Resumen
La historia de la prensa periódica escrita en Nicaragua tiene cierta similitud en cuanto a objeto de estudio, con la del país, y es que ambas están por escribirse. Ambas han sido objetos de estudios en diversas épocas, unas más que otras. En el caso de la prensa, sus estudios no pasan de ser una simple enumeración de los periódicos y revistas aparecidas desde la llegada de la imprenta al país en 1830 hasta nuestros días. Conocer el contexto sociocultural y político en que aparecen estos periódicos es un reto al que hay que enfrentarse para encontrar la respuesta a una serie de preguntas que surgen al analizar la evolución de este medio que parafraseando a Angel Rama contribuyeron a forjar un tipo de poder político y cultural letrado, urbano hegemónico que hoy perdura. ¿A qué obedece la expansión de estas publicaciones a finales del siglo XX? ¿Quiénes eran sus propietarios y cuáles sus motivaciones? ¿Quiénes eran los destinatarios y cuáles sus efectos? ¿Cómo funcionaba el mercado de este producto? Interrogantes que buscan respuestas . . .
Hablar de la historia de la prensa escrita periódica en Nicaragua es hablar de la historia política del país desde su vida republicana, es hablar de la imprenta y del desarrollo económico del país. La introducción de la imprenta tuvo sus implicaciones políticas, ya que entonces había necesidad de instaurar un proyecto de Estado y de gobierno, en ese período conocido como de la "anarquía". Posteriormente tomará otro rumbo más claro, ante el advenimiento de regímenes más estables, que buscarán legitimar y expandir un sistema político-económico y cultural de carácter nacional que esté en sintonía con las corrientes modernizantes internacionales.
El periódico es un término que resume una concepción y una forma de designar las publicaciones de frecuencias periódicas, que desde antes de la introducción de la imprenta en Nicaragua ya circulaban en forma de hojas sueltas u octavillas. La mayoría provenían de la Capitanía General de Guatemala y tenían la finalidad de dar a conocer información oficial. Otras eran impresas localmente, utilizando técnicas artesanales, y cuyo contenido generalmente era de carácter contestatario (Alvarez y Martínez Riaza, 1992: 64).
Es un término importado de Francia, donde a la luz de las convulsiones políticas provocada por la revolución francesa definió su alcance. Desde esa época tendrá el mismo equivalente y significado que el de gaceta, es decir tendrá un carácter y connotación educativo y orientador (Weil, 1979: 83) y que en América Latina terminará designando lo oficial.
En Guatemala, las ideas de la ilustración llegaron de la mano de los principales actores de la independencia y a través de ellos se difundieron a toda Centroamérica, antes de la separación formal de la metrópoli . Uno de los medios que utilizarán estos intelectuales serán las publicaciones periódicas que asimilarán el espíritu de los rotativos europeos y sus títulos, "ladinizándolos" como el de "La Gaceta de Guatemala". En Nicaragua, la primera publicación que sale a luz pública de una imprenta, llevará el nombre de "Gaceta de Nicaragua" (1830) y responderá a intereses oficiales (Arellano, 1992: 15).
Como podemos apreciar en esta somera aproximación genealógica a la prensa periódica escrita, como objeto de estudio, en Nicaragua y Centroamérica, sus raíces son antiguas, es decir nos remiten a la colonia, sin embargo los pocos trabajos que se han hecho toman como punto de partida los años posteriores a la independencia o desde la llegada de la imprenta. Por otro lado los pocos estudios realizados hasta hoy día son de carácter enumerativos, descriptivos, en forma de ficha bio-biblográficas y anecdóticos, sustrayéndose del contexto socio-cultural en que aparecieron.
