construir una identidad.

No le interesa ni la definición y descripción de un hecho como tal, ni su juicio jurídico, le interesa lo universal, su sentido profundo y temporal ligado a un todo que tiene un destino y una orientación: ese todo no es sólo lo que acontece, sino lo profético, y teológico que hay a su alrededor y que servirá al hombre, para seguir adelante. De tal forma que el sentido del conocimiento, le dará una plataforma construida por el mundo de las ideas, eso parece ser el tema central de su trabajo en su obra. Las ciencias no le interesan de esa forma por su exactitud, sino por su cualidad. Esos nuevos conceptos son los que vuelven tan difícil la comprensión de Gavidia.

Entonces, la especificidad del suceso, la trata de explicar en una generalidad, en una finalidad y destino, en una identidad que su interpretación histórica resulta produciendo una mezcla de lo real (demostrable) con lo mitológico (ideal). De allí su crítica a su trabajo histórico, fundamentada en un realismo puro sea valedera para los académicos de la historia sea probablemente insuficiente para el filósofo o el humanista. Como creador que es un artista, lo valioso resulta el ver la plataforma en que éste sustenta su creación, plataforma que debe ser descubierta, si se quiere penetrar en el conocimiento del autor, disfrutar la belleza de la obra y penetrar en el alma de su creador. Esa era la intención de la obra Gavidiana, pero con el alma de sus conciudadanos presentes y pasados, a través de ideas para formar una identidad. El estudio del mundo de Gavidia, espera ser develado.

Para Gavidia, ni la ciencia ni el arte son meras realidades experimentales, son un algo más, dicho por él constantemente algo más, ninguno ha tratado de trabajar y explicar, oculto está eso entre el simbolismo de su poesía, de sus enseñanzas, de su visión filosófica y literaria, esperando al aprendiz, que logre descifrar a su maestro brujo. El que lo haga, sin duda alcanzará a atisbar algo de esa filosofía latinoamericana por la que él tanto abogó, presintiéndola y quién sabe si al final, entendiéndola, pero limitado para exponerla con claridad. “todo artista, supone un filósofo”- aseveró en alguna ocasión- “es el sueño del artista, de su obra, sen encuentra el mundo verdadero por el que abogó, lleno de ese espíritu renacentista.

“Las ideas son más grandes que los hombres y vosotros los guerreros y nosotros los escritores, no somos sino aquello que arrastra el huracán de la libertad; brazos, voces, ecos de las ideas, simples instrumentos que las ideas mueven con alguna oportunidad”- una vez más- dirá el nieto de Gavidia, el Dr. Mata Gavidia_ la filosofía Gavidiana es la  conjunción de verdad y sentimiento.

La narrativa, otra modalidad de expresión Gavidiana, aparece compilada en un solo libro editado muy tarde y constituye alguna base, el punto de partida del relato corto en la literatura salvadoreña. Llenos están esos relatos de hechos autóctonos, haciéndonos ver la vaguedad de los unilateralismos racistas y sus consecuencias.

La narrativa Gavidiana, al igual que su poesía, utiliza con bastante anterioridad a los demás escritores centroamericanos, el asunto indígena, con la insistencia del historiador y la pasión del artista – dirá un estudiosos de su obra, dándole un lugar importancia central en su obra, a las culturas indígenas, en la formación de la identidad salvadoreña.

El gran acopio de ciencias y saberes tan diferentes que Gavidia tiene en sus escritos, hace de sus producciones una difícil lectura, Gavidia sin ser científico, utiliza la ciencia en su análisis, volcándola en poesía y en filosofía, en ciencias físicas, al igual que arte. Bástenos con dar un ejemplo de su percepción científica, usando sus comentarios y teorías evolucionistas tan en boga en la primera década del siglo XX.

