Miguel Angel Herrera C.
Pericles y los Pícaros Costeños:
"Mestizos" y Criollos en la Prensa Escrita de Bluefields

1894-1920*

 

Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (UCA-Managua)
 
herrerac@ns.uca.edu.ni
I. Memoria en el Espejo*II. Paisaje étnico*III. Escenario de la letra impresa*IV. Conclusiones*Notas

Introducción
Alejandro Pasos tenía diez años de residir en la Costa Caribe de Nicaragua, cuando en 1925 decidió regresar al "interior" del país. Al dar a conocer su decisión a la opinión pública de Bluefields y a la comunidad letrada de la Costa, a través del periódico El Correo del Caribe, también develó su identidad que había permanecido oculta durante ese tiempo, en el citado periódico, bajo el seudónimo literario de "Pericles" y desde el cual intervenía en la problemática comunal de la ciudad, exponiendo las ideas de los "mestizos" del Pacífico. En sus artículos periodísticos, el autor citado confrontaba a los "pícaros costeños", quienes intentaban reafirmar su identidad por medio de sus acciones colectivas y de su cultura, ocupando un lugar en el gobierno municipal. Poseedores de una educación de mayor nivel que los mestizos, los criollos ocupaban un lugar de preminencia, en el nuevo plano social de la ciudad de Bluefields, que se produjo con la anexión de la Costa Caribe, en 1894, al poder político central de Nicaragua, manifestándose a través de la prensa escrita.

A partir de la "reincorporación" de la Mosquitia se produce un nuevo fenómeno en la constitución del Estado Nacional de Nicaragua. Un fragmento de la elite nicaragüense, los comerciantes granadinos, desplazan del poder político a la Corona Mosquitia, ocupando posiciones de preminencia social y política en Bluefields, el principal asentamiento urbano de la Costa Caribe en Nicaragua, y en el que hasta entonces habían prevalecido los afrocaribes o "criollos".

En el presente estudio intentaremos mostrar, por medio del análisis del discurso textual de documentos y periódicos, escritos y editados por criollos y "mestizos", cómo la ocupación de ese espacio urbano, por parte de las elites del Pacífico, produjo un proceso a través del cual se configura el otro espejo en el que las elites ladinas tambien se imaginaron como "mestizas".1 Estas elites están constituidas por comerciantes, funcionarios de gobierno, policías, militares y abogados, quienes procedían de la región del Pacífico de Nicaragua e hicieron del territorio de la costa Caribe, el espacio de reconquista que le proporcionaba fundamento histórico, de carácter fundatriz, para la "mestización" del país.

La "reincorporación" de la costa es un argumento del que se sirven las elites del Pacífico, para intentar "homogenizar" la Nicaragua mestiza, a través de la exaltación de las diferencias con los criollos y de la invisibilización de las etnias indígenas como los sumos, ramas y miskitos.

En los "mestizos" cada vez que se enuncia el concepto de "reincorporación" se activa la memoria histórica. Para las elites del Pacífico de finales del siglo XIX, el territorio de la costa Caribe es una herencia del poder colonial español, y los criollos son percibidos como advenedizos o invasores que poseen, por condición de su raza, una cultura diferente y ajena a la "mestiza" que es la que homogeniza y en base a la cual está constituida la nación nicaragüense. Esta concepción de la herencia colonial española, se enfrenta con la cultura inglesa que los criollos heredan en virtud de su pasado histórico.2 Constituyéndose en el espejo roto sobre el cual la elite ladina se observa como "mestiza", estableciendo diferencias con los otros, los criollos.

