Ivonne N. Recinos Aquino

La Recordación Florida:
Modelo de ficción historiográfica o de interpretación de la historia

Johnson C. Smith University

recinos.aquino@jcsu.edu

Notas

Este trabajo intenta encontrar una explicación a la pregunta: ¿Hasta dónde la historiografía es, se hermana con o es absolutamente diferente a la literatura? Mi análisis enfoca especialmente la historiografía del reino de Guatemala y un texto del siglo XVII, por lo cual la respuesta que se busca es relativa, pero no limitada a dicho documento.

El texto en mención es fundacional y, me atrevo a asegurar, de influencia básica en toda la historiografía guatemalteca escrita desde entonces. -Ver por ejemplo las historias escritas por Alejandro Marure, Domingo Juarros y José Antonio Villacorta las cuales citan como fuente el referido documento y han servido como base para los textos de la historiografía oficial de Guatemala desde entonces hasta nuestros días-.

El documento al cual me refiero es la Recordación Florida: Discurso historial, natural, material y político del reino de Guatemala, escrito por el capitán criollo guatemalteco Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán. Este texto es una crónica en la que su autor elogia la cultura indígena de la época anterior a la conquista y refiere la genealogía de sus antiguos héroes y reyes esforzándose en establecer nexos entre estas y las antiguas civilizaciones de la costa mediterránea: egipcia, hebrea, cartaginesa, babilónica, etc. Veamos:

“(…)tenían Dios para el agua, como entre los egipcios, de quienes estos indios descienden”. (1932, t.1, 15)1

“(…) que la parte de donde salió esta generación y gente indiana es Chicheleblssih que es uno de los pueblos de Israel”. (Ibid., t.2, 157)

“A la manera que los cretenses, lacedemonios y espartanos con suma y admirable providencia criaban a sus hijos, […] no solo estos [indios] de Goahemala, pero también los del reino de México, crían á sus hijos con el propio estilo y rigor indispensable; […]” (Ibid., t.1, 21)

También, relata los sucesos que acontecieron durante el período de la conquista del territorio y de los hechos posteriores a la fundación de la ciudad de Santiago de Guatemala. Describe a los conquistadores y enaltece sus características físicas, su personalidad y sus acciones bélicas. Narra sucesos cotidianos que hacían singular la vida de los primeros pobladores del reino. Aporta datos sobre los grupos de población de la ciudad colonial de Santiago de Guatemala, asentada por entonces en el Valle de Panchoy. Informa sobre urbanismo, economía, política, creencias populares, vegetación, animales y medicina alternativa.

El autor pretendió que el texto fuera una historia completa del reino de Guatemala, tanto de la del pasado indígena, como de la de la conquista y de la de la vida en el reino en la época posterior a aquélla. Según él mismo afirmó en el texto:

“reconocí muchas cosas maravillosas, escondidas y retiradas á la noticia de los hombres, que fuí2 recogiendo curiosamente en apuntamientos de mi secreto;(...)” (1982, v.1, L).

Fuentes y Guzmán declaró que los motivos que lo impulsaron a escribir fueron varios y en la crónica misma asegura que:

“Siendo [Guatemala] en la circunvalación de su reino de 1,700 leguas de tierra, prolíficamente fecunda y estimablemente rica de minerales y preciosísimos frutos, hayan los autores y cronistas de Indias gastado tan poco papel y tan pocos renglones en describir sus maravillas (...), que admirándome y susprendiéndome unos motivos y otros, me inclinaron la pluma (...)” (1882, v.1, 6).

Sin embargo, el motivo, que él mismo expone no como el menor dentro los otros, fue el de corregir la adulterada versión de la obra escrita por su tatarabuelo, el soldado cronista Bernal Díaz del Castillo publicada en España. Fuentes y Guzmán afirmaba que la edición española de La verdadera y notable relación de los hechos de la conquista de Nueva España y de Guatemala se encontraba “defectuosa y adulterada en partes”, de acuerdo con el original borrador que él y su familia poseían (Ibíd., 9).

Impulsado por el motivo anterior afirma que, al haber tenido acceso al archivo del ayuntamiento de la ciudad de Guatemala, corrobora e incluye corregidos los datos que fueron alterados del original de la obra de Bernal Díaz en la versión publicada en España al cuidado del fraile Alonso Remón.

Todo lo anterior parece indicarnos que la intención de Fuentes y Guzmán fue la de narrar la historia de la conquista del reino de Guatemala así como la de describir las peculiaridades de su territorio. En otras palabras, sus propósitos fueron escribir historia y describir su patria. Como el título lo declara y como lo prueba el contenido del larguísimo texto de 1,788 páginas, el cronista se preocupa por dejar claras las características naturales que, según él, hacían único al territorio del reino entre todos los demás reinos de Indias.