“Siempre me ha extrañado el rumbo sistemáticamente materialista de las conclusiones que arrancan de las observaciones científicas que cultivan esta clase de estudios. El mismo Darwin tan exacto y observador, me parece exagerado cuando habla de la inteligencia de los animales” – decía Gavidia a principios del siglo XX en una discusión sobre el origen de las especies y añadía:

“El eslabón que falta tiene que explicar la inteligencia, la civilización, el arte, la tradición de la conciencia, esto corresponde al hombre y a éste respecto son más exactos y filosóficos los grandes poemas de la antigüedad, que nuestros trazos morales, más descendemos de Jehová que del mono”

- Pero en su conclusión era cauto:

“Mas no hablemos con mucha seguridad, acelerando conclusiones que no puede sostener una ciencia que hoy nace y que va del hombre al mono. Y por qué uno y no mil eslabones. El mono antropomorfo es algo como la piedra filosofal” –argumentaba y luego aconsejaba. “Seguid el proceso del desarrollo de los organismos – eso es noble y se afirmará más la inducción de que hay un orden en la naturaleza. Más con datos tan pocos y de ninguna fuerza, obtenemos conclusiones de humo, que insinúen un descenso moral”.

La vida de Gavidia se extiende a lo largo de nueve décadas. Con una inusual presteza, en los últimos años de su vida, se dedicó a resumir el acopio de saber y artístico, de que es poseedor. En medio de un esfuerzo prometéico, sintetiza ese gran universo que ha creado y lo vierte Ens. Obra Soteer o tierra de Preseas. ¿una utopía más? No, obra épica como la formación del Adán moderno y la futura democracia. Es un magno ejercicio de ordenamiento de lo que fue su pensamiento al sintetizar las zonas diferentes del conocimiento y el arte, para poner en íntimo contacto, esos dos universos tan reales, el físico y el humano. El trabajo de armonizar eso es titánico, a lo largo de más de nueve mil versos lo intenta y logra. Es una odisea que desconcierta, desde su organización artística, en que se mezclan cantos épicos, escenas de teatro, narraciones, todos en un nudo filosófico desarrollado en diferentes planos, hasta toda la concepción humanística de la obra. Una síntesis literaria e ideas para construir el edificio de la democracia y la república universal y una nueva identidad humana.

“Una gota de agua para apagar el incendio de la guerra mundial”- señalaba Gavidia quedando corto su prólogo.

Es magna obra que resume toda una vida, es algo que existe, que espera el análisis de ese nuevo Adán que concibe en esa obra a partir del caos imperante que amenaza a la humanidad, las sendas para su salvación. Soteer es el regenerador y el último legado de Gavidia, que espera ser estudiado a fondo.

Gavidia tiene otras facetas que no se le conocen o poco se ha escrito de ellas: era un músico consumado y conocedor del género musical. Un amante de lenguas y un estudioso del pensamiento humano. Sobre ello dejó regados e inconclusos numerosos pensamientos, inéditos a la fecha y en espera de dar a luz aunque sea casi cincuenta años después de su muerte acaecida un 24 de septiembre de 1955.

El por qué del poco conocimiento sobre la obra de Gavidia, es algo que ha sido tratado por sus estudiosos que parecen ser unánimes en las razones: en parte culpa del mismo Gavidia: su humildad y descuido, su poca ambición, satisfecho con el acto de conocimiento llegado a su alma, le impidió poner atención a su producción. En parte, también la falta de visión de los que le rodeaban y de mentores que velaran por su trabajo y lo divulgaran, mucho del cual está perdido.

Ya es hora que se estudie en profundidad la vida y la obra de este ilustre varón. Vida ejemplar que debe saltar a la palestra al lado de su obra. Vida que según queda en letra y corazón de muchos de sus conciudadanos, fue ejemplar y plena de enseñanzas cívicas y morales, importante de ser divulgada e imitada. Vida llena de voluntad, no simplemente de estudio y arte, sino también para afrontar la vida sin retroceder, ni hacer concesiones vergonzosas, heroica ante una vida dedicada ante el trabajo, firme en la verdad y la enseñanza. Obra y ejemplo, constituyen una unidad en ese gran hombre que es el Gavidia que todos queremos conocer.

Que mejor salutación a Don Francisco Gavidia, que sus propios versos dedicados para la juventud:

“…Hombres, naciones

¡Ah! Tocad al que sintió en el alma

el beso con que le unge el infinito.

Allí hay fuego, alto empuje, augusto brío;

No echéis agua en las llamas de esa hoguera.”