I. La Memoria en el espejo. Definiendo la frontera étnica.

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El puerto de San Juan del Norte, en la desembocadura del río San Juan en el mar Caribe, fue el escenario principal del que se sirvieron las elites gobernantes del Pacífico, hasta 1880, utilizándolo como asiento principal para su presencia en el Caribe nicaragüense. Hasta entonces este puerto representó su principal frontera, la que delineó su espacio nacional y como tal lo imaginaron. Durante varios siglos había representado el lugar del confin, en donde el país no solamente se relacionaba con el exterior, sino también a dónde se confinaba lo que representaba peligro para el poder "central" del Pacífico. Stanislaus Bell, súbdito inglés y empresario dedicado a la extracción de madera en la costa Caribe, en una comunicación dirigida al Gobernador británico en Jamaica, destacaba esta condición del puerto: "Muchos criminales del interior que conocen bien San Juan, pues este lugar, hasta la fecha, ha sido utilizado para desterrar a los convictos".3  En el orden espacial del poder, el "Interior" es opuesto al lugar destinado para la sanidad social, el confin, a donde eran destinados quienes atentaban contra el orden social del "interior".
La representación mental del mapa de Nicaragua, que está presente en los documentos oficiales de la época al nombrar San Juan del Norte, también denota un sentido de lo externo (el Caribe) en relación al "interior" (el Pacífico), que además de expresar el centro del poder también manifiesta la centralidad de la vida social del país.4  Los acontecimientos que ocurren en este centro juegan el rol de significantes que establecen la diferencia, entre el puerto pujante y ordenado ubicado en la frontera con el exterior, en donde se realiza una activa vida comercial, y el "interior", el espacio en donde reside el centro político siempre inestable, tal y como lo reseña el cónsul norteamericano Squire B. Cotrell, en 1856, quien en un informe destacaba que la actividad comercial del puerto durante 1854 había sido muy poca debido a las condiciones de inestabilidad "de los asuntos en el interior de Nicaragua."5

Ese sentido del "exterior", es reforzado por la denominación de "español" con que los "otros" nombran a los "mestizos". Esa denominación procedía de los ingleses, quienes así identificaban a los habitantes de la región del Pacífico, independientemente que éstos fuesen indígenas, ladinos, mulatos o mestizos, para distinguirlos de las otras nacionalidades existentes en la costa Caribe:

"En la tarde tuve la oportunidad de visitar en casa a Monsieur de Barruel, un comerciante francés del lugar, y encontrándole con su familia, presos de un gran miedo, porque los lancheros españoles -entre cuarenta y cincuenta que hacía poco habían bajado con carga por el río- los fueran a atacar."6
Españoles eran nombrados los bogas del lago de Nicaragua y el río San Juan, independientemente de su procedencia étnica.7

Los conflictos locales en el puerto de San Juan del Norte afirmaron un sentido de pertenencia protonacional, en el cual el componente étnico representó un papel importante en la relación de identidad entre los bogas. En estos conflictos locales que se suscitaron en el puerto, entre 1848 y 1856, los guardianes del orden interno o policías que representaban al protectorado británico sobre la Mosquitia,8 eran de origen "creole". A ellos les correspondió reprimir los motines que se suscitaron en el puerto de San Juan del Norte y cuyos protagonistas fueron los bogas o "marineros" del río San Juan.9 Un reporte del periódico leonés el Correo del Istmo daba cuenta que el 26 de marzo de 1850, Raimundo Selva -un prominente comerciante leonés-granadino, fue asaltado

"... por unos negros, llamados allí Policías (...). Igual tropelía fue ejecutada en más de 25 marineros de Granada, que habían llegado en la piragua "Capitana" perteneciente a Mr. Pedro Rouhaud. Ellos corrieron la misma suerte que Selva: fueron llevados a la cárcel, encerrados en un calbozo, despojados de sus vestidos, e inhumanamente azotados."10
 

Esa oposición, entre el "interior" y el "exterior", y entre el "español" y los otros (negros o criollos, miskitos, sumus, garífunas, etc.) también se trasladó a Bluefields, al tiempo en que esta población desplazó a San Juan del Norte como centro comercial, sobre todo a partir del año1880 en que las plantaciones bananeras convirtieron aquella población en su principal centro de actividad comercial. Ese sentido de lo externo también se desplazó hacia Bluefields, en donde reafirmó con la demarcación de la frontera étnica, por medio de la  diferenciación que los "mestizos" hacían con el otro, representado por la población criolla. Los ladinos o "mestizos", procedían del Pacífico y se reconocían así mismos como "hispanos-nicaragüenses", estaban constituidos por comerciantes, funcionarios de gobierno, policías, militares, abogados, artesanos (sastres, zapateros, joyeros), en su mayoría de origen granadino.

Esta demarcación no solamente es del espacio territorial, sino que, en virtud del traslape étnico que señala Wünderich11, desde mediados del siglo XIX, en el paisaje humano de San Juan del Norte comenzó a delinearse un nuevo "mestizo" que surgía en las contradicciones entre los comerciantes europeos, el Estado nicaragüense y los representantes diplomáticos extraregionales.