En este estudio quiero reflexionar y sistematizar algunas ideas que pueden tomarse en cuenta a la hora de iniciar un estudio de largo alcance sobre la historia del periodismo en Nicaragua -entendido este (periodismo) como una actividad que alcanza su concreción en las publicaciones de textos y cuya característica es la "periodicidad",(Ibid.:1)- desde una perspectiva socio-cultural. En este recuento inicial trataré de tener como referente un período histórico concreto,(1884-1926) con el fin de poder hablar de un tipo de periodismo y de una práctica periodística que en su forma y concepción se emparenta con las características, estándares y concepciones internacionales (en general) de la época y por qué el estudio del periodismo (prensa escrita periódica) en el siglo veinte en Nicaragua, desde un enfoque socio-cultural, nos hace caer en la tentación de acotar a través de ciertos indicios de regularidades y rupturas, períodos que sugieren cambios.
Este proyecto apenas está en cierne y ha surgido a partir de mis fortuitos hallazgos hechos durante año y medio que llevo trabajando en el "Proyecto Memorias del siglo XX", proyecto que tiene como objetivo dar a conocer los principales eventos acaecidos durante el siglo que está terminando, desde la perspectiva de la prensa periódica impresa . Es decir, las fuentes principales de donde se extrae esta información es periodística.
Este hecho ha llevado a todo el equipo de trabajo a adentrarnos en la génesis y la "hermeneútica" -por así decirlo- de estas publicaciones. Este trabajo nos ha dado una idea bastante completa del estado en que se encuentra la hemerografía en el país. Estado que no es nada positivo -trágico, quizá-, al saber que el principal depósito hemerográfico de la nación, la Hemeroteca Nacional "Manolo Cuadra" de Managua, tiene más del 50 por ciento de los materiales -siendo conservador- inhabilitados -por no decir inservibles-, y el resto, en franco e irreversible proceso de destrucción.
Fuera de ese archivo considerado el más grande y completo, quedan muy pocas colecciones públicas o privadas de relevancia dentro del país. Dos de ellas son, la del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica y la Biblioteca del Banco Central, que a pesar del enorme acervo y su excelente conservación están incompletas. La esperanza que albergamos, es completarlas con los archivos dispersos y bien conservados que existen en universidades extranjeras.
No obstante eso, y a pesar que las colecciones de los periódicos de mayor presencia están incompletas, se puede a partir de lo que queda, emprender un estudio investigativo, apoyándose en otras fuentes referenciales de significativa importancia, como memorias, comentarios o crónicas dispersas en libros o revistas escritas, en muchos casos por los mismos protagonistas de esas aventuras editoriales. Durante este año y medio de bregar por los depósitos y páginas del "osario" periodístico (como dicen algunos técnicos), hemos encontrado, por alusiones o referencias, hechas en las páginas de esos diarios y revistas, nuevas publicaciones, o nos hemos topado con algún ejemplar inédito.
Estos nuevos hallazgos de publicaciones, vienen a completar el inventario histórico hemerográfica del país que iniciara Francisco Huezo y continuaran Pío Bolaños, Gustavo Alemán Bolaños, José H. Montalván, Carlos Meléndez Chaverri, Franco Cerutti, Mauricio Palláis Lacayo y Jorge Eduardo Arellano entre otros. Paradójicamente, ese inventario de publicaciones, lejos de aclararnos, por su volumen, naturaleza y variedad acentúan aún más, una serie de interrogantes de diversas facturas y su aproximación a las respuestas, pueden ayudar a orientar cualquier proyecto de investigación.
Interrogantes que nos remiten -a como decía anteriormente- a la historia socio-cultural del país desde sus orígenes republicanos. Preguntas que surgen por ejemplo, al constatar la enorme producción de publicaciones, en un país despoblado, analfabeto y sin desarrollo económico y tecnológico significativo a finales del siglo XIX e inicios del XX. En un lapso de tiempo de 70 años se publican -según los registros- más de 600 títulos ¿ a qué obedece este "boom" editorial? El período 1857-1930 es demasiado largo y complejo como para emitir un juicio uniforme.
