Immanuel Wallerstein
Inmigrantes
Los inmigrantes no son muy populares en estos tiempos, especialmente
en los países ricos. En América del Norte, Europa occidental y
Oceanía los residentes locales tienden a pensar tres cosas acerca de
los inmigrantes: 1) que han llegado principalmente para mejorar su situación
económica, 2) que reducen los niveles de ingreso de los nacionales al
trabajar en empleos poco remunerados y obtener beneficios de los programas de
asistencia del Estado, y 3) que representan un "problema" social,
ya sea porque son una carga para los demás, porque son más propensos
al crimen o porque insisten en conservar sus costumbres y no logran "asimilarse"
a los países receptores.
Por supuesto, todo esto es cierto. Por supuesto que el principal motivo de los
inmigrantes es mejorar su situación económica. Por supuesto que
están dispuestos a aceptar trabajos con salarios bajos, especialmente
cuando acaban de llegar. Y visto que como resultado de todo esto son más
pobres en conjunto que los habitantes del país en el que se instalan,
buscan diferentes tipos de asistencia pública y privada, y ciertamente
plantean "problemas" a los países de acogida.
La pregunta que realmente debemos hacernos es: ¿y qué
con ello? Primero que nada los inmigrantes no pueden entrar a otro país
de manera legal o ilegal sin cierto grado de connivencia por parte de los que
allí viven. En consecuencia deben desempeñar alguna función
para ellos. Están dispuestos a tomar empleos que los habitantes locales
rehúsan considerar; no obstante, son necesarios para el funcionamiento
de la economía. No se trata exclusivamente de empleos desagradables que
requieren poca calificación; también se trata de trabajos de profesionistas.
Actualmente, por ejemplo, las estructuras médicas de
los países más ricos estarían en serios problemas si decidieran
eliminar al personal médico inmigrante (no sólo enfermeras, sino
también doctores). Más aun, dado que la mayoría de los
países ricos tienen tasas de crecimiento demográficas descendentes
(el porcentaje de personas mayores de 65 años sigue creciendo) los nacionales
no podrían beneficiarse de las pensiones de las que actualmente gozan
si no fuera por los inmigrantes (entre 18 y 65 años de edad) que expanden
la base de contribuciones que permite financiarlas. Sabemos que en los próximos
25 años, si es que el número anual de inmigrantes no se cuadruplica,
habrá recortes presupuestarios drásticos hacia 2025.
En lo que respecta a los "problemas" que esto generará, dependerán
de cómo se definan. No obstante, es común que los movimientos
populistas de derecha constantemente exploten el miedo a los inmigrantes. Estos
movimientos son "extremistas" y no alcanzan más de 20 por ciento
de los votos (¿más de 20 por ciento? ¿Acaso ese porcentaje
no es ya de por sí alto?), pero el recurso a ese tipo de demagogia por
parte de políticos situados en el centro del espectro político
contribuye a favorecer a la derecha en estos temas.
Así pues, tenemos un curioso rompecabezas político que evoluciona
continuamente: los países ricos imponen barreras para la entrada (legal
e ilegal), mientras los inmigrantes siguen llegando, atraídos por traficantes
y empresas que desean emplearlos a bajos costos. Al margen encontramos algunos
grupos relativamente pequeños que buscan aminorar el trato injusto y
frecuentemente cruel que recibe la población inmigrante. El resultado
neto es más inmigración y más quejas contra ella.
Ahora observemos algo. Esta es una descripción que los países
ricos hacen de los inmigrantes provenientes de países pobres. Dado que
la riqueza nacional se encuentra fuertemente jerarquizada, estas acusaciones
se aplican no sólo a los mexicanos que van a Estados Unidos, sino también
a los guatemaltecos que ingresan a México, a los nicaragüenses que
entran a Costa Rica, a los filipinos que van a Hong Kong, a los tailandeses
que llegan a Japón, a los egipcios que van a Bahrein, a los mozambiqueños
que se instalan en Sudáfrica, etcétera.
Observemos algo más: esta descripción no se aplica al movimiento
de personas de los países ricos hacia los pobres. Tal movimiento existe,
si bien menos que antes. La colonización fue eso, y los colonialistas
de hoy son relativamente pocos debido a razones políticas (Israel vendría
a ser el único país colonizador verdadero del presente).
Sin embargo, aún se registran movimientos de personas ricas que compran
tierras en zonas pobres, lo cual hace que se eleven las rentas y los costos
de terrenos, y se impida a los residentes locales permanecer donde están.