II. El paisaje étnico en el plano de la ciudad

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Bluefields tenía una distribución espacial urbana característica del Caribe inglés por influencia de los criollos, quienes habían ocupado lugar en la dirección de los asuntos municipales desde mucho antes de la anexión. Esta distribución espacial no estuvo centrada en el mercado indígena o colonial español12 sino en su adaptación a la bahía, en la que destacan los centros religiosos, educativos y los espacios para la socialización, como los parques. Las calles son bautizadas con nombres que conmemoran por igual a personajes ladinos como Rigoberto Cabezas, o criollos como Albert y Patterson, o simplemente recuerdan el esfuerzo colectivo de la comunidad como la calle de El Comercio, la que con el tiempo llegó a ser la principal. Templos como el Moravo o la iglesia Anglicana, o el de los capuchinos, se convirtieron en puntos de referencia que denotaban la presencia de una diversidad de culturas diferentes. Hacia 1911 la prensa blufileña critica los intentos del gobierno nacional, de crear una Junta de Fomento de la ciudad, cuyas funciones serían las de encargarse del ornato y las obras públicas de la localidad y dividir las otras funciones, como beneficencia e instrucción pública, entre distintos organismos corporativos. En la Municipalidad ya coexistían ladinos del Pacífico como Buenaventura Cárdenas, Joaquín Estrada, Rogerio Malespín y Emilio Benard con los criollos W.K. Ingram y A.E. Kruse13.
En el plano étnico de esta ciudad, los afro-caribes o criollos contaban con una historia propia la que se desarrolla principalmente en la ciudad de Bluefields. Todos tenían un origen común que los vinculaba, eran descendientes de Robert Hodgson o procedían de las inmigraciones procedentes de las islas del Caribe, especialmente de Jamaica.14  Entre 1790 y 1890, había experimentado un crecimiento de su población debido a la creciente cantidad de inmigrantes procedentes del gran Caribe, y al asentamiento de un importante núcleo de esclavos libertos, procedentes del Caribe centroamericano. Un reporte español en 1790, daba cuenta de la existencia en Bluefields de 200 esclavos negros y 30 hombres de diversas naciones.15 Sin embargo en la taxonomia social republicana aparecen diferenciadas las almas por el pigmento de la piel, entre blancos y los "de color", un censo del año 1847 y publicado en León, informaba que la ciudad contaba con 599 "almas", las que eran clasificadas por género, edad y color de la piel: "111 blancos" y "488 individuos de color".16  A diferencia de San Juan del Norte en donde para esa misma época
"La población constaba de unas 500 personas; de éstas 10 o 12 son angloamericanos, 25 ingleses y 12 franceses y alemanes. El resto se compone de negros de Jamaica y de naturales. ... Las casas ocupadas por naturales y por los negros eran en su mayor parte de armazón de madera, con techos de huano u hojas de palma."17
En Bluefields, los criollos poseían un sentido de pertenencia común, se percibían como originarios, independientemente que no lo fueran, lo étnico prevalecía en la construcción de este sentido.

El auge de la producción bananera, durante la década de 1880, fue el origen del último movimiento inmigratorio que hizo incrementar en 2.000 el número de habitantes, incluidos los "mestizos" del Pacífico de Nicaragua. Los datos censales se refieren fundamentalmente a la ciudad de Bluefields. El criollo o afro-caribe aparece en el plano de la ciudad como parte integrante de su paisaje humano y la prensa difunde su presencia, la hace circular a través de la letra impresa.

Los criterios en los que se fundamenta esta taxonomia social y étnica prevalecerán aún en los tiempos de la anexión, hacia 1894. En el discurso textual de la prensa y en los documentos oficiales del Estado de Nicaragua, en el período 1894-1930, es muy común encontrar categorías o conceptos que adquieren valor solamente en su oposición: españoles-jamaiquinos (negros); civilizados-salvajes; herederos-inmigrantes; cultos-iletrados; costumbres tradicionales-modos y costumbres, ridículas. La siguiente nota social presenta esta diferenciación en las costumbres, el modo de sociabilizar que estaba presente entre "mestizos" y "costeños":

"El 15 de noviembre tuvo lugar un simpático baile en este pueblo, obsequiado por la colonia americana al sexo femenino del distrito. Fueron admitidas todas las personas que concurrieron con traje decente, y advertidos de que sería desechado todo aquel que promoviera desorden o no se condujera con la desencia debida. Terminó como a las 3 pm del 16 y fue una lección para todos aquellos que abusan por su desmoralización y que cuando delinquen se acusan de ebrios para disculpar sus delitos."18
En estas imágenes que asoman en el espejo de la letra impresa, la elite ladina establece sus diferencias con los otros, los criollos y los sumus, para definirse como mestiza.