Hay dos hechos interesantes que nos pueden dar una luz para aproximarnos al entendimiento de este fenómeno. Uno de ellos tiene que ver con la relativa estabilidad política surgida a raíz del fin de la guerra nacional y que conllevó la expulsión de las huestes filibusteras. Los gobiernos nacientes se dedicaron con mayor fuerza a la creación de un estado que lo elevara al "rango de Nación" (Kinloch, 1998: 84), con una carta magna, paz, un buen sistema de leyes, instrucción e ilustración de las masas (Ibid.:86).
En este contexto se iniciará una vertiginosa carrera de publicaciones periódicas, la mayoría con un claro perfil político que buscará institucionalizar el poder, en forma de nuevo Estado. El interés por la instrucción, y con ello la educación superior, refleja un deseo de las élites letradas usufructuarias de ese poder, de legitimar uno de los pilares de la nueva constitución: la propiedad privada. Abogados, escribas, burócratas se encargarán de darle cuerpo a ese naciente orden legal y constitucional, promulgando leyes, edictos, códigos, que se publicarán en la "Gaceta Oficial" fundada el 4 de julio de 1857 (Palláis Lacayo, 1982: 309).
Igualmente hay un afán por copiar modelos culturales y políticos, que para esas élites urbanas letradas, representa salir de la barbarie, presentándose ante las clases subalternas -según Frances Kinloch- como "diseminadores de la civilización europea" (Loc. cit.:86). Figuras prominentes de la altas clases sociales, si no han viajado a Europa o a Norteamérica, por lo menos han leído acerca de esos modelos culturales, y por tanto la prensa escrita tendrá entre sus paradigmas referenciales tres grandes tradiciones de este género: francesa, inglesa y estadounidense (en ese orden).
Dos datos confirman lo anterior: uno tiene que ver con cierta inmigración europea que llegó a Nicaragua durante la segunda década de siglo XIX e inicios del XX. Estos ciudadanos, algunos de ellos de desconocida procedencia social, contribuyeron al establecimiento de un tipo de periodismo, de corte metropolitano, modernizante, al incorporar el reporterismo, la publicidad como medios de sostén económico del medio y como vehículo de fomento del modelo capitalista de corte liberal agroexportador que se estaba construyendo, el concepto de distribución y el de periodicidad que desembocará en el diarismo.
Estos inmigrantes como el alemán Enrique Gottel, el italiano Fabio Carnevallini y el español Manuel J. Riguero tenían en común no tanto la vocación por las letras como la del comerciante o hacendado capitalista (Op. cit.: 23). "El Porvenir de Nicaragua" (1865-1886), fundado por Gottel tendrá la novedad de ser una de las primeras publicaciones que obedece en su concepción no tanto a un bando político como a un afán por divulgar noticias sociales y fomentar la especulación comercial (Loc. cit.: 23).
La prensa escrita nicaragüense en su evolución, como pieza de la naciente circulación del capital (Gandásegui, 1987: 29) dentro del modelo agroexportador cafetalero y posteriormente bananero, tratará de copiar las concepciones y formas comerciales europeas o norteamericanas. En esa lógica transformadora y de apropiación cultural de la burguesía (Ramírez, 1983: 22-25) los periódicos seguirán los mismos pasos, que dieron en su evolución la prensa parisina y londinense a finales del siglo XVIII y la primera mitad del XIX. Periódicos que abordan las sesiones y las votaciones del congreso, dan a conocer los movimientos de la propiedad en el "mercado", secciones de notas sociales, necrológicas o de viajes, constituyéndose ante la carencia de libros y escuelas en fuentes de instrucción (Op. cit.: 83).
El perfil del periódico "Patriote Francais emborronado con elegantes palabras en el prospecto dado a conocer por el revolucionario francés Mirabeau, donde "sus musas más severas se consagrarán a la Constitución, la Patria y la Libertad",(Loc. cit.: 83) será acogida como norma no escrita por la mayoría de las publicaciones nacientes. Los títulos y lemas de los periódicos recogen ese ideal de nación cuyos modelos se diluyen entre el republicano francés y el federal norteamericano *.