Ese tipo de movimientos ocurre normalmente dentro de las fronteras estatales,
y por eso no se llama inmigrantes a esas personas. La creación de la
Unión Europea hizo que este fenómeno sucediera de muchas maneras
en toda Europa.
En pocos temas hay tanta hipocresía como en la inmigración.
Los proponentes de la economía de mercado casi nunca la extienden al
libre movimiento de la fuerza laboral, debido a dos razones: 1) sería
políticamente impopular en las regiones más ricas, y 2) socavaría
el sistema mundial diferencial de costos laborales, crucial para maximizar los
niveles mundiales de ganancias.
El resultado es que cuando la Unión Soviética
no permitía a sus habitantes emigrar libremente, se le acusaba con indignación
de violar los derechos humanos, pero cuando los regímenes poscomunistas
permiten a la gente emigrar sin restricciones, inmediatamente los países
más ricos imponen barreras a su entrada. ¿Qué pasaría
si dejáramos que el agua alcanzara su propio nivel? ¿Qué
sucedería si se eliminaran todos los obstáculos al movimiento,
entrada y salida, alrededor del mundo? ¿Toda India emigraría hacia
Estados Unidos, todo Bangladesh a Gran Bretaña, toda China a Japón?
Por supuesto que no. No más de lo que dentro de Estados Unidos los habitantes
de Mississippi emigran a Connecticut, o no más de lo que los de Northumberland
lo hacen hacia Sussex, en Gran Bretaña. La mayoría de la gente
tiende a preferir el lugar en el que creció porque comparte con él
su cultura, conoce su historia, tiene lazos familiares. ¿Acaso todas
las culturas se convertirían en híbridos? Ya todas lo son. Tómese
cualquier zona de Europa o Asia y se constatarán oleadas de comunidades
que han atravesado esas tierras en los últimos mil años; a su
paso han dejado residuos de sus lenguas, religiones, hábitos alimenticios,
modos de ver el mundo.
Debemos acostumbrarnos a que existan movimientos de personas. De hecho es el
área en la que el laissez-faire puede realmente funcionar; recuérdese
que el eslogan original era laissez-faire, laissez-passer (dejar hacer, dejar
pasar). Dentro de los países dichos movimientos ocurren todo el tiempo.
Sabemos que el movimiento hacia las zonas donde viven personas
consideradas de bajo nivel social normalmente provoca la salida de las que dicen
pertenecer a un nivel social superior. Podemos aplaudir o deplorar dicha situación,
lo cierto es que frecuentemente tratamos de regularla mediante la prohibición
de movimientos entre zonas y comunidades. ¿Dónde estaría
lo terrible si se aplicara tal principio a los estados? ¿Se asimilarían
los inmigrantes? Si por asimilación se entiende que los inmigrantes se
vuelvan clones de los habitantes del lugar al que llegan, es evidente que no
sucedería así. Pero ¿sería eso una virtud?
Todos los países se caracterizan por su diversidad, lo cual es una virtud,
no defecto. Un poco más de especias en la cacerola daría más
gusto a las cosas. Evidentemente los inmigrantes (especialmente sus hijos) intentarán
encajar con sus vecinos. Todos lo hacemos. Y los vecinos pueden incluso intentar
encajar con los recién llegados. Esto es aprender, adaptarse. Claro,
ésta es una de esas ideas que sólo funcionarían realmente
si todo mundo las aceptara y aplicara. Si un país aceptara la inmigración
libre, sin que los demás hagan lo mismo, se vería abrumado. Pero
si todo el mundo lo hiciera, creo que los flujos migratorios no aumentarían
mucho más que en el presente, serían más racionales y menos
peligrosos, y provocarían menos oposición.
Traducción: Marta Tawil.
En: La Jornada. México D.F. Lunes 17
de junio de 2002
*Istmo*
*¿Por qué existe Istmo? *¿Qué es Istmo? *¿Quiénes hacen la revista? *¿Cómo publicar en Istmo?*
*Consejo Editorial *Redacción *Artículos y Ensayos *Proyectos *Reseñas*
*Noticias *Foro Debate *Buscar *Archivo *Enlaces*
*Dirección: Associate Professor Mary Addis*
*Realización: Cheryl Johnson*
*Istmo@acs.wooster.edu*
*Modificado 10/20/02*
*? Istmo, 2001*
|