El papel de intermediarios que desempeñan los criollos en las plantaciones de bananos; el carácter de plantadores independientes que algunos elementos representativos llegan a tener, pero sobre todo el desarrollo que lograron alcanzar en la educación, fueron los factores que les dieron poder y les permitió ocupar un lugar frente a los ladinos del Pacífico nicaragüense. Entre las acciones colectivas de los criollos, destaca su participación en los gobiernos municipales y su manifestación en la opinión pública citadina a través de la prensa escrita. El nivel de educación que obtuvieron gracias a la labor misionera de la iglesia morava, fue de tal magnitud que en 1900, la ciudad de Bluefields contaba con escuela primaria y otra de secundaria, a las que asistían los criollos.

George Hodgson, un prominente dirigente criollo, era originario de la isla de San Andrés. Dolores Brown, de 27 años, nació en Colombia y emigró a la Costa desde muy niña con su familia, destacándose como alumna en las escuelas locales; su hermano, Félix S. Brown era Juez de la Corte Local.19

La educación tuvo reconocimiento social en la jerarquización étnica que comenzó a experimentar la ciudad. Mr. Leroy Hodgson, fue objeto de una reseña en el periódico The American, en la misma se destacaba las virtudes del personaje, quien se dirigía a Washington D.C., a realizar un curso de teología en la Universidad de Howard. La gacetilla social concluía que Mr. Hodgson "tuvo un magnífico desempeño como instructor de español en la Escuela Morava. The American considera que este hombre joven sabrá representar a Bluefields y le desea suerte y éxitos."20

Es tal el grado de prestigio social que logra adquirir la educación, que su dedicación tiene un rango de apostolado social que solamente es asumido por quienes tienen mucho compromiso social. La siguiente declaración es una buena muestra: "El suscrito informa al público que el rumor que anda circulando acerca de su renuncia al Moravian Day School, para dedicarse a establecer una escuela privada, es absolutamente falso y no tiene ningún fundamento."21

La nota social, que reseñaba los acontecimientos y eventos sociales, tuvo cobertura por todo el territorio de la costa Caribe. La prensa de Bluefields buscaba cómo integrar socialmente a la comunidad y para ello utiliza la nota social. Las crónicas sociales están redactadas en forma de gacetillas, dispuestas en una columna en una página del periódico. La vida y la muerte en esta comunidad están reflejadas en las reseñas de los graciosos bebés que nacieron en el hogar del señor y la señora Tony Martin (Hotel Tropical) y de Luis Sequeira. El fallecimiento de Dolores Brown, de 27 años, nacida en Colombia pero quien llegó a la Costa desde muy niña con su familia y se destacó en las escuelas locales, a tal punto que fue escogida por el Gobierno central para realizar estudios en la Escuela Normal de Managua.22

En estas notas también se encuentra un sentido de diferenciación en el marco de una convivencia étnica de carácter conflictivo, el cual reside no solamente en el origen, sino también en su calidades de formación en la escuela formal. La prensa por medio de la propaganda comercial también formó sentidos de diferenciación étnica, los que se constituyeron en espejos mediante los cuales los "mestizos" se imaginaron como tales racialmente. El blanco es sinónimo de progreso en la siguiente propaganda comercial sobre un libro que circuló en Bluefields a finales de la última década de 1920:

"La vida del blanco en la tierra del negro". Michel Tican. Dos vols. Editorial Lux, Barcelona. El autor, intrépido viajero, relata su expedición al Africa central y occidental, revelando "las características de aquellas razas, las maravillas de antiquísimas civilizaciones, las costumbres de aquellos pueblos, rehacios aun a la penetración del progreso"23
La importancia que tiene la educación en la comunidad costeña se refleja también en el número de periódicos que hubo en la ciudad y la región, desde los últimos años del siglo XIX y durante el siglo XX. El periódico, en la costa Caribe, llega a adquirir el carácter de escuela que Gramsci le otorgó en su época,24 promoviendo el consumo de la palabra impresa a través de la publicidad: "Gratis Gratis. Se obsequia un famoso Almanáque Hispano-Americano, al que se suscriba a La Nueva Democracia, revista mensual ilustrada por el Comité de Cooperación en la América Latina. Entiéndase con su Agente. W.G. Allen".25; u, organizando la lectura y promoviendo las diferentes formas de acceder a la palabra impresa: "Libros por cinco centavos. Una biblioteca ambulante ha sido inaugurada recientemente en el Convento de la Divina Pastora, en donde los libros pueden ser alquilados por cinco centavos a la semana y cuando se hayan pagado cincuenta centavos se les dará libre de todo cargo."26