En su evolución y siguiendo la lógica y los modelos internacionales de las publicaciones periódicas aparecerá un nuevo género: la revista especializada. Alrededor de éstas convergerán grupos de intelectuales, la mayoría de ellos separados de los periódicos por razones políticas o limitación de espacios para artículos de mayor extensión, con el fin de llegar a sectores letrados urbanos de cierta posición social que ven a estos (periódicos) como géneros inferiores. El "Termómetro" será una de las primeras de esas publicaciones, luego se multiplicarán durante el régimen de Zelaya.
De igual forma los diarios aparecerán con formatos y presentaciones similares en su estructura y estilo gráfico a The New York Times, principalmente durante la consolidación del diarismo entre 1884 y 1896: letras góticas, cuatro páginas, dos de anuncios y dos noticias. Estos cambios están en consonancia con la paulatina transformación económica, social y cultural operada principalmente en la infraestructura comunicacional del país, con la introducción del telégrafo (1878-9), el ferrocarril (1885) el teléfono, la luz eléctrica (1902) y el automóvil (1902).
El desarrollo de las comunicaciones nos lleva a otra pregunta: por responder, ¿quiénes eran los propietarios o directores de esos medios escritos y cuáles eran sus intereses?. La mayoría de los propietarios de estas publicaciones eran comerciantes privados, hacendados urbanos que se dedicaban eventualmente a la administración estatal, la enseñanza privada o pública, es decir de una u otra forma estaban vinculados con los hilos del poder, o la oposición, pero nunca neutrales.
El desarrollo de las comunicaciones durante el auge agroexportador de finales del siglo XIX es un referente importante a tomar en cuenta a la hora de estudiar la historia del periodismo. Porque como dice Mattelat "el desarrollo de estos medios tendrá un impacto en la "integración económica mundial" (Mattelat, 1998; 14) es decir, será el vehículo hacia la modernización en el que tratarán de montarse -aunque sea idealmente- los sucesivos gobiernos del país.
Constatamos que la mayoría de las publicaciones periódicas obedecen o están influenciadas por proyectos político-partidarios, son de corta duración y a pesar del descenso en la producción de textos impresos, debido al férreo control impuesto por los regímenes llegados al poder después del período de los treinta años conservadores (Molina, 1995; 34), continuarán apareciendo nuevos proyectos editoriales, muchos de ellos con gran iniciativa empresarial. ¿Quiénes eran los receptores de todas estas publicaciones? La respuesta a esta pregunta, dentro del marco de un proyecto de investigación nos remitirá irremediablemente a desmenuzar el contexto socio-cultural y político en que aparecen.
El estudio desde la recepción nos llevará a conocer las motivaciones de los potenciales lectores, sabiendo que ese público consumidor, por las características del medio y su alcance, es eminentemente urbano. La mayoría -como dice Ángel Rama- pertenecen a la ciudad letrada y otro pequeño sector educado y alfabetizado que aspira a entrar a la misma (Rama, 1985: 13) . Nicaragua hasta 1928 -según cálculos de Cumberland- tenía una población que se aproximaba a los 300 mil habitantes (Cumberland, 1978: 24) y para tener una idea de los alfabetizados, partiendo del censo de 1920, únicamente el 19 por ciento de la población en edad escolar se mantenía con regularidad en las escuelas.
Otra pregunta a la que debemos buscar respuesta, tiene que ver con el tiraje de los periódicos y revistas. No se ha encontrado hasta el momento ningún registro acerca de este rubro, ni su radio de distribución. Paradójico esto, ya que durante el régimen de Zelaya existió un estricto control sobre las publicaciones, incluso reformó la Ley de Imprenta de 1894, con el fin de darle legalidad a sus acciones. De igual forma las reformas hechas a esta misma Ley en 1910, si bien quitaban las trabas a la libertad de imprenta del régimen anterior, mantenían cierto control sobre las publicaciones.
Iniciar un estudio sobre la prensa escrita del siglo XX debe de partir de 1884, fecha emblemática ya que es el año en que aparece lo que será el primer proyecto periodístico sólido. La aparición de "El Diario Nicaragüense" de Granada, implicó un salto cualitativo en la forma de hacer periodismo, ya que el hecho de tener una frecuencia diaria implicaba un mínimo de organización y de personal permanente en las labores administrativas y periodísticas.