La narrativa de la Recordación Florida resulta peculiar por la forma en la que, en un minucioso análisis, describe las correrías de los aventureros capitanes españoles y la manera en la que sobre valora su conducta hasta llevarlos a ocupar un sitio al lado de los dioses y héroes del panteón greco-latino. Veamos:

“Nació Hércules, dando muestra de la gran capacidad de su alentado espíritu, (…) No fue menos admirable el valeroso D. Pedro de Alvarado en lo juvenil de su edad }(…) que es remedio de los furores de Marte y empleo virtuoso y útil a caballeros, (…) nuestro héroe español, Alcides castellano, (….)” (1932, t.1, 71 y 71)

“(…) 5 de julio de 1541 que fue postrero de aquella vida que había de ser inmortal, ó al menos como la de Néstor, dilatada; siendo solo la malograda edad de este Héctor castellano de solos cuarenta y tres años cuando murió”. (Ibíd., 98)

La anterior característica más el uso de lenguaje grandilocuente y el desencanto y pesimismo por la vida expresado abiertamente en el texto en ejemplos como el siguiente: “Pero como en el mundo no hay fijeza, en lo más grande ó más pequeño, por esta misma inconstancia de las cosas, que nunca asisten en su ser, (…)” (1932, t.2, 227) y que fue propio de los escritores y letrados del siglo XVII, hacen que la prosa de la Recordación Florida corresponda al estilo literario del barroco y en este caso, específicamente al del barroco hispanoamericano o barroco de Indias.

El propósito historiográfico del criollo Fuentes y Guzmán estuvo indudablemente influido por el pensamiento y el estilo de su siglo. Por otra parte, su condición social normaba radicalmente la percepción y la comprensión que tenía del pasado y del presente. Su apreciación del mundo estuvo determinada por su mentalidad de criollo acomodado e influyente dentro de la sociedad colonial del reino de Guatemala.

Fuentes y Guzmán era un criollo que pertenecía a una distinguida y acomodada familia que descendía de los conquistadores y de los primeros pobladores de la región. Como tal, gozaba de los privilegios inherentes a ese rango: propietario de tierras, de negros y de encomiendas de indios; por muchos años fue Alcalde Mayor y Corregidor de Totonicapán y de Sonsonate; Magistrado Pretorio y, desde los 18 años de edad, Regidor del Ayuntamiento de Guatemala, cargo en el que alcanzó perpetuidad. Sus intereses económicos, políticos y sociales estaban por ello ligados a los intereses de un grupo social específico, el de los criollos.

Es obvio que la mentalidad del capitán, que también pretendía ser nombrado cronista oficial de reino, estaba influida por el grupo al que pertenecía y por las redes familiares y sociales que determinaban el ejercicio del poder político y económico de la época. El cronista criollo veía que su grupo estaba presionado por la política que, en nombre de la Corona, los funcionarios aplicaban en los territorios de Indias y se refiere a eso específicamente así:

“Y aunque algunos [criollos], no tan apagados como otros, solicitan el premio tan justo y tan debido á la sangre y sudores de sus pasados, rara vez o nunca le consiguen en limitada recompensa; porque aunque S. M. manda que sean promovidos y preferidos, quieren dar a entender, envidiosos y apasionados, que ya no hay descendientes de aquellos heroicos conquistadores, (…)”(1932, t.1, 56)

Fuentes y Guzmán y su grupo social se sentían amenazados por los acontecimientos políticos que en aquel momento afectaban la estabilidad de los ricos criollos de la Hispanoamérica colonial, y como consecuencia de ello, es muy destacada la cuidadosa preocupación del cronista criollo porque la posteridad no olvide los “muchos verdaderos méritos de verdaderos héroes, á quienes está llamado el premio y el laurel de la fama á inmarcesibles glorias” (1932, t.1, 2), es decir, los conquistadores. Esta preocupación es también totalmente comprensible si atendemos a su parentesco directo con el veterano soldado de la conquista Bernal Díaz del Castillo.

Como mencioné al principio, la Recordación Florida ha sido utilizada a modo de documento de referencia obligatoria por los historiadores del siglo XIX y XX. La historiografía que, como sabemos, mantuvo durante mucho tiempo como supuesto básico su condición de veracidad, destacando que su principal objetivo era conocer e interpretar la historia a través de métodos objetivos y confiables.

El presente que correspondió al siglo XVII de Fuentes y Guzmán, reclamaba una historiografía con un alto grado de credibilidad, porque el conocimiento de los sucesos y las condiciones en las que se desarrollaron, influían y hasta determinaban de alguna manera su condición presente. Recabar información del pasado e interpretarla tenían tanta importancia para el historiador criollo como para los potenciales lectores de su obra.

La crónica guatemalteca del siglo XVII fue el resultado del acto de conocer cierta información, interpretarla y re construir el pasado, y también el producto de la comprensión del presente. Como tal corresponde totalmente al ámbito de la historiografía. Ahora bien, considerando que toda interpretación está supeditada a las ideas y a la mentalidad del sujeto que la realiza, así como que la reconstrucción de sucesos implica una recreación de los mismos y por ello está sujeta a la creatividad del re creador, es en este punto cuando nos preguntamos sobre la relación que la Recordación Florida tiene con la literatura.