La lectura además de tener el carácter de agradar y generar un sentido de identificación entre los "mestizos" que arribaban al extraño mundo de la Costa Caribe, también orientaba, en "La vida del blanco en la tierra del negro". Michel Tican - señala el anuncio del periódico - describe la vida de los blancos entre los negros.27

Los mismos comerciantes establecidos en la región y que anunciaban su actividad eran los consumidores del periódico, ellos también hacían circular el periódico y en ocasiones eran corresponsales. Periódico y noticias circulaban por las mismas vías en que lo hacían las mercancías. La Bluefields Steamship Co. también fue un elemento importante en la existencia de la prensa regional, no solamente por la actividad que generaba, sino directamente promoviendo su publicación y la circulación. Los anuncios de la Bluefields Steam Ship Co. destacan en la primera plana, son los únicos. Al mismo tiempo que facilitaba la circulación de las revistas editadas en Estados Unidos y que fueron objeto de consumo en la Costa, con lo cual podía distinguirse del Pacífico, en donde eran muy extrañas las revistas del exterior:

"America
Revista Mensual Ilustrada
Metropolitan BLDG
New York
Publicada por The America Co.
La mejor de su clase en el universo ya por el material de lectura así como por la ilustración sin competencia de sus editores.
Agentes La voz del Atlántico"28
Las sodas, los clubes sociales y las librerías eran lo espacios en los que se consumía la literatura y en donde funcionaba la escuela de adultos, se formaban las corrientes de opinión y se gestaban movimientos autonómicos. Un anuncio destacaba que en la Librería y Papelería de la Casa Alemana "Mantienen siempre un gran y variado surtido de obras históricas y clásicas, por los autores más célebres. Novelas.Diccionarios. Papel y cubiertas. Tarjetas. Surtido completo de artículos para escritorio etc. etc. Precios módicos."29

La Botica Americana ofrecía la edición inglesa y española de El Tesoro de la Juventud "una obra creada para satisfacer "la divina curiosidad" de los jóvenes. Responde a cualquier pregunta que pueda hacer un niño, de un modo claro y en el lenguaje sencillo. Educa a un tiempo al niño y al padre."  20 volúmenes por $85. Crédito $6 mensuales a personas abonadas.30

III. El escenario de la letra impresa

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Más que un creador de legalidad grafémica, el periódico costeño es un organizador social que proporciona sentido a la vida urbana y crea identidades, al reproducir el plano de una ciudad que no solamente existía fisícamente sino que era observable en los espejos que formaban sus páginas impresas.

Los periódicos al igual que las compañías de transporte marítimo y fluvial, vinculaban la ciudad con las regiones de la costa, su ecumene natural, el Caribe. La actividad de los actores económicos y sociales, el tipo de intereses que tenían, su movilidad geográfica y social, va revelando también el universo económico de la costa Caribe en Nicaragua: Bocas del Toro y Colón, en Panamá; Puerto Limón, en Costa Rica; Cárdenas, en Cuba; Cabo Gracias, Río Prinzapolka, Wawa, río Indio, Bonanza, en Nicaragua; son referentes geográficos muy comunes en las páginas impresas de los periódicos de la Costa.

Los límites del Estado los produce el inventario de recursos, la segmentación del espacio que la legalidad "mestiza" dibuja en los decretos mediante los cuales legaliza la distribución de la tierra conquistada. El decreto del 7 de enero de 1907 mandaba la cesión de derechos de propiedad a los poseedores de antes de la anexión de 1894. El Regidor Municipal escribe una columna en la que aclara que no existen terrenos nacionales en el perímetro urbano. El argumento principal para negar derechos de propiedad a los solicitantes, es que el Gobierno local de Bluefields es sucesor en todos los derechos al extinto Gobierno Municipal de la Reserva Mosquitia, y según las leyes nacionales los terrenos arrendados y baldíos son propiedad comunal, por tanto forman parte del patrimonio municipal. El decreto gubernamental citado solamente es válido para los terrenos en "poblaciones como Rama, Laguna de Perlas, Corn Island, etc., etc., en las cuales no hay municipios (...) porque tales terrenos son nacionales". Se comprende que los terrenos de Bluefields tenían más valor y que el objetivo que perseguían las autoridades mestizas, era el de nacionalizar las comunidades indígenas, creando jurisprudencia en torno a la propiedad indígena.31

