Para L.D.L.
Los viajes por Centroamérica en autobús me recuerdan inevitablemente la vida de las cucarachas de hotel. En este último viaje (al Octavo Congreso de Literatura Centroamericana, Antigua, Guatemala, marzo 2000) las vi en el ajetreo de los pisos del bus: infatigables y amenazadoras. Y una habitación calurosa de un hotel de paso en San Salvador, me recordó lo invencible de su olor y su presencia insomne en la oscuridad que laboraban ellas. . .
No estamos hechos para el turismo en Centroamérica los centroamericanos. Es el mensaje subliminal de las compañías de autobuses. No es asunto de ficción sino de sueño: si Ud. se duerme, una cucaracha puede meterse en su oído. Mejor no duerma. Uno sigue viendo, en efecto por la ventanilla la espesa y seca Nicaragua, el árido y casi tétrico paisaje hondureño. El Salvador asediado por la campaña eleccionaria. San Salvador, sucia ciudad.
Un recreo de niños vestidos todos con suéteres, y rodeados de pinos y abetos llorones. A partir de aquí todo se refresca. Es cuando quizá las cucarachas empiezan a augurar la primavera. Territorio guatemalteco. Hasta el capitalismo es un poco más grandilocuente: los malls, los star mart, el diseño mismo de la ciudad de Guatemala (sin dudas la mejor capital de C.A.) Pero nosotros seguimos ascendiendo y bajando hasta dar con Antigua.
Vuelven las aguas a su cauceEl Congreso es en el antiguo convento jesuita, hoy en proceso de restauración gracias a la cooperación española. La ciudad es todo un hallazgo: error de haber nacido en otro lado. Pero la asedian por igual el frío, el Volcán de Agua y el turismo. Un escritor hallaría aquí la suficiente melancolía, aburrimiento promisorio los domingos y frío aguijoneante semanal, para seguir adelante con una novela.
El anterior congreso, en Managua, fue el más malo de los tres anteriores (véase mi reseña en Artefacto No 16/17). En Guatemala la calidad organizativa y de contenido ha mejorado algo. Al menos no hubo en los actos oficiales presencia funesta de presidentes de repúblicas y demás secretarios y asesores en conversación y besuqueadera animada con creadores "opositores al gobierno", como fue la nota sobresaliente en Managua.
A pesar de que la calidad vuelve a tener un mejor nivel, las memorias de los Congresos (1993-2000) siguen sin ser publicadas hasta ahora. Hay dos selecciones editadas, al parecer temáticamente, una de ellas presentada recién en Antigua, otra presentada en Managua el año pasado. Pero conociendo Centroamérica y su respeto por las humanidades, la duda es si se lograrán publicar las memorias completas algún día. De cumplirse el ominoso destino de los inéditos, mucho se perderá para la memoria (no digo todavía la historia) cultural centroamericana en los dolidos tiempos de la globalización.
Por un ocaso de las fronterasComo era de esperarse, Asturias tiene presencia destacada en la agenda de este Congreso. Pero es muy relativo: son sólo dos mesas las que se le dedican. El principal defecto de los guatemaltecos va unido a sus cualidades: son muy ceremoniosos, amigos de los discursos. Han llegado al extremo de canonizar la música de marimba, sus modos y ritmos hasta convertirla en asunto de solemnes conciertos. Sospecho que pasa algo así con Asturias, y decido perderme todas las conferencias al respecto.
Hay mesas de literatura salvadoreña, literatura panameña, literatura nicaragüense. Honduras y Costa Rica brillan por su ausencia. Claro, las fronteras para definir lo "nacional" siguen siendo falsas. Peor en un Congreso que se pretende regional. Pero es obvio que la incomunicación literaria sigue siendo la gran invitada, el mercado editorial regional no funciona. Algunas ponencias se pierden en los árboles, otras pintan bosques poco creíbles. Lo cargado de algunas mesas (cinco, y hasta seis ponentes) frustra los debates.
Hay temáticas comunes que no son abordadas aún. Otras muy lateralmente. Por ejemplo el apartado "literaturas indígenas" parece supeditado aún a los tics tradicionales. Un título sintomático, por ejemplo: "La recuperación del mundo indígena en la poesía de Ernesto Cardenal" (y permitámonos cuando menos dudar de tal "recuperación").