El "Diario Nicaragüense", es una empresa periodística que nace al amparo del capital comercial granadino, ejemplo de los cambios que ha traído, además de la inserción de Nicaragua al mercado internacional, la influencia de las doctrinas positivista y liberal en la clase política criolla. Un signo de ello lo demuestra -como bien lo refiere el doctor Emilio Álvarez Lejarza- la contratación de profesores liberales españoles durante el gobierno de Pedro Joaquín Chamorro y la expulsión de los jesuitas, porque "desean aparecer como partido de ideas nuevas y se apartan de las bellas tradiciones y se encaminan hacia el liberalismo a pasos agigantados" (Alvarez, 1964: 23-25).
Importante referente - ya mencionado por historiadores - que nos ayuda a verificar tendencias o proyecciones, en la evolución del pensamiento político de Nicaragua y como dice Amelia Mondragón -para el contexto que analizamos- la oposición libero-conservadora se expresará no tanto en lo ideológico, como en la "oposición regional" y de intereses económicos (Mondragón, 1990-91: 94). La proliferación de empresas periodísticas diarias, si bien mantendrán la polarización política bipartidista, buscarán consolidarse como proyecto, creando incipientes iniciativas de mercadeo o publicidad, aunque hasta los años 20, con marcada discriminación partidaria.
El diario "El Comercio" (1896) es el segundo proyecto periodístico que surge bajo el amparo del auge modernizante de finales del siglo XIX e inicios del XX. La importancia histórica radica en que nace y se mantiene como proyecto privado, con autonomía editorial, aunque con cierta inclinación partidista liberal (no dictatorial), sintiendo los rigores de la censura y de la presión política durante sus 33 años de existencia.
Para terminar este breve recuento de proyectos periodísticos que marcarán tendencias, por su trayectoria e influencia en la vida diaria nacional, es importante mencionar el diario "La Noticia" (1915), "El Centroamericano" de León y "La Prensa" (1926), actualmente el proyecto periodístico más antiguo del país. Los tres nacen como iniciativas empresariales privadas, aunque sus dueños representan claras filiaciones partidarias. Aparecen en circunstancias especiales, en un contexto político caldeado por las luchas intestinas y la injerencia norteamericana en los asuntos internos del país que desembocarán en la guerra civil y la intervención militar directa de la marinería yankee a finales de los años 20.
Los años treinta representa - a mi manera de ver - otra etapa en la evolución de la prensa periódica, ya que en este período, si bien aún agitado políticamente, se logra cierta estabilidad en la gestión gubernamental, se introducen nuevas tecnologías comunicacionales como la radio, se mejoran las técnicas de impresión con nuevas rotativas y fotomecánica, masificando el uso de la fotografía en las revista y diarios. La población aumenta, y aunque se mantiene un alto índice de analfabetismo, hay más lectores nominales. Pero también los diarios tienen que aprender a compartir y competir por la audiencia con los medios de hondas herzianas, que se popularizan rápidamente, en un mercado aún incipiente pero con cierto dinamismo.
Por otro lado, la evolución de las revistas se desenvuelve, en cuanto a su dinámica cultural, paralelamente con la de los periódicos . Si bien es cierto que como empresas periodísticas no tuvieron (ni han tenido en la actualidad) la misma suerte que la de los diarios, sin embargo su presencia a lo largo de este período contribuyó a diversificar las ofertas, dinamizar, y complejizar el debate de las ideas en los diversos estamentos de la sociedad, durante el período analizado.
De los más de 600 títulos registrados en el período señalado anteriormente, alrededor de 100 corresponden a revistas especializadas. Son publicaciones que responden a grupos de intereses , clubes, gremios, asociaciones, etc., y que buscan dar a conocer las novedades de sus proyectos personales o colectivos y mantener una ventana abierta a las novedades del mundo exterior, principalmente los centros culturales por excelencia: París, Londres o Nueva York.