Un informe oficial del gobierno de Nicaragua daba cuenta de la existencia, en la costa Caribe, de cinco semanarios en 1925, "más que en la ciudad de Colón (Panamá), con ser ésta siete u ocho veces mayor."32 Los que mayor permanencia o duración tuvieron, fueron aquellos vinculados a los criollos o, a los representantes de las compañías extranjeras. The American y La Voz del Atlántico, periódicos dirigidos por Frederick Platts y Herbert P. Salter, circularon en la región entre 1911 y 1940. Mientras que los semanarios dirigidos por los mestizos del Pacífico, tuvieron muy poca permanencia. Los periódicos también revelan la existencia de una comunidad de lectores, quienes integran una particular ciudad letrada y en la que los criollos participan no solamente como lectores, sino también como gestores de acciones colectivas.

Una de estas fue la Junta Patriótica de Bluefields, organismo en el que participaban criollos y mestizos, se reunía en el Teatro Variedades y tenía por objetivo "... la nacionalización y el progreso de Bluefields y todos sus esfuerzos van dirijidos a obtener la unificación, el resurgimiento y el desarrollo del Departamento ...". La crónica, suscrita bajo el seudónimo "Cronista Ad-Hoc", destaca que participaron más de 300 personas y que "se habló en español e inglés, puesto que asistieron muchos amigos de habla inglesa."33

A pesar de la activa participación de los criollos junto a los mestizos, éstos manifestaban públicamente sus recelos y suspicacias por aquellos. Rubén Guido, mestizo, en un escrito publicado en La Información, en vísperas de elecciones locales, declaró su preferencia por los mestizos como "funcionarios del Interior antes que a los Pícaros Costeños." Una nota de contestación apareció en El Correo del Caribe, suscrita bajo el seudónimo de Un Elector, y llama la atención al pueblo de Bluefields en el sentido de que la mayoría de los funcionarios de gobierno son familiares de Guido y lo emplaza a que aclare lo del calificativo: "Si el ofensor Guido exceptúa esos parientes, entonces que diga quiénes son esos PíCAROS COSTEÑOS a los que se refirió, de lo contrario tomaremos el insulto como dirijido a toda la colectividad a la que cubre de fango."34 El concepto diferenciador prevalecía en las mentalidades colectivas de los "mestizos", aún durante la última década de 1920.

IV. Conclusiones

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La prensa de Bluefields crea, mediante su discurso textual, el universo de la región Caribe dibujando la geografía de ésta. Los informes locales de los corresponsales, los anuncios mercantiles, las referencias a la localización de los personajes prominentes de la vida social en las localidades, se encargan de delinear una geografía regional cuyo mapa es dibujado por la palabra impresa y su imagen circula a la misma velocidad de las mercancías que anuncian los periódicos.

En el Caribe de la anexión, a diferencia del Pacífico nicaragüense, no serán las leyes, los decretos, las normas o los reglamentos, quienes legalicen y legitimen las prácticas sociales de los sujetos en la comunidad costeña, sino el uso y dominio de las mercancías, el consumo del hielo, la luz eléctrica, las bebidas gaseosas, las cervezas, de los mobiliarios y de la ropa importada, lo que marcará la diferencia entre los costeños y los ladinos del Pacífico, quienes terminarán asimilados por aquellos.

La prensa escrita de Bluefields constituye el otro espejo en el que las elites del Pacífico de Nicaragua, se imaginaron a sí mismas mestizas y por tanto étnicamente homogéneas.

La cultura impresa de los criollos en Bluefields está determinada por el patrón cultural que establecieron sus relaciones con los ingleses. Antes de la anexión, la difusión del poder del gobierno de la Reserva Mosquitia, fue posible por los impresos que editados en Jamaica, eran distribuidos entre las comunidades de lectores de la Costa Caribe, siendo los criollos el componente étnico mayoritario en esta comunidad, debido al nivel de educación adquirido eran quienes mayor demanda y participación tenían en el universo de la letra impresa.