El ya fatigado debate sobre el testimonio sigue sin recibir nuevos bríos aquí. A pesar de la presencia de Marc Zimmermann, no se problematizan sus características discursivas, no precisamente desde el lado de la descripción (de lo que ya estamos exhaustos) si no más bien de la deconstrucción de su función sociológica y literaria. ¿Y si resulta que el modélico testimonio resulta un profecía autocumplida de la academia del Norte?
Es el primer Congreso entre muchos otros en que no abundan las ponencias sobre Cardenal y Belli. Asunto quizá del vaivén de la moda. Hubo una interesante ponencia (ya sea no más por el tema) sobre poetas muy recientes de Nicaragua, y Seymour Menton (con un probable exceso en el título) habló, en otra ponencia, de "La narrativa postsandinista", atenido sobre todo a la novela de Erick Aguirre "Un sol sobre Managua".
El problema de la ponencia de Menton sea quizá la falta de contexto. Primero habría que preguntarse si es válida una periodización atenida a la política (antes y después del gobierno sandinista). Segundo, habría que problematizar el hecho social revolucionario más allá de la corrupción sandinista y el "realismo socialista". Tercero, y lo más importante, habría que tomar el texto con todas sus potencias y ambigüedades, sin atenerse nada más a la comodidad política de las perspectivas actuales.
Más interesantes fueron otros planteamientos, quizá no tan elaborados, como por ejemplo la exposición de Jeffrey Bowitt (australiano) sobre "el ocaso del discurso de la nación-estado", con un horizonte utópico controvertible. En efecto, no basta el entusiasmo en contra de las fronteras centroamericanas. La definición de la región cultural deberá pasar por muchas otras articulaciones intelectuales, y encontrará sin dudas muchos otros obstáculos.
Aparte de que no hubo servilismos visibles con el poder en este Octavo Congreso, las agendas académicas siguen pendientes en grandes trechos. La historia cultural sigue condenada al presente, por tanto hay poca perspectiva histórica (nunca hay mesas sobre el período colonial, o el Modernismo, etc.). Las particularidades siguen primando sobre los resúmenes y generalidades. La interdisciplinariedad sigue siendo quimérica (¿cómo abordar las literaturas indígenas sin auxilio, por ejemplo, de los antropólogos y lingüistas?). Y el concepto más estrecho de literatura sigue reinando (aunque hubo una mesa de "Drama, canción, emblema": una mesa solitaria).
Camino de la memoriaEl regreso fue casi glorioso, si se tratará sólo del tiempo y el paisaje (ante todo afueras de Guatemala). Pero estaba también el bus que subía y mi estómago maltratado. Leía, sin embargo, Música para camaleones. Marylin era un dulce niña que aliviaba los entuertos; había pinos en la ventanilla. Anotaba en la libreta: "Pero estos viajes son siempre desolados. Excepto el viaje a Cuba: era el cielo y las islas de latón sobre el Caribe. . .". Junto a mí viajaba una especialista en Cabrera Infante que temía decirlo porque molestaba a veces a alguna gente.
Luego conversamos y le di mi receta para leer al cubano: poner un cassette de Silvio Rodríguez, y llamar al escritor todo el tiempo Cabrerita Infame. Así La Habana se llenaba de fantasmas sin cuidado, porque ella, la ciudad, permanecía ("la catedral sumergida en su baño de tejas"). Nos sentimos bien hablando de esas y otras fronteras. Siempre fronteras (como decía la canción de Marea Roja: "fronteras busco cruzar/ y doblar/ mapa con brújula al sur/ espectral").
Después volvieron brevemente las cucarachas, en el bus y el hotel de paso. Un sueño concentrado en que me asustó un gigantesco sapo a contra luz sobre sus patas traseras. No hice otra cosa que decirle: "yo no soy K., vengo de un Congreso, y el próximo será en Belice, junto al mar Caribe". Después en el mismo sueño comenzaron a sedimentarse los recuerdos de este Congreso de Antigua que ya va camino de la memoria, como pueden probarlo estas líneas.
*Istmo*
*Dirección: Associate Professor Mary Addis*
*Realización: Cheryl Johnson*
*Modificado 05/01/01*
*© Istmo, 2000*