Es importante señalar que el periodismo como profesión apenas comienza a tomar forma en Nicaragua con la consolidación de las empresas periodísticas diarias en la segunda y tercera década del siglo XX. Por tanto los que ejercerán este oficio, durante este período, serán en su mayoría, profesionales de la medicina, del derecho, literatos, comerciantes o hacendados, - como decíamos anteriormente- que ejercen eventualmente la política, se convertirán en burócratas, maestros de escuelas, institutos de secundaria o directores-propietarios de revistas especializadas o de variedades.
En conclusión, puedo señalar que un estudio de la historia de la prensa escrita en el siglo XX, tendrá que comenzar interrogando ciertos eventos socio-culturales y políticos de finales del siglo XIX: la apertura de Nicaragua a los mercados internacionales en siglo XIX e inicios del XX y su impacto ; el desarrollo de los medios de comunicación ; las políticas educativas en la revolución zelayista y el proceso de urbanización ; la intervención norteamericana, entre otras . Interrogantes que deben llevarnos a conocer la evolución del pensamiento o mentalidades y la articulación de los distintos discursos, que confluyen en la configuración de las identidades culturales desde las páginas de las publicaciones.
De igual forma, conocer desde una perspectiva histórica, a los sujetos y objetos de estas aventuras editoriales, con el fin de constatar su razón social y política. Proyectos periodísticos sólidos, en algunos casos nacidos por iniciativa personal de intelectuales de clase media, y que en su evolución responderán a los intereses de quienes detentan -como dice Rama- el Poder Letrado. Por otro lado sectores históricamente subalternizados, como los obreros, las mujeres, campesinos entre otros, ¿cómo se expresan en esta cultura impresa?
La evolución de la prensa escrita de igual manera refleja el desarrollo socio-cultural del país, con todos sus agravantes y atenuantes. Un estudio retrospectivo evidenciará las continuidades y rupturas en el ejercicio del periodismo y de los modelos de pensamiento que han marcado el siglo.
Constatará el lastre partidario que aún hoy día perdura en las publicaciones, sus limitaciones técnicas y profesionales, su sobrevivencia en un mercado audiovisual más exigente y competitivo . Reflejo del atraso o limitaciones de un modelo mercantil, en vía de globalizarse, que no termina de entender las ventajas de los medios de comunicación en el mundo capitalista, donde la lógica es que "se fortalecen y perfeccionan en función de su papel estimulante de la producción y el consumo" (Op. cit..: 15).
vuelve
*Entre los periódicos que reflejan en sus títulos y lemas
las aspiraciones de Justicia, Libertad, Orden están El Centroamericano
(1957) fundado por Anselmo H. Rivas llevaba por lema: "El Patriotismo es
la virtud más noble de un ciudadano"; Boletín de Noticias
(1863), lema: "La justicia vence"; El Eco de Occidente trae el siguiente
lema: El hombre no nació para si mismo sino para su patria ; Libertad
(1867); El Constitucional (1885), entre otros. También
los títulos de periódicos que toman el nombre de Nicaragua,
reflejan en sus propuestas, esos tres pilares, como ideales de un estado
nacional: Mentor Nicaragüense (1841), La Unión Nicaragüense
(1861), El Porvenir de Nicaragua (1861), El Semanal Nicaragüense,
La Gaceta de Nicaragua ( 1865), El Diario de Nicaragua (1884);
El Diario Nicaragüense (1884), entre otros. Ver Palláis
Lacayo, M El periodismo en Nicaragua 1826-1876. Edit. Banco Central,
1982; Catálogo de Periódicos y Revistas de Nicaragua (1830-1930),
Hemeroteca Nacional "Manolo Cuadra", Instituto Nicaragüense de Cultura,
1992.
*Istmo*
*Dirección: Associate Professor Mary Addis*
*Realización: Cheryl Johnson*
*Modificado 05/01/01*
*© Istmo, 2000*