La educación es un elemento de pertenencia que distingue a los criollos de los mestizos, éstos hacen de la prensa el espacio mediante el cual desarrollan su propio sentido pertenencia, reafirmando su diferencia con los otros, a partir de la negación u omisión de sus cualidades.

En "la Costa" se produce una cotidianidad diferenciada del centro de poder. Esto no se debe estrictamente al carácter de enclave económico que tiene la región, sino a la dinámica social y cultural que marca la diferencia étnica. Aunque son otras las pautas de comportamiento social, derivadas del desarrollo de una cultura urbana, difundida por los periódicos; un estilo de vida que diferenciaba a los criollos de los mestizos y por el cual ostentaban un orgullo local, los mestizos terminarán asimilándose a la cultura criolla.

La idea liberal de Nación que los mestizos enarbolan en la costa Caribe de Nicaragua, se fundamenta en una taxonomía biológica de la sociedad en la que las etnias indígenas y los criollos ocupan los lugares inferiores en razón de su raza o incivilización. Sin embargo, la prensa escrita se constituyó en el espejo roto en donde las elites del Pacífico de Nicaragua, imaginaron su realidad mestiza.

Los mitos de los orígenes fueron factor importante para el surgimiento de los nacionalismos, al igual que las lenguas únicas y la cultura e historias nacionales, como parte de una acción de los Estados liberales. En la costa Caribe nicaragüense durante los años de 1880 a 1930, los procesos identitarios fueron autónomos en relación a la acción del Estado y las relaciones interétnicas transcurrieron por el espejo que constituyó la prensa, y en el cual los ladinos del Pacífico se imaginaron como "mestizos".

Si la identidad étnica tiene su origen y prevalencia en las comunidades, y en cómo éstas perciben su etnicidad, podríamos concluir que uno de los rasgos por los que se diferenciaban era el consumo. Esta identidad tambien es social en la medida en que el rasgo étnico, entendido fenotípicamente, es puesto al margen. Entonces lo cultural adquiere mayor relevancia.

Al emprender el camino de regreso al Pacífico, el joven Alejandro Pasos -Pericles- también dejaba en la costa Caribe su otra máscara: durante diez años de residencia allí, había simulado ser doctor en medicina, resultando ser más pícaro que los "costeños" a quienes criticaba.

©Miguel Angel Herrera C.