© Mario Pleitez


Bibliografía de y sobre Francisco Gavidia

arriba

Obras por separado

1-Artes

Etica y Estética. (Colección de cuarenta y cuatro artículos, sobre música, publicados en diversos periódicos). CG.

Conservar la Música Tipo. Impreso de la CG. (s.f.)

La Gioconda de Leonardo da Vinci. "La Quincena", III, t. vi. No. 67. 1906. San Salvador. p. 193-195.

El Idioma y la Música. San Salvador. "Azul y Blanco". CG.  s.f.

La Lira y la Música Griegas. (Manuscrito de la CG.)  s.f.

Quiero ser Músico o Arte de Componer. (Ms. de la CG.) s.f.

La Venus de Milo (Recuerdos). "El Bien Público", Quezaltenango. 12/julio/1894.Wagner. San Salvador. "Los Andes" N° 3, 12/marzo/1904.  p. 39-42.

2- Educación

Los Altos Estudios. San Salvador. Talleres tipográficos del Centro Editorial Meléndez. "Centro América Intelectual" 2a. Epoca. N° 4. Marzo/1909.

El Arte como Elemento de Educación. BP. 30/enero/ 1894.

Las bases de la Enseñanza Secundaria. CG.  s.f.

Defectos de Nuestra Enseñanza

I. Imaginación y raciocinio. BP. 23/I/1894.

II El Plan de Materias. B.P. 25/I/1894.

III La Moral, la Retórica y la Lectura. B.P. 28/I/1894.

Dictamen sobre la Fundación de la Facultad de Pedagogía Propuesta a la Asamblea Nacional. CG.  s.f.

Enseñanza de Párvulos. Diario del Salvador. 7/XI/1906. Informe Técnico sobre Instrucción Primaria en el Estado de California. "La Escuela Salvadoreña" I, 9, 279. San Salvador, 1906.

Reglamento de Enseñanza Secundaria Moderna. San Salvador. Imprenta Nacional. 1898.188 p.

Tratado de Canto para Escuelas Primarias por el Sistema Modal. "La Escuela Salvadoreña", I, 9, 279. San Salvador, 1906.

Universidad Hispanoamericana de El Salvador. "Diario Latino". San Salvador, 5/IV/1910.

La Antena Eliminadora. "Patria". CG. recorte s.f.

3-Filosofía

El Desanalfabetizador. San Salvador. "La Palabra". Enero a agosto de 1937.

Estudios de Arabe. Manuscrito C.G.

Estudios de Filosofía del Lenguaje. San Salvador, C.A. Imprenta Meléndez. 1909. 22 p.

Historia de la Introducción del Verso Alejandrino en el Castellano. San Salvador. "La Quincena" II, 1904.

Adaptación del Hexámetro a la Poesía Castellana. San Salvador. Obras.  p. 144-145-152.

Idioma Internacional. San Salvador. "Repertorio del Diario del Salvador" 3a. Epoca. N° 6 II/1922.  p. 250-251.

Informe de la Cooperativa del "Kosmos". San Salvador, 28/VIII/1910. C.G.La Influencia de la Literatura en las Carreras Profesionales. San Salvador. "Repertorio Salvadoreño" t. I  N° 2. 15/IX/1888.  p. 81-91.

La Lectura Ideológica o Metódica. San Salvador. Imprenta Cisneros. 1905. 25 p.

Lenguaje Nacional. San Salvador. "Diario del Salvador". CG. recorte sin fecha.

Lenguaje Poético en el Período de la Colonia (discurso inaugural de la Academia Cervantina, correspondiente de la Real Academia Española). "Actualidades", 9, 2.  San Salvador, 7/IX/1915.

Limpia, Fija y da Esplendor. San Salvador. DEC. p. 131-139.

Memorial a la Academia de Ciencias, Letras y Artes de San Salvador sobre el Idioma "Salvador", Obras, p. 153-154. (s.f.)

Metafísica Experimental. San Salvador. "La Escuela Salvadoreña" II, 14, p. 423-424. 15/VII/1906.

Primer Apéndice de "Los Aeronautas" sobre la Versificación en Los Aeronautas. Obras p. 139-144. San Salvador, 1913.

La pronunciación del Hebreo. San Salvador. "Repertorio de Diario del Salvador". Vol. 13, N° 76.  p. 3852-3853. Marzo/1909.