En este trabajo no se trata de ninguna manera de descalificar la importancia historiográfica de la famosa crónica del siglo XVII, pero sí se trata de ubicar el texto del criollo guatemalteco en el lugar que mejor pueda corresponderle en relación con la literatura. ¿Por qué? Porque el historiador interpreta, como el artista lo hace. El historiador traslada sucesos, situaciones, condiciones del pasado al presente por medio de la palabra, y no de cualquier manera. El historiador traduce la inanimada información que obtiene y le da vida cuando con construye y escribe la narrativa del texto.

El historiador, como el artista, esta influido por la mentalidad y las ideas de su tiempo, por la corriente de su época o bien, él mismo crea una nueva. ¿Cómo lo hace? Lo realiza mediante la interpretación de información a través de una nueva lectura de fuentes ya estudiadas o con el descubrimiento de nuevas evidencias de sucesos de la historia.

El producto es la información convertida en prosa amena e hilvanada de manera que resulte asequible a los potenciales lectores. Esto es, produce un tipo de literatura con información sobre hechos del pasado y con la experiencia del presente. No es del tipo de la literatura de ficción escrita solamente con elementos ficticios, pero es literatura desde el momento en que existe interpretación y re-elaboración de acontecimientos que no podrían llegar a la humanidad sin el oficio del historiador y también desde que la historia existe solamente a través del discurso historiográfico, y solamente cuando el pasado se pone en escena.

Este trabajo no intenta agotar ningún recurso, tampoco, ofrecer una respuesta absoluta, pero sí, andar un camino que deje abierta la ruta para presentes y futuras investigaciones y reflexiones al respecto de la historiografía en general.

La idea de una historiografía objetiva provino de que la historia es un objeto de conocimiento, de estudio o de interpretación por sí misma, sin embargo, ésta no existe por sí misma, es el trabajo de los historiadores el que la convierte en realidad, aunque sea en una realidad parcial porque está determinada por las ideas, experiencia y mentalidad del historiador. En su calidad de documento historiográfico, la Recordación Florida no puede ser menos que ser el producto del acto de interpretación de la historia por un hombre, en este caso, un criollo, y por lo tanto, ser también susceptible a su mentalidad, experiencias e ideología.

En este punto, quiero señalar que los motivos que impulsaron a Fuentes y Guzmán a escribir su crónica, jamás pudieron estar desligados de sus intereses personales. Indudablemente éstos ejercieron influencia absoluta en su narrativa, y más, en la forma como él interpretó la información de la conquista, asentamiento y posteriores acontecimientos en el reino de Guatemala, así como en el enfoque que le dio a los mismos.

La narrativa de la Recordación Florida corresponde al estilo del barroco de Indias y es esa narrativa la que hace cognoscible el pasado, que es historia solamente en cuanto se convierte en discurso. El relato en la famosa crónica del siglo XVII es el que transformó en Historia de Guatemala sucesos que por sí mismos no se habrían constituido en “saber”. La idea de la historiografía como hacer científico en contraposición a la literatura como artificio y ficción es insostenible.

Desde que la tendencia conocida como la “nueva historia” irrumpió en Europa en 1929, la visión de una historiografía absolutamente objetiva fue reemplazada por la comprensión de la relación entre memoria e historia. Ello abrió una nueva perspectiva del fenómeno historiográfico al punto de reconocer que la historia necesita del discurso literario para adquirir significado y sentido en el presente. Reconocer al historiador como el productor del sentido de la historia nos conduce a considerar en este análisis, que la Recordación Florida como el resultado de una particular percepción y comprensión del pasado. En otras palabras, esta crónica estuvo siempre determinada por la mentalidad e ideología del criollo Fuentes y Guzmán.

La historiografía más confiable en cuanto a su calidad de documento veraz, sería la que recoge varias perspectivas del pasado, varias voces e interpretaciones. Un documento historiográfico que daría una visión más amplia de lo que es estudiado como historia en todos los campos y con todas las implicaciones éticas, políticas y humanas. Ello conduciría, obviamente, a controversia, pero abriría la historia oficial a otras visiones y voces que aportarían facetas ignoradas del pasado.

El texto de Fuentes y Guzmán ha sido fundacional en nuestra historia, sin embargo, adolece del sesgo que la ideología y la mentalidad criolla le confirió. Puede que a estas alturas, sea imposible recuperar otras voces y visiones del pasado, pero sí es posible y aún más, muy pertinente y necesario reconocer que la historia es una creación que tiene que ver con la literatura desde el momento en que la historiografía crea la ficción que se ha presentado como realidad.

© Ivonne N. Recinos Aquino


Notas

arriba

vuelve 1. En el presente trabajo, en todas las citas de la Recordación Florida, se utiliza la edición de 1932, de tres tomos, Guatemala: Tipografía Nacional. Editor J. Antonio Villacorta.

vuelve 2. Siempre se respeta la ortografía original del texto.


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