Notas

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vuelve * Ponencia presentada en el V Simposio Panamericano de Geografía e Historia, gracias a la cooperación del Servicio Alemán de Intercambio Académico (D.A.A.D.). Ciudad Universitaria "Rodrigo Facio". Universidad de Costa Rica, agosto de 1999.
El autor agradece la colaboración del personal del Centro de Investigaciones y Documentación de la Costa Atlántica especialmente de David Bradford y Alvaro Rivas.
vuelve 1. cfr. Jeffrey Gould. El Mito de la Nicaragua Mestiza y la Resistencia Indígena, 1880-1980. Colección Istmo. Editorial UCR. San José, 1997. p.17-19.
En razón de la brevedad y sólo por esta ocasión, utilizaremos indistintamente el término de "mestizo" para referirnos a la elite ladina del Pacífico que gobernó la Costa.
vuelve 2. Volker Wünderich afirma que el compromiso de protección que los ingleses contrajeron con los criollos y miskitos, fue uno de los pocos elementos comunes que traslaparon las fronteras étnicas de la Reserva de la Mosquitia. The Mosquito Reserve and the aftermath British presence. En: The Nicaraguan Mosquitia in historical documents 1844-1920. The Dynamics of ethnics and regional history. Eleonore von Oertzen et al. Berlin, 1990. p.64
vuelve 3. (Stanislaus Bell a Charles Grey) Blewfields, Mosquitia. 25 february 1848.FO53/13 fo32
vuelve 4. Véase Herrera C., Miguel Angel. "En busca de un nombre nacional para San Juan del Norte." En: Nuevo Amanecer Cultural. Managua, 13 de septiembre de 1998.
vuelve 5. (Cotrell a Marcy) San Juan del Norte, 31 de diciembre de 1856. En:  A continuación tiene una lista detallada de las exportaciones nicaraguenses por San Juan del Norte entre el 5 de octubre de 1855 y el 1ro, de enero de 1857, hecha de acuerdo a la contabilidad de los comerciantes. Proporciona fecha, mes, año, vapor de embarque, producto, cantidad detallada, valor por detalle, valor subtotal de la mercancía. Puerto de Destino. Esta lista en detalle la preparó en base a la declaración de los patrones de barcos creyedo que la misma es correcta.
Cuadro de navegación y comercio de los Estados Unidos en el puerto de San Juan del Norte durante el período que finaliza al 31 de diciembre de 56. procedencia y destino de veleros, descripción del contenido (carga o pasajeros), valor de carga, fecha, mes, año, tonelaje, propietarios, pasajeros (extranjeros, americanos), tonnage Microcopy # T-348. Despatches from  United States Consuls in San Juan del Norte, 1851-1906. Roll #2. Vol 2. Janauary 9, 1856-dec. 29, 1857. The National Archives national Archives and Records Service General Services Administration Washington, 1960.)
vuelve 6. (Watson a Grey) Her Mosquitian Majesty's Cutter "Sun". St. Johns. Mosquitia. March 25th 1848. FO53/13 fo35-36. Archivo Centro de Investigación y Documentación de la Costa Atlántica (CIDCA).
vuelve 7. Cfr. Herrera C., Miguel Angel. Bongos, Bogas, Marinos y Vapores. Historia de los "marineros" del río San Juan. Centro Nicaragüense de Escritores. Managua, diciembre 1999
vuelve 8. cfr. Tesis de Miguel Angel Herrera C. El impacto de la actividad transístmica en las comunidades de bogas y marineros. Pacífico nicaragüense, 1849-1857. Tesis para optar al título de Magister Scientae en Historia. Programa Centroamericano de Maestría en Historia. Universidad de Costa Rica. Septiembre de 1997.
vuelve 9. cfr.op. cit
vuelve 10. Correo del Istmo. #29. León, abril 25 de 1850.
vuelve 11. Cfr. Nota citada
vuelve 12. cfr. Carol A. Smith. "El Patrón de Urbanización de Centroamérica en el siglo XIX." En: Anuario de Estudios Centroamericanos. San José. Vol 16 (2) 1990 y Vol 17 (1) 1991. pp.21-46.
vuelve 13. La Voz del Atlántico. Año 1, #14. Bluefields,04/03/11
vuelve 14. Gordon, Edmund. Disparate Diasporas. Identity and Politics in an African-Nicaraguan Community.University of Texas Press. Austin, 1998. p.30
vuelve 15. Antonio Porta Costas. "Relato del reconocimiento geométrico y político de la Costa de los Mosquitos desde el establecimiento de Cabo Gracias a Dios hasta Bluefields. 1790". En: Wani, #7. Managua. enero-junio de 1990. pp.51-64
vuelve 16. Correo del Istmo. s.n. León, enero 26 de 1850.
vuelve 17. Crónica periodística. Nueva York, julio 29 de 1854. En: Alejandro Vega Bolaños:28
vuelve 18. El Mensajero. Año 2, #14. Cabo Gracias, 20/01/-14
vuelve 19. The American. Bluefields, 31/10/16
vuelve 20. "To Study Theology". The American. Bluefields, 3/09/13
vuelve 21. "Unfounded Rumor". The American. Bluefields, 31/10/16.
vuelve 22. The American. Bluefields, 31 de octubre de 1916
vuelve 23. La Información 09-02-28
vuelve 24. Antonio Gramsci. Periodismo. En: Los Intelectuales y la Organización de la Cultura. Obras, tomo 2. Juan Pablos Editor, México, 1975. p.166
vuelve 25.  El Correo del Caribe. Año 6. No.380. 11 de febrero de 1928
vuelve 26.  idem. Texto bilingüe.
vuelve 27.  La Información 09-02-28
vuelve 28.  La Voz del Atlántico. Año 1. #30. Bluefields, 24/06/11. p.3
vuelve 29.  El Litoral del Atlántico 18/07/07
vuelve 30.  El Correo del Caribe Año 6. #378. Bluefields, 28/01/28. J. Gregorio Cedeño h. (Director). Tip. El Correo del Caribe.
vuelve 31.  El Litoral Atlántico. #31. Bluefields, 25/07/1907
vuelve 32.  Costa Atlántica de Nicaragua. Informe Oficial. Frutos Ruiz y Ruiz. Tipografía Alemana. Managua, 1927. p.91
vuelve 33.  El Correo del Caribe. Año 3. #251 Bluefields, 2 de julio de 1925
vuelve 34.  idem

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