La proposición. San Salvador. "Centro-América Intelectual". CG. recorte s.f.

¿Qué es el Idioma Salvador? San Salvador. Obras, p. 226,1913.

Segundo Apéndice de "Los Aeronautas" sobre el Idioma Universal "Salvador". San Salvador. Obras.  p.153-155.

Gramática del Idioma "Salvador". San Salvador. Obras.  p. 156-170.

Diccionario del Idioma "Salvador". San Salvador. Obras.  p.171-234. 1913.

4-Letras

Ana Dolores Arias y Rafael Cabrera. San Salvador. RS  t. 1, N° 1.  p. 9-18. Agosto/1888.

El Asunto del Poema de Fray Matías de Córdova. San Salvador. RS.  p. 136.A Julio Enrique Avila. San Salvador. "Palpitaciones". CG. 147-149.  s.f.

Carta Literaria al señor don Eduardo de la Barra, RS  t. 4° N° 2.  p. 110-115/febrero/1890.

Carta Literaria a don José Antonio González. Cojutepeque. "Oasis" I, N° 2, 11/VII.1912.

Estudio sobre el Quijote. San Salvador. Talleres Gráficos Cisneros. 68 p.  s.f.

Estudio sobre la Obra Literaria del Presbítero Doctor Juan Bertis. San Salvador. DEC. 75-78.

Estudio sobre la Personalidad de Rubén Darío. San Salvador. RS.  t. 3°, 1, p. 1-11, julio 1889.

Estudio sobre los Opúsculos y Periódicos de Montalvo. San Salvador. RS.  t. 2°,  N° 4, 249-260, abril/1889.

Francisco Contreras Autor de los Modernos. San Salvador. CG.  s.f.

La Influencia de la Literatura en las Carreras Profesionales. San Salvador. (Cf. 3 Filología).

Limpia, Fija y da Esplendor. (Cf.  p. 240).

Manifiesto Literario a los Poetas y Escritores Amigos. San Salvador. CG.  Diario del Salvador 1892.

El Misántropo. San Salvador. Obras p. 326-327.

La Nueva Generación Literaria del Salvador. Guatemala. "Guatemala Ilustrada" I, 47, p. 598-608. 6/VIII/1893

José Milla. Guatemala, "La República" N° 367. 1/octubre/1892.

La Obra de Lope de Vega en la Historia del Teatro Español. San Salvador. DEC. 100-117.

Oración Fúnebre en la Inhumación del Cadáver del Dr. Daniel Sánchez Soriano. San Salvador. CG.  s.f.

Alocución Fúnebre ante el Cadáver del Académico Calixto Velado. San Salvador. 16/III/1927.

La Palabra "Ingenioso" del Título del Quijote. San Salvador. "La Quincena" I, 5, 147-149. 1°/junio/1903.

Parte que Corresponde a Rubén Darío en el Movimiento Salvadoreño de las Letras Durante los Últimos  Lustros.  San Salvador.  AES. Nos. 42-44. P. 1035-1042, octubre-diciembre/1916.

Prólogo a "La Lira Joven". San Salvador. RS. t. 4o. No. 6. p. 325-337. Junio/1890.

Prólogo a "El zafir de un ala milagrosa" de Lilian Serpas. San Salvador. AES. Año 17, Nos. 121-124.  p. 4712-4713. Enero-mayo/1921.

Ropa Vieja (artículo sobre...de Ricardo Palma). San Salvador.  RS.  t. 3o. No. 5, 349-357. Noviembre/1889.

Walt Whitman. San Salvador.  RS.  t. 3o. No. 2,  114-121. Agosto/1889.

5-Teatro

Amor a Interés.  Comedia Lírica.  Música de Antonio Paniagua Rossi.  San Salvador.  Obras.  347-362.

Héspero (en cuatro cuadros y seis escenas).  San Salvador.   Talleres tipográficos del Ministerio de Intrucción Pública.  1931. 18 p.

Júpiter. Drama en cuatro actos.  San Salvador.  RS.  t. 3o. No.  4.  259-303. Octubre/1889.

Lucía Lasso o los Piratas.  Drama en tres actos. San Salvador.  Obras 237-325. 1913.

El Misántropo de Moliére.  Traducción del primer acto por...San Salvador.  Obras y RS.  t. 1o. No. 4. 244-266. Noviembre/1888.

La princesa Cavek. Fragmento.  San Salvador.  Obras. 363-371.1913.

La Princesa Citalá.  Poema dramático. San Salvador. Imprenta Nacional. 38 p.

Ramona.  Drama en seis cuadros y un acto.  San Salvador.  Talleres Gráficos Cisneros.  32 páginas. s.f.

La Torre de Marfil. Drama en cuatro cuadros y en dos actos.  San salvador.  Talleres Gráficos Cisneros. 96 p. incluyendo Ramona.

Ursino.  Drama en cinco actos.  San Salvador.  Imprenta del Cometa. 1887.

A Propósito de "Los Contrabandistas" de Emilio Aragón.  San Salvador. CG.

El Arte Drámatico en Centro América. San Salvador. CG. s.f. Diario del Salvador.

El Arte Español. Vico en El Alcalde de Zalamea. San Salvador. CG. s.f.

Curso de Literatura Dramática.  San Salvador. CG.

Ensayos Dramáticos.  San Salvador. CG.

Estudio de Estética Popular.  La Opera Catellana. San Salvador. "La Quincena". VI, 69, 275-278. 1/II/1906.

La Llave de Nuestro Progreso. San Salvador. "Actualidades" No. 1,1. 3-8. 1915.

La Máscara del Teatro Nacional.  San Salvador.  CG. Diario del Salvador.

La Opera Española.  San Salvador. CG. s.f.

6-San Salvador

Algunas Cositas de San Salvador, s.f., s.l. CG.

Ante la Serranía. San Salvador. Diario del  Salvador. 19/Diciembre/1905.

Foklore Salvadoreño. San Salvador.  Ms. CG.

Muchas cosas que son una.  CG. s.l., s.f.

Museo. San Salvador.CG. Diario del Salvador. s.f

Nuevas Tierras para El Salvador, CG. s.l., s.f.

Los Paisajes de la Capital. CG. s.l., s.f.

Panegírico de San Salvador. San Salvador. DEC. 5-12. San Salvador CG. s.l., s.f.

Viene la Primavera.  San Salvador.  CG. Diario del Salvador. s.f.

COLECCIONES BASICAS

Versos. San Salvador. Imprenta Nacional de F. Sagrini. 1884. 254 p.

Viajes y Periodismo (inédita). Colección de artículos sobre temas políticos, casi todos ellos publicados en el destierro. (1890-1894). Pensamientos (Colección de cuarenta y cinco poemas). San Salvador, Imprenta La República, 1906.12p.

Obras de Francisco Gavidia. San Salvador. Imprenta Nacional. 1913. 500 p.

Boletín de la Academia Salvadoreña. San Salvador. (s.e) 1940. Número extraordinario. Discursos, Estudios y Conferencias. Imprenta Nacional. San Salvador. 1941. 246 p. (Comprende 24 trabajos de especial importancia). Pertenece a la Biblioteca Universitaria, de la Universidad Nacional de El Salvador. Cuentos y Narraciones. San Salvador. Ministerio de Educación, Departamento Editorial. 1961. 159 p. La primera edición data de 1931.

Antología. (Prólogo sobre “La Poesía de Gavidia” por Luis Gallegos Valdés). San Salvador. Ministerio de Educación, Departamento Editorial. 1961. 162 p. El Cancionero del Siglo XX (traducciones por Francisco Gavidia). San Salvador. Talleres Tipográficos del Ministerio de Instrucción Pública. (Sin fecha)


*Istmo*

*¿Por qué existe Istmo? *¿Qué es Istmo? *¿Quiénes hacen la revista? *¿Cómo publicar en Istmo?*

*Consejo Editorial *Redacción *Artículos y Ensayos *Proyectos *Reseñas*

*Noticias *Foro Debate *Buscar *Archivo *Enlaces*

 

*Dirección: Associate Professor Mary Addis*

*Realización: Cheryl Johnson*

*Istmo@acs.wooster.edu*

*Modificado02/02/05*

*© Istmo